Bouctouca, septiembre 10 de 1792.
El jefe llamado Sutouchehu Mastabo, recomendable por la conducta que ha tenido cuando llegaron los comisarios de la nación Chacta, envía su sobrino, y dos de sus hijos, para pedir a v. s. cuatro barriles de aguardiente a fin de dar de beber a los guerreros que van a hacerle una cabaña, y suplica a v. s. tambien dé un poco a sus parientes que pasan a ver a v. s.; como estamos en un tiempo en que es menester manejar todos estos jefes, y particularmente gentes de un carácter firmo como el portador, espero que v. s. tendrá la bondad de hacerles este pequeño obsequio; me pedía también un taparrabo, y una camisa, para cada dos, pero les dijo que v. s. no tendría en la actualidad, pues que no habían llegado los lanchones.
Acaba de venir de los Talapuches el rey de los Chicachas con una palabra de aquella nación para la Chacta, collares de abalorio y tabaco, a fin de empeñarlos a que se unan con ellos para defender sus tierras, sus mujeres o hijos, contra los americanos, pidiendo pólvora a los españoles para llevarla a sus aldeas, y servirse de ella en caso de necesidad. Veo que este paso es delicado; pero, ¿qué hemos de hacer?; lo cierto es que han ido unos cien Chactas a Cumberland, y que cada uno de los diez y seis capitanes recibió ocho mantas de Limbourg y blancas, y cada uno delos guerreros, cuatro; esto les ha colmado de satisfacción, por lo que elevan los americanos por las nubes, diciendo que se ve que no les han dado malas palabras, y que no han solicitado la compra de tierras, como se les había dicho; que consiguientemente, abrirían un camino para ir a verlos.
Los Chicachas están más entusiasmados, pues fueron más de quinientos, conducidos por Sayé Mingo y Ogulayacabe, que han vuelto locos de contentos. Han propuesto estos últimos establecer una factoría o almacén; se trató sobre el Estero nombrado Onear Creek, que desemboca en el río Cheraqui, bien que los indios más prudentes contestaron que en la actualidad no era posible, porque los Talapuches los destruirían, así como sus almacenes; que valía más esperar algún tiempo.
Esta os, pues, ya una cosa concluida, y recelo mucho que el tiempo no lo confirme; por mi parte no creo que nosotros podamos salir bien de este paso, a menos de hacer lo posible para contrariar su manejo y conducta; he arengado a la grande y pequeña partida, lo que ha hecho un buen efecto; contaba también ir a la partida delas seis aldeas, pero volví a caer enfermo del estómago, a causa de los malos alimentos; iré, sin embargo, luego que pueda, y a mi vuelta enviaré a v. s. una relación circunstanciada de la conducta que he observado desde mi arribo a la nación Chactas, lo que creo ejecutaré por la ocasión de Bautista Trequier uno de los tratantes de aquí, que el señor gobernador envía a v. s. en calidad de intérprete para el puesto de los Nogales; por él recibirá v. s. copia de las arengas hechas por mí a los Chactas para ponerlos en el buen camino; como pasaba un hombre seguro para la Nueva Orleans, he participado al señor gobernador lo que pasaba, enviándole copiade las arengas que he hecho.
El rey de los Chicachas espera la vuelta de Franchimastabe, que partió para la Movila siete días ha, a fin de hablar á la nación; comunicaré a v. s. lo que pasare, y el modo con que los Chactas recibieren sus palabras. Creo que harán un buen efecto en las circunstancias presentes, viniendo sobre todo de parte de los Talapuches; he leído al rey de los Chicachas la carta que v. s. me dió para él, la que le ha lisonjeado en extremo, y me ha encargado diga a v. s. que le tiene en su corazón, que espera verlo algún día y renovar su amistad; estimó mucho el azúcar y café que v. s. le ha enviado; está enojado con Payemingo y Ogulayacabe, que le habían propuesto ir a la América con ellos, a que ni siquiera respondió, y partió inmediatamente para la nación Talapuche, de donde ha llegado quince días ha, y después de haber descansado, ha venido a la nación Chacta, con Mr. Turnbull, que había ido a la nación Chicacha.
El comandante de la Movila ha solicitado ocho jefes de grande y pequeña medalla para hablarles en el fuerte de Tombecbé; ignoro el motivo, pues que es a Favre a quien ha escrito, y no a mí; deben estar allí el 12 del corriente, y volverse inmediatamente. El rey de los Chicachas, pide a v. s. una cerradura, un par de gonces y algunas libras de clavos para una cabaña que está haciendo construir.
Dios guarde a V. S. muchos años. Bouctouca, 10 de Septiembre de 1792. Casa del intérprete Simón Favre, que es mi morada. — Juan de la Villeveuvre. — Sr. Don Manuel Gayoso de Lemos.
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