[...] La misma aflicción y pena [que la mala situación de los indios, de la que antes habló] causa la tirana esclavitud de tanto número de negros; mulatos, berberiscos y otros infinitos ramos que penden de estos troncos, cuyo derecho de naturaleza está usurpado, con poco temor de Dios, por los españoles, pues de libres que los crió Dios, les reducen a la mísera esclavitud y servidumbre, pena la más fatal, pues antepónese la libertad, más dulce y amable que la misma vida, igualándolos con los brutos animales en el aprecio y maltrato, siendo. como son criados y redimidos —y capaces de la misma gloria como vosotros—; y siendo asimismo cristianos y miembros católicos de la Iglesia, están privados de lo que es más estimable que el vivir: es la libertad, y esto bien forzosamente aclama y conmueve la Piedad divina a que alguna vez se apiade de su aflicción severa y esclavitud tan dilatada, condoliéndose de tantos afanes y sirviéndose de mitigar tantas y tan colmadas penas, libertando estos Reinos y vasallos, de estas y otras infinitas tiranías como ahora se pretende y se ejecuta."
"Lo cuarto: sean luego al punto libres cuantos esclavos hubieren en estos Reinos que se levanten para su defensa y libertad, los cuales, sin eximir a nadie de ninguna condición ni calidad de ellos, ahora sea bozal, ahora ladino, en adelante, conforme [a] sus servicios y hazañas, será tan capaz de premios, títulos, encomiendas, hábitos, Señoríos y Oficios así de mar como de tierra, así de la República como del Gobierno, como los mismos españoles, y conforme al ingenio y la aplicación de los demás que se aplicaren a cultivar la tierra y ser labradores, se les dará lo necesario haciéndolos Señores, libres dello."
SALMO 632.
"Decidme, mis Americanos fieles, que decís ser del Señor: ¿Por qué compráis y vendéis a los hombres como bestias?
¿Por qué matáis en la esclavitud a aquellos que confiesan el nombre de Cristo? ¿Por qué, contra la ley de Dios, compráis etíopes, y no queréis ser comprados por ellos?
¿Qué potestad tenéis sobre la libertad del prójimo, [libertad] que no se vende por oro alguno? No os es lícito retener los bienes mal comprados y adquiridos.
Ellos nacieron libres como vosotros; y así como a ellos no les es lícito hacernos cautivos, así tampoco a nosotros nos es lícito reducirlos a cruel servidumbre.
Injustamente son vendidos a vosotros, e injustamente los compráis: un gran crimen cometéis ante Dios, y a los libres debéis restituir libremente.
Porque su sangre y su esclavitud claman contra vosotros a Dios, de otra manera, sobre vosotros y sobre vuestros hijos bajará el azote del cielo.
Gloria al Padre [...]
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