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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1601 Auto General de Inquisición

25 de Marzo de 1601

Relación muy verdadera del triunfo de la fe, y auto general que se celebró por el Santo Oficio de esta nueva España, y Real Corte de México, el 25 de Marzo de 1601, años, siendo Inquisidores los Sres. Licenciados Don Alonso de Peralta y Gutierre, Bernardo de Quiroz, y Promotor fiscal de sus caussas, el Dr. Martos de Bohorquez, en la cual se da cierta y caval noticia de todo lo que por órden de estos Sres. se puso en obra para el aparato solene y suntuoso del dicho auto, cuyo testimonio darán las personas que en esta ciudad se hallaron desde el dia de la publicacion hasta el de su celebracion, á la qual se añadirá ]a memoria y lista de los penitenciados que salieron á él, con las particulares penitencias que les fueron impuestas, y el etfecto que hubo el cumplimiento de ellas.

La primera prevencion que tuvo efrecto, fué dar principio á este auto, y tratar de su publicacion, la qual se puso en hobra, Jueves, antes del medio dia, que se contaron, 15 de Febrero de este año, para cuya solenidad salieron este dia de las casas del Santo Oficio y bastante número de familiares, y el Corregidor y Itejimiento, y otras muchas personas de lo mas Ylustre y noble de esta Ciudad, los quales con el ornato que semejantes publicaciones suelen llevar de Libreas, trompetas, y atabales, paseando lo mas cercano y público de la plaza, publicaron con voz de pregoneros el dicho auto, dando el primer pregon á las puertas del Sancto Oficio, y el segundo á las de Palacio, y el 3°, 4°, 5.°, junto á las casas de Cabildo, calle de Sant Francisco, y junto á su combento; y el último á la entrada de la calle de Tacuba, señalando de término el que avia de este dia hasta 25 de Marzo, Domingo felicísimo, en que el divino Jesus, bajando del seno de su Eterno Padre al profundo valle de umildad de la purísima Virgen María, vino á darnos nueva ley de gracia, escrita en dos tablas de piedra yncorrutible de su palabra, y obras, tiempo acomodado á la ocasion en que su santa ley de fé católica ()liaba los Cuellos de los que dejaban la luz y ley de gracia, por las sobras de la ley escripta, la figura por lo figurado, y por la casa del mal labrado évano, la coluna de nevado marfil y terso marmol, asi que para mayar solenidad se elijió este dia tan acomodado y nacido para el harto que en él se avia de celebrar.

En el qual para el seguro de que no hubiese fuga yn ausencia por los presos que aviara de ser penitenciado, se destribuyó por los Sres. Inquisidores, las noches de cada semana, entre los familiares, para que en cada una de ellas velasen por su órden las calles, quadras, y prisiones de su casa, hasta el dia del auto, lo qual hizo y cumplió muy cavalmente, haciendo cuerpo de guardia en el saguan de la Inquisicion, donde cada familiar procuró aventajarse la noche que le cupo llevando en su compañía jente luzida y noble, de donde á la luz de muchos fuegos que se hacían se repartian á hacer su vela, estorbando el paso á la jente que iva con armas no conocida.

No causó poca admiracion á la Ciudad, ver que eran ya 10 de Marzo, y no se trataba de hacer el cadalso, entendiendo por esto, que no seria tan suntuoso ni para tanta jente como despues pareció, y la causa de esto fué, porque dentro, en las casas del Sancto Oficio, en una de sus plazas, la reas secreta, avia gran número de oficiales, hasí de carpintería como de pintura, obrando lo más esencial y de momento, para su ornato, á la sombra de una sala grande que para su guarda se avia edificado con acuerdo y parecer de los Sres. Inquisidores, por estusar costas y gastos que en semejantes ocasiones se podia ofrecer adelante, y aprovechar en ellas las que el presente les avia causado, de donde á su tiempo se ivan llevando al cadalso segun era necesario, el qual cadalso se comenzó hacer á los 12 de este mes, casi en el comedio y arrimado á los portales de los mercaderes y sederos en la plaza pública de esta Ciudad.

Y luego el segundo Domingo de quaresma, que fué el de la Trasfiguracion del Señor, 18 de Marzo, se publicó el edicto de la fé en la Catedral de esta Ciudad,al qual ocurrió la mas gente que sufrió la capacidad de la Iglesia, y la autorizó con su presencia el Ilustrísimo conde de Monte Rey, virey de esta nueva España, teniendo el sitial en la capilla mayor de ella, asiento el Sto. Oficio de la Inquisicion, y habiéndose sentado comenzaron los oficios divinos, y antes del sermon, se leió el Edicto, y predicó el Provincial de los Franciscos, Fray Buenabentura de Paredes, hombre doctísimo y digno del sermon, por su muncha cristiandad y erudicion y eloquencia en alabanza de la festividad y ensalsamiento de las obras del Sancto Oficio, para gran confusion de los enemigos de nuestra santa ffé cathólica.

El sábado siguiente, 24 de Marzo, á medio dia, se acabó la hobra del cadalso y su ornato, el qual era dividido en dos partes iguales, de 60 varas en largo y 30 de ancho, aunque la primera parte era más alta que la segunda cantidad de una vara, respecto de que la gente pudiese ver y gozar de todo lo que en ella obiese, y esta division hacian una calle de ancho de 10 varas, para que la gente pudiese pasar de un lado á otro: esta primera parte tenia de alto 4 varas, y la segunda 3, y ambas se formaron sobre gruesos pilastrones de madera, fortificados con otros atravesados, que hacían labor de claraboyas y sobre las puntas sus traviesas de buenas vigas, en las quales se yso el planice pro cuyos lados en circuito, hazian los tablados una ceja de ancho de una vara, porque la gente no subiese arriba por los pilastrones, y ambas partes cercavan por lo alto unas muy lucidas barandas pintadas sobre campo blanco de amarillo, escurecido con pardo y negro. Y á esta primera parte se subia por una escalera sercada, juntas bigas á modo de aposento, de ancho de 2 varas, que tenia 18 gradas muy fuertes y bien labradas, á la qual se entraba por una puerta grande y fuerte, adornada de búena clavason, y por la parte dentro con su serrojo y llave, y á este modo tenia otro el tablado de la segunda parte, salvo que la escalera tenia 14 gradas, ambas asian frente á la calle de Sancto Domingo, y á los lados de estas escaleras se formaron dos aposentos de madera, devajo de la primera y segunda parte, cada uno: algo espacioso, con sus puertas, y lovas que asian de servir de cárceles para la gente descomedida y descompuesta que se prendiese el dia del auto.

Desde la puerta de la primera parte se hizo un palenque que de 80 varas de largo y seis de ancho, porque la gente no estorvase su entrada, y á los lados de la puerta avía hechos poyos para en que se apeasen en el, Santo Oficio, virey, audiencia y damas gente de á cavallo que los acompañase, porque los cavallos no se estorvasen al apearse unos con otros, se hizo al lado de los portales un apartamiento, por donde saliesen, y al modo de este palenque se hizo otro á la puerta de la segunda parte, que su largo será de 80 varas, y el ancho de 6, por el qual se avian de entrar los penitentes á su tablado, y á los colaterales del cadahalso se hicieron 2 tablados para cabildos eclesiástico y seglar, cada qual con sus asientos, muy bien aderesados, que con su compañía le hacia de muy gran majestad.

Al principio, y sobre esta primera parte que hacia muro con los portales de los mercaderes, hácia Oriente, se levantó un medio Teatro del ancho del tablado, cuya subida tenia 12 gradas divididas en tres partes y pendientes las unas de las otras, y las de su mitad sobrepujaban á las de las otras casi media vara y tenian de ancho 2 varas, por las cuales podian subir tres personas juntas, y por los lados subian unas barandas de 3 quartas de alto y daban vuelta á las Tribunas que serán de media vara, y el planice tenia el largo de todas las gradas y 4 varas de ancho, en cuyos lados y estremos avia 2 Pedrestales prolongados que cada uno recibia en sí dos colunas quadradas de borden dórico, de alto de 4 varas, en cuyos lissos avia pintados unos escudos de muy buen artificio con las armas que luego se dirán, y las basas y capiteles corria su cornisamento proporcionado á las colunas, y por ellas un bien labrado friso, en cuyo campo se leyan en letras latinas grandes, estas palabras: «Veritas stabit en fides cinvalescet Esdras. Lib. 4°, cap. 7°, vers. 34,que mostraban la majestad de este lugar, hablando con los herejes y penitenciados, como quien les decia; la verdad permanecerá, y será firme y estable, y prevalecerá la fé con triunfo glorioso para vuestra confusion y desengaño, en confirmacion de la verdad que siguen los fieles.

Y los costados de este cornisamento se labraron costosamente, con mucho primor; y en este friso habia puestos por su órden, cuatro escudos, en los quales y en los de las colunas se pintaron las armas siguientes: En los primeros un cuchillo ensangrentado, que hacia forma de cruz con una hacha de armas, y entre ellos una palma, con tres coronas, doradas, armas del glorioso Sant Pedro mártir, cuidadoso protector de la fé, y primer Inquisidor de la Iglesia Católica.

Los segundos, un brazo con sus brazaletes y gravas, y en la mano empuñada una cruz, por cuyo pié servia un glovo de mundo, y empresa digna de las obras del Sancto Oficio, y por orla un círculo redondo, en cuyo campo se leyan en letras latinas: «Exurje. Domine. Iudica. Causam. Tuam.» Los terceros tenían unas llaves cruzadas enseñandoen el ángulo de arriba una tiara con 3 coronas, ensignias debidas á la potestad Apostólica. Los quartos tenian las armas del glorioso Padre Sancto Domingo, todos ellos adornados de varios y agradables colores que hermoseaban con gran majestad.

Devajo del friso se formaba un buen espacio hueco de quatro varas, el qual dividian en dos partes iguales, por su longitud, unos doseles de terciopelo negro y damasco amarillo, que hacían muralla hasta salir á recibir las colunas y el cielo abierto.

De los mismos doseles y en la frente del Tribunal, estaba un dosel con su cielo de terciopelo negro, con cenefas de brocado de tres altos, bien guarnecido de oro y seda, en cuyo campo de sutilísimas y graciosas bordaduras descubria un muy gracioso escudo grande, adornado de oro y matices de sedas de colores que su grande primor hacia que á la vista parecían de pincel, y en su campo las armas reales, y en lugar de coronel una imperial corona, y á sus lados como por guarda y por la suya, dos ángeles de muy prima y artificiosa labor, que con sus dos manos tenían asido el escudo, y en las otras dos, la derecha del uno tenia una oliva, y la izquierda del otro una espada, insignias de la justicia acompañada de la misericordia que este Sancto Tribunal luce en sus causas, y sobre este escudo estaba otro algo mas pequeño, y no de menos primor, con las armas del Sancto Oficio, en cuya cruz estaba un Cristo muy devocto, bordado; y este dosel se apreció de toda costa en cinco mil pesos, y se acabó para este dia y ministerio, y su campo ocupaban tres sillas, sobre muy ricas alfombras.

La primera de mano derecha con guarnicion de terciopelo negro, flecos, y franjones de oro y seda, y en su asiento un cojin de terciopelo y otro á los piés para el Sr. Virey.

Las dos guarnecidas de cordovan negro, para los Inquisidores, con otras doce de lo mismo, repartidas seis en cada lado del dosel para la Real Audiencia, y todas con clavazon dorada.

Por los lados de este dosel se entraba á la otra mitad del hueco, en la qual havia una escalera de cinco gradas, con varandas á los lados, por la qual se descendia á una ventana de las casas de los Portales que para este efecto se abrió á modo de puerta, por donde se avajaba por otras tres gradas al suelo de tres salas grandes, que estaban muy costosamente aderezadas en esta manera.

La primera se aderezó con dosel de terciopelo y damasco carmesí, y el techo de lo mismo, cubierto el suelo de alfombras muy ricas de oro y seda, y en el comedio del lado principal estaba un dosel con su cielo de terciopelo carmesí, senefas de vrocado y guarnecido de oro y seda, en cuyo campo estaba una devota figura de Jesucristo Nuestro Señor, en una cruz de asavachado évano, jaspeado á modo de taracea con clavos de oro, cubierto con un velo costosísimo, y á sus piés una silla guarnecida de terciopelo carmesí y clavazon dorada, fluecos _y franjas de oro y seda, y á un lado del dosel estaba un catre con colchones de damasco carmesí, cubierto con una sobrecama de damasco carmesí y sanefas de vrocado, guarnecida con franjones, fluecos y borlas de oro y seda, con almohadas y acericos de olanda, labrados de labores muy primas y costosas con muchos matices de sedas para este efecto, el qual cubría una cama de damasco carmesí, cortinas dobladas de lo lo mismo, aforradas de tafetan carmesí, cuyas faces cayan dentro y fuera con sanefas y rodapiés de brocado, guarnecida de alamares, fluecos y botones de oro y seda, y á la cabecera un Agnus Dei grande guarnecido de chapas de oro de mucha estima, y á un lado de ella estaba un bufete con sobremesa de damasco carmesí y sanefas de vrocado bien guarnecida, y otra de la misma suerte al lado del dosel, y al de la cama estaba una caja de tres cuartas de alto y poco menos de ancho, aforrada en terciopelo carmesí; por la parte de á fuera y por la de dentro, en damasco: devajo de cuya tapa estaba otra aforrada y colchada de raso carmesí, y en su mitad un círculo vacío que caya sobre un vaso guarnecido con pasamanos de oro, chapas, visagras, cerradura, tachuelas y llave dorada; y á su modo otro menor con un vaso de vidrio y la misma guarnicion con cordones de seda y oro con sus borlas, que se hizo para prevencion de la necesidad humana que se podria ofrecer en semejantes ocasiones. De mucha curiosidad y costo, junto ella un bufete de plata, atravesado en él un paño de manos, labrado curiosamente de oro y seda carmesí.

Y la ventana de esta sala tenia un encerado curioso, porque la gente del tablado no las enseñorease, la qual sala se cerró con llave y se entregó á un paje de cámara del Virey, todo lo qual no se estrenó hasta este dia.

La sigunda sala se aderezó con doseles de terciopelo carmesí, como la primera, adornada de cantidad de sillas imperiales y dos bufetes con sobremesa de damasco y senefas de terciopelo carmesí, que será paso del Virey para la primera.

La tercera sala se aderezó de paños de corte de mucha estima, dejando por los lados principales unos vacíos angostos á la larga, en los cuáles se formaron con doseles ocho retretes apartados, y cada uno ocupaba un vaso; y el suelo de estas dos salas estaba cubierto de alfombras muy ricas.

Y volviendo al cadalso por las gradas y planicie de la primera parte, que todo estaba adornado de alfombras ricas y puestas con mucho órden y concierto. Al lado derecho dél estaba una mesa de dos varas de largo y una vara y cuarta de ancho, desviada de las gradas otras dos varas, con una sobremesa de terciopelo negro y sanefas de brocado, bien guarnecida, correspondiente al dosel del Tribunal, y en cada uno de sus quatro lados tenia tres escudos, bordados de oro y seda de varios colores muy costosos sobre las sanefas en cuyos campos estaban bordadas las armas del Sancto Oficio que la hermoseaban maravillosamente, y junto á ella un banco de espaldar, lugar y asiento para el Secretario de este Sancto Tribunal, y á su lado, en todo lo restante de la piitad de la primera parte, había puestos con buen órden veinte vancos grandes, á la larga, y los delanteros cubiertos de alfombras para los Ministros mayores y abogados del Sancto Oficio, y los demás para el consulado, oficiales reales, religiosos, caballeros y gente principal. Y al lado izquierdo avia otros veinte vancos desviados de las gradas dos varas con la misma órden y compostura que los ciernas; lugar para los caballeros de la casa del Virey, y Religiosos y gente principal. De suerte que la mesa y bancos por un lado y otro, formaban un pasadiso en frente de las gradas de subida del Tribunal, y del mismo ancho para si se ofreciese vajar uno de los Sres. Inquisidores el dia del auto á recibir alguna declaracion de relajados, como suele acontecer y aconteció este dia.

Llegava esta calle hasta el fin de la primera parte, en cuyas esquinas y remates estaban puestos dos púlpitos quadrados, de buena altura, guarnecidos con sus molduras y cejas, en las quales recibian sobre bien labrados balaustres, unas cúpulas ó medias naranjas, á fin de que la voz del relator no se fuese por alto y se oyese la pronunciacion y lectura en lo bajo; pintadas por la órden de las varandas y coludas del Tribunal que autorizaban y hermoseavan el cadalso maravillosamente, y el púlpito de mano derecha se aderezó con ornatos de terciopelo y brocado negro, bien guarnecido y bordado, para predicar en él la palabra divina el din del auto. Y desde el fin de esta primera parte se hizo un pasadizo correspondiente al que formavan los vancos; sobre fuertes pilastrones que atravesavan la calle que dividia estas dos partes del cadalso con sus varandas á los lados, de la misma pintura; que llegaba al principio y comedio de la segunda parte, de ancho de tres varas, en cuya mitad se levantó una peña de tres gradas, donde avian de subir los penitentes á hoir sus sentencias, dejando espacio por los lados para que se pudiesenpasar de una parte á otra, sin ofensa de la peaña. Al principio de esta sigunda parte formavan las varandas del pasadiso, en cada lado, un hueco de vara y quarta en cuadro: en el del lado derecho del Tribunal, estaba una silla, asiento para el alguacil mayor del Sancto Oficio; y el del lado izquierdo ocupava un vanco mas ó asiento para los alcaides de las cárceles secretas y perpetua, á cuyo cargo era traer á la peaña los penitentes como se ivan llamando.

Y por que como está declarado, la primera parte era mas alta que la sigunda, una vara, lo restante al pasadiso hasta llegar al medio piramide, que al fin de ella se formó de gradas para los penitentes, se hizo sobre vancos de poco mas de 3 quartas de alto, y 2 de ancho, por el qual proseguian las varandas, asta una vara antes del piramide, por cuyos lados avia unas escaleras pequeñas, de 3 gradas, por donde se descendia al planicie del Tablado, cuyos vacíos ocupaban veinte vancos grandes, hasientos para los familiares padrinos cíe los penitentes; y 4 varas antes de sitio desta segunda parte se formó un medio piramide que asia frente al Tribunal, y su largo atravesaba todo el ancho del tablado, dividido en 3 partes, á modo de las gradas del Tribunal, fijadas sobre fuertes pilastras con doce gradas que subian disminuyendose hasta su estremidad, que será de vara y quarta en cuadro, la qual hacia hasiento sobre un grueso morillo que subia por el remate y comedio de esta segunda parte, y su hueco se serró de tablas bien clavadas, á fin de que en él se avia de enserrar vastimentos, agua y otras cosas, prevenciones para los penitentes, si de ellas tuviesen necesidad el dia del aucto, y por los lados de estas gradas suvian asta su estremidad, las varandas que cercavan el planicie de los tablados y las acompañavan; de suerte que hacian lavor muy agradable á la vista, y en las esquinas y rincones de las barandas se pusieron unos pilastrones, que se ligavan con las molduras de las varandas y basas y cornisas pintadas como lo damas; y á los remates de las escaleras del pasadiso en el antepecho del pirámide, avia dos puertas de á vara por donde se entraba á su hueco.

Todo lo qual cubría la obra de una vela de anjeo nueva que los Sres. Inquisidores mandaron basar desde 2450 varas, para resistencia del gran sol que por este tiempo hace en esta ciudad, que su largo tenia 68 varas, y el ancho 34, obrada con gran primor y artificio, por manos de muy diestros maestros, hasta dejarla puesta y amarrada por fuertes presillas á 48 morillos altos y gruesos que con mucha igualdad y órden cercavan el cadalso, desviados dél por los lados 4 varas, y de morillo á morillo avia 2 varas, la qual subieron por unos carrillos que igualmente tenia cada morillo, y por lo alto con muy fuertes sogas, duplicadas las unas para este efecto y las otras para hamarrar sus cabezas á poco menos de la mitad del alto de otros 3 morillos, que por cada lado, y eq frente de su comedio, á 50 pasos, se pusieron con el órden que los demas, porque el viento con la grandeza y fuga de la vela no los descompusiese de la igualdad y concierto que tenian; y fué cosa de ver, que aunque hizo munchos vientos durante el tiempo que estuvo puesta, estuvieron tan firmes, y la vela tan tirante, que causó admiracion al gran ingenio y artificios con que se puso: la qual por lo alto del Tribunal tenia un enserado de anjeo de 15 varas de largo y 10 de ancho, y entre ella y el enserado se pusieron cantidad de esteras de palma, para dos efectos, el uno para más resistencia del sol al Tribunal, y el otro para defensa del agua si lloviese, y por grandesa y loor de este cadalso, y de su traza y compostura, digo que á dicho de muchas personas fidedinas que han andado muncha parte de la cristiandad, donde han visto gran cantidad de cadalsos, dicen no haber sido ninguno semejante á su mucha majestad y hermosura.

Este dia mandaron á pregonar los Sres. Inquisidores, que ninguna persona de cualquier estado ó condicion, no se atreviese á subir al cadalso el dia del auto, sin su licencia, so pena de excomunion; y fué tanta la compostura y quietud de la gente (con esto), que no fueron menester las carteles, y solo el Notario Pedro de Fonseca tuvo cargo de ambas puertas, y de dar asientoá cada uno, y de acudir á otras cosas menesterosas en el cadalso en el dia del auto, que es una de las grandezas dignas que en este Reyno se tienen á los mandatos del Santo Oficio.

PROCISION.

Entre las 3 y las 4 de la tarde, víspera del auto, se ordenó una procesion muy solene, por mandado del Santo Oficio, para entero y cabal aparato del venidero juicio de la fé, en el Convento de Santo Domingo de esta ciudad, para lo qual se adornaron las calles por donde avia de pasar, de telas y terciopelos, doseles, paño de corte, Imájenes de pincel y retratos, lo mas y mejor que sufria el caudal de los vecinos, en que habia muncho que ver, para lo qual se juntaron en este Convento, el Clero y Religiones con el mayor concurso de ellos que ser pudo, á que asistió con su presencia el Chantre de la capital de esta ciudad, el Lic. D. Melchor Gomez de Soria, en nombre del Cabildo.

Y á esta hora comenzó á salir la procesion guiada por la plazeta de Sancto Domingo, á la calle del Colegio de los Teatinos, torciendo á mano derecha por la de Palacio, llevando por principio un estandarte de tafetan negro bien guarnecido, D. Joan de Altamirano, caballero del hábito de Santiago, yerno que fué de Don Luis de Velasco, Virey que fué de esta Nueva España, y alpresente lo es del Pirú, a cuyos lados venian en dos hileras catorce familiares del Santo Oficio con cirios blancos, de á cinco libras de cera, encendidos y en ellos pintadas las armas de Santo Domingo y Sant Pedro Martir, en los quales se pusieron porque segun lenguaje de los que de mas cerca an tratado las cosas de este auto, los Sres. Inquisidores han fundado este año una Cofradía de Oficiales y familiares del Sancto Oficio, devajo del amparo y titulo de Sant Pedro Martir en este Convento, y en su seguimiento venian en dos hileras el Clero y religiones mezclados unos con otros, entre los cuales se repartieron por mano de personas fidedinas, y de crédito, mas cantidad de 800 velas de cera blanca, de á media libra, á cada uno la suya encendida, y ivan con muy buen órden. Y á buen trecho de este estandarte se siguia una cruz de plata dorada con velo y manga de terciopelo negro, y a sus lados dos ciriales de plata con manguillas de terciopelo, que llevavan Religiosos de la dicha Orden, revistidos, y á sus lados catorce familiares con cirios encendidos como los primeros; y luego la Capilla de la Iglesia mayor de esta ciudad, cantando Salmos acomodados á la ocasion en que ivan. á canto de órgano, respondiendo en distinto coro y tono, el que formaban el Clero y Religiones en suave canto llano, y casiial remate de la procision ivan doce Religiosos de este convento revestidos con albas y casullas de terciopelo y brocado negro, en cuyos hombros, remudándose de quatro en quatro venia el Arbol de la vida, en que Jesucristo Nuestro Señor, vida de todo el género humano dió remedio al daño que nos causó el fruto del árbol de muerte, sobre el globo de un mundo dorado y plateado, sembrado de estrellas, fijado en una peaña guarnecida con frontaleras de brocado, y en las esquinas quatro ángeles de bulto, hincados de rodillas, adorando la cruz, la qual era de buen tamaño, pintada de verde, con dos listas de oro por orla, con su retulo y por toalla una vuelta de tafetan negro, guarnecido con puntas de seda y avalorio negro, y delante della en dos hileras sesenta familiares del Sancto Oficio, con cirios encendidos como los pasados, y toda esta cantidad de familiares son de México, y de todas las ciudades, villas y lugares de esta Nueva España, que para este dia se juntaron, y á las esquinas de la peaña ivan quatro capellanes del Sancto Oficio, con sobrepellises y cirios encendidos como los de los familiares, y á los lados seis hombres con alabardas nuevas, guarnecidas de terciopelo negro y tachueladas con tachuelas doradas, y todas las orlas de los recasos de la cuchilla, media luna, cubo y varillas doradas, y detras de la cruz iban los perlados de las Ordenes, y en lo último el Prior de este convento, F. Cristobal de Hortega, con capa de brocado y una cruz de oro en las manos, muy curiosa, y dos Religiosos graves de su Orden revestidos de ornato de brocado negro bordado de oro y seda, y al lado derecho del Prior iva el Chantre, acompañándole á su lado el uno de los Religios revestidos, y ivan rigiendo esta procesion, el alguacil mayor del Sancto Oficio D. Lorenzo de los Rios, y Bernardino Vazquez de Tapia y el Regidor Alonso de Valdez, caballeros de esta ciudad y familiares con septros de plata que en sus principios tenian unos escudos grabados en ellos las armas de Sancto Domingo y de Sant Pedro Martir, y el Notario de la Inquisicion Pedro de Fonseca, que llevaba en la mano una cruz de acero pavoniada con su tranquillos, el qual ponia en órden la procesion, entremetiendo el clero con las órdenes. Todo lo qual causó tanto silencio que hacia mudas las calles por donde pasava, y esto en tiempo que ivan llenas de infinita gente, y en tanto número que á juicio de personas isperimentadas, en semejantes concursos dicen avia en ellas y en las ventanas y azoteas y plazas, mas de 50 mil personas. Y llegado que fué el Estandarte junto á la puerta principal de Palacio, sobre la cual y en una de sus ventanas bien aderezada, con alfombras, cortinas, sillas y cojin de terciopelo negro, estaba el Virey, el qual le hizo su acatamiento debido, y luego dió la vuelta á mano derecha hácia el cadalso, llegada que fué la Santa Cruz al sitial de Su Señoria, la adoró con grande edificacion del pueblo, y los pajes de Su Señoría salieron de Palacio en cuerpo, bien aderezados, con cirios de cera blanca, encendidos, con que recibieron la Sancta Cruz, asiendo la adoracion, levantando las achas y umillando los cuerpos, segun estilo de Palacio y corte, acompañándola asta el cadalso donde la subieron, y allí dejaron la cera en medio del planicie de esta primera parte, junto al Tribunal y sus gradas sobre un altar que avía hecho con muy rico ornamento, quedó puesto asta las tres de la mañana del dia del auto, por cuyo respeto y compañia se quedaron allí quatro religiosos de cada Orden, y cantidad de familiares, que á la luz de gran número de cirios y achas velaron el divino lecho en que el reparador de nuestra caída murió, los quales á esta hora la llevaron en procesion cantando himnos asta lo mas alto del medio pirámide y gradadas de penitentes, en cuya extremidad la pusieron, acompañada de los dichos Religiosos y familiares asta el dia. Y esta noche ó las ocho llevó Pedro de Fonseca, Notario del Santo Oficio, y seis familiares, una cruz grande verde, y la puso cinquenta pasos desviada del quemadero que abajo se dirá, en su peaña alta de cantería, con la decencia y reverencia debida, y entre la una y las dos de la noche por mandado del Santo Oficio el dicho Notario y familiares llevaron al brasero que está echo de cantería en el Tianguis que llaman de S. Tpólito, entre la alameda y Convento de los Descalzos Franciscanos de esta ciudad, quatro maderos con sus argollas, en que avian de morir quatro relajados, que este dia salieron al auto, donde los fijaron puestos con guardia, y de allí se fueron juntos á las casas de Baltasar Mejía de Salmeron, alguacil mayor de esta ciudad, á quien le fué notificado por el Notario, que conforme á los que avian de morir tuviese prevenida leña, pregoneros y verdugos para este dia, el que respondió que estaba presto de cumplir lo que por el Santo Oficio se le mandaba.

Y á las dos de la mañana se comenzó á decir misa en la capilla del Sto. Oficio, y en todas las parroquias y conventos desta ciudad, por borden de los Sres..Inquisidores, y con ser competente el tiempo para conseguir el entero precepto eclesiástico, apenas se vaciaran las Iglesias, cuando estaban otra vez llenas, hasta que amaneció, que todos correspondieron á las obligaciones de buena cristiandad y virtud.

Este dia, á las tres de la mañana, despues de haber dado el alcayde de almorzar á los penitenciados, mandaron los Sres. Inquisidores sacarlos de sus cárceles al segundo patio de las casas del Santo Oficio, adonde se les iva poniendo á cada uno las insignias de su penitencia y castigo, con una vela de cera verde en las manos, despues de lo qual, entre las quatro y las cinco, el fiscal del Santo Oficio iva llamando por una memoria á los familiares elegidos para acompañar á los penitentes, nombrándolos por sus nombres, de los quales avía ya gran número en el patio primero, donde se ivan juntando; y á cada dos hombres les entregaban un penitente, y desta suerte prosiguió asta llegar á los relajados, que fueron tres hombres, y una doncella de las de Caravajal que quemaron en el aucto pasado, y á cada uno acompañavan dos relijiosos de las hórdenes, los mas doctos, y dos familiares por guarda; y despues de ellos tres estatuas de difuntos, con óbito penitencial, y en su seguimiento otras 16 con corosas é insignias de fuego de los difuntos fujitivos y ausentes relajados, los que llevan escriptos en los pechos los nombres, tierra y delitos de cada uno, en cuyo remate los tres dellos llevan tres ataudes negros, pintados en ellos unas calaveras, sembradas de fuego, y dentro los guesos de los difuntos, y la última con insignia retorcida en la corosa de maestro domatista de la Ley muerta de Moysen que guardaba. Y ó las seis de la mañana estaban ya puestos en borden de procesion, y en los corredores vajos y patio del Santo Oficio, y media hora despues comenzaron á salir por su puerta principal, llevando por guia tres cruces de las parroquias, con velos y mangas de terciopelo negro, con los curas y capellanes dellas, y en su seguimiento 124 penitentes, con las 19 estatuas, guiados al cadalso, por la calle de Santo Domingo; la qual, y sus ventanas y azoteas, y plazas, ocupavan el mismo número de jente que el dia antes ubo en la procesion, y nunca mas, de suerte que fué necesario que los familiares sobre bien aderezados cavallos, fuesen con el alguacil mayor delante, y por los lados, hasiendo campo á la procesion de penitentes: llegados al palenque de la segunda parte del cadalso, entraron por él sin ningun estorvo, y subieron á las gradas del medio piramide, donde fueron puestos y sentados, en esta manera, en la grada mas alta, al pie de la cruz, un relajado calvinista revelde, y en otra mas vaja, la doncella; y á sus lados, otros dos relajados, Y luego, 50 personas con avitos de reconciliacion, por diversas sectas y leyes de Moysen, y luego otros por diversos delitos, dos veces casados, hechiceros, blasfemos: en los lados del pirámide, se repartieron en las varandas, las estatuas igualmente, de suerte que de lejos se podian ler los retulos, y adornavan las gradas de penitentes, de modo que parecian muy bien, y los familiares padrinos se sentaron en sus vancos en la forma arriba dicha.

No estuvo con poco cuidado el Virey esta noche, antes del auto, pues se levantó á las 3 de la mañana con sus caballeros y gente de palacio á hoir misa, donde estuvo en vela hasta el dia, dando á entender con esto como tan cristianisimo Principe, que los tales la an de tener en semejantes hocasiones, y despues de ayer sacado los penitentes del Santo Oficio, salió luego con gran priesa, porque el dia no alcanzase de quenta á lo muncho que en él avía que hacer en el, del Real Palacio de esta Corte, su señoria, acompañado de la audiencia Real y de su guardia, cabildo y lo mas ilustre de la ciudad, guiados por la calle arriba de Palacio, torciendo á la del Santo Oficio á mano izquierda, donde estaban ya á punto el Santo Oficio, y estandarte de la fe con el cabildo de la Iglesia. Y llegado que fué, se pusieron en borden de esta manera: delante de todos los alguaciles de corte y ciudad, y luego la Caballeria y familiares y detras los Cavildos de la Iglesia y Ciudad, con la Universidad, entremetidos unos con otros, y al fin dellos el Secretario, el alguacil mayor y Ministros mayores de la Inquisicion, y en un buen caballo aderezado el alcayde de la cartel perpetua, el qual llevavan de diestro dos personas, por causa de que llevaba asido con ambas manos sobre el arson delantero de. la silla, un cofre serrado, y luego el Fiscal del Santo Oficio que llevava el estandarte de la fee, que es de damasco carmesí, con dos puntas, cordones y borlas de oro, y seda, que por ambas partes tienen sembrados algunos escudos bordados con mucho artificio y primor, y en sus campos las armas del apostol Sant Pedro, Príncipe de la Iglesia, y los de Santo Domingo, y San Pedro Martyr, y á su lado el arcangel Sant Miguel, y sobre la vara de plata deste estandarte, yba la Santa Cruz de la fee, toda de oro, de honguillos, con sus franjillas al pié, de oro y seda, el qual es muy costoso y agradable á la vista, y á su lado izquierdo iva Don Joan Altamirano, que llevava las borlas del estandarte, en cuyo seguimiento venian el Lic. Vivero, y el Dr. Rivera, consultores del Santo Oficio, y la audiencia Real por sus antigüedades; y en lo último Su Señoria el Virey, que iva á el lado derecho del Inquisidor mas antiguo, que iva en medio, y detras sus pajes y criados, y con esta borden llegaron al cadalso á las siete de la mañana, en el qual, despues de haver subido se asentaron en el Tribunal, y asientos, con el borden que avian venido; y al principio de las gradas del medio, por donde suvieron al Tribunal, se sentó el fiscal del Santo Oficio, teniendo á su mano derecha, fijado en el tablado, el estandarte de la fee, y á su mano izquierda, Don Joan Altamirano, y tres gradas mas vajas, Bernardino V"asquez de Tapia y el Regidor Alonso de Valdés, y en las tres últimas, el Notario Pedro de Fonseca, á cuyo cargo era llevar las sentencias á los Relatores, dadas por mano del Secretario.

En las gradas de mano derecha del Tribunal, en la primera, junto á la varanda de en medio, se assentó el Lic. Vasco Lope de Bivero, corregidor que fué desta ciudad, y consultor del Santo Oficio, que por no ser de la Real Audiencia se le dió este lugar, y á su lado los Prelados de las hordenes Provinciales, Priores y Guardianes, y mas bajo los catedráticos de las hordenes, maestros y Religiosos graves; y en las de mano izquierda, en la primera, Calificadores, Patrocinadores y Comisarios de los Obispados de este Reyno, y mas bajo, Catedráticos y Religiosos graves y caballeros; y al pié de las unas y otras gradas avía repartidos 12 doctoreb de la Universidad, entremetidos unas personas graves con otras en bancos, porque el Santo Oficio hordenó que no uviese lugares señalados, y en el banco de espaldas de la mesa el Secretario con las llaves del dicho cofre, que era de evano, y se puso sobre ella, que tenia media vara de alto, y media de ancho, aforrado en terciopelo carmesí, todo guarnecido con visagras, chapas, cerradura, tachuelas y llave de oro, y en las esquinas de su asiento, quatro leones de oro, fijados á él; cuya figura hace demostracion feroz por su guarda, y dentro dél estaban las relaciones y sentencias de los culpados, y sobre la mesa, recaudo para escribir, con tintero y salvadera de plata, en que estaban gravadas las armas del Santo Oficio; y como se ha dicho arriva, se asentaron en los vancos, por su borden, los demas del acompañamiento. A todo lo qual se dió principio con un Sermon breve, por el tiempo tan corto que restaba, el qual predicó con mucha asepcion de los oyentes, el Dr. Don Juan de Servantes, arcediano de la Catedral de México, catedrático de Escritura, calificador del Santo Oficio, y Juez ordinario de las causas de la fee, despues del qual, en el mismo púlpito del Sermon, el Secretario del Santo Oficio leyó el juramento que izo el Tribunal y todo el Pueblo, sobre un libro misal, de perseguir y arruinar por todas vias á los enemigos de nuestra Santa Fee Católica, y á su lado estava el Dr. Aranguren, Capellan del Santo Oficio, que tenia el misal, revestido con un sobrepellis, y muy rico. No estava con poco cuidado el secretario en el sacar de las sentencias del cofre por su borden, las quales iva entregando al Notario Pedro de Fonseca, que las llevava á los Relatores, y leydas aquellas las ponla en el cofre; y sacava otras, y desta suerte prosiguió como persona entendida, diestra, cursada en este ministerio, y muynecesaria en él. Y comenzando á leerse, llamava á la gradilla del pasadiso, á cada uno de los penitentes, por su nombre y naturaleza, hasta que las causas de los relajados fueron leydas, y á las 5 de la tarde se entregaron al brazo seglar; y bajados del cadalso, los llevaron; y á la entrada de calle de Sant Francisco, donde estaba en un tablado puesto un sitial, adornado de alfombras, y sentado en él el Dr. Francisco Muñoz Monforte, correjidor de esta Ciudad, y á su lado izquierdo Juan Perez de Rivera, familiar del Santo Oficio, y escribano público della, por las quales les fueron pronunciadas sus sentencias, y notificadas, de donde los llevaron por esta calle con voz de pregoneros, que manifestaban sus delitos, hasta el quemadero, y en el discurso del camino, los Religiosos que acompañaban á Simon de Santiago, aleman calvinista, ficto simulado, confitente revelde, pertinaz, condenado á quemar vivo, á quien yvan aconsejando y amonestando por los mejores medios y caminos que podian, se convirtiese á la Ley Evanjelica y fee Católica, el qual asiendo poco casso se sonreia como lo izo en el cadalso, todo el dia, comiendo lo que le daban, con demostracion de contento, como si uviera de ir á vodas, y con grande desvergüenza respondia, no cansa, padres, que esto no es forza. Y porfiando les decia no des bases padres, como enojado, y finalmente, sin querer tomar la cruz en las manos, murió quemado vivo, y siempre tuvo una mordaza en la boca, por las blasfemias que decia, y era tan torpe de entendimiento que no aliaron caudal en él los Relijiosos para argüirle, y con sus argumentos convencerle de sus herrores, y con él murió Tomas de Fonseca Castellanos, eI qual aunque hacia demostraciones de morir cristianamente, fueron con muncha tibieza.

Y luego D. Mariana Nuñez de Carabajal, doncella, murió con muncha contricion, pidiendo á Dios misericordia de sus pecados; confesando la Santa fee católica, con tanto sentimiento y lágrimas, que enternecía á los que oyan, diciendo mil requiebros á la cruz que llevava en las manos, besándola y abrazándola, con tan dulces palabras, que ponian silencio á los Relijiosos que ivan con ella, dando todos infinitas gracias á Dios Nuestro Señor, por la gran misericordia que con ella usava, por donde se entiende que está en carrera de salvacion, y para gloria de Jesucristo Nuestro Señor diré lo que dijo esta doncella en el cadalso, y munchos que allí estavamos, oymos razonando con una ermana (Anica) y sobrina, que tambien salió al auto con ávitos de conciliacion; Boy muy contenta, a morir en la Fee de Nuestro Señor Jesucristo, que fué cosa de gran regocijo para los cristianos. Este dia se reservó otro relajado, y se volvió al Santo Oficio no se sane porqué causa.

Y prosiguiendo con las sentencias del cadalso asta que quiso anochecer, que vasto á que se leyesen las causas de dos en dos, y cerrando el dia con luces de achas, de quatro en quatro, y fenecidas con nueva majestad y señorío, el Inquisidor mas antiguo tomó la estola y el libro que trujeron dos capellanes del Santo Oficio, en dos ricas fuentes doradas, y comenzó en tono grave la ausolbcion, alumbrandole con una vela de sera blanca puesta en un mechero de plata, respondiendo la capilla en canto de hórgano con maravillosas voces que las ay en esta Iglesia Catedral, con un maestro diestrísimo, y acavada á las ocho de la noche, volvieron á la lnquisicion, el Santo Oficio, Virey y audiencias con el demas acompañamiento, y por el mismo borden que avian llevado, y delante muchas achas encendidas, de cuyas luces avia muncha cantidad, en las ventanas y puertas de la calle desde el cadalso hasta la Inquisicion, que en ella causaban gran claridad, y llegados se despidó el Virey y audiencia.

Y porque los familiares padrinos volviesen con sus ahijados, se suvieron al pasadiso del cadalso, y puestos en él en dos yleras, arrimados á las varandas, pasaron por medio los Penitentes con sus velas encendidas, y los padrinos conocieron sus ahijados, y por su borden fueron vajando á la puerta donde estavan las cruces de las parroquias, sin velos, con mangas de terciopelo carmesí, bordadas de boro, y seda, adornadas de munchas flores, por el triunfo de la fee, guiando por la calle de Sto. Domingo, se volvieron los Penitentes al Santo Oficio, donde se entregaron al Alcayde, presente el Secretario y Alguacil mayor, del número de los quales volvieronmenos las diez y siete estatuas y tres relajados que quemaron.

El Lunes siguiente, Martes, Miercoles y Jueves, se sacaron del Sancto Oficio, en forma de justicia, á azotar por las calles públicas, con voz de pregoneros que manifestavan los delitos, á los que á ello estavan condenados, y los que yvan á galeras, se llevaron con testimonió de sus causas, á la Carcel de Corte, y se entregaron al Alcayde y escribano de entradas de ella, y los negros á sus amos, y los de cartel perpetua al Alcayde, y los demas se llevaron á los lugares que se les señalaron para el Sancto Oficio.

Y este dia, la tarde, Lunes 26 de Marzo, el Illmo. Sr. Conde de Monterey, visorey de esta Nueva España, salió de Palacio, acompañado de su guardia y de la jente mas principal desta Ciudad, con la qual izo un general paseo por ella, demostrando la alegría que tenia, y todos deven tener, por el Triunfo de la Sancta Fee Católica, y de la Iglesia Romana, contra los erejes, y por la destruicion de los vicios, y pecados, lo qual izo á imitacion de un paseo que por las mismas causas hizo el Rey D. Felipe 2.° nuestro Sr. que sea en Gloria, cuando el auto de Casaya, que se ayó presente. Plegue á Dios nuestro Sr. que todo aya sido para nuevo ensalsamiento de su santa fee Católica, confusion y abatimiento de nuestros enemigos, alabanza y gloria de Jesucristo Nuestro Sr., y de su bendita Madre la Virjen María, y de su corte celestial, por cuyos méritos se sirva de amparar y ayudar y favorecer á tan Santo y necesario Tribunal, y prospere los sucesos en la estirpacion de las erejias, conservando el uso del Santo Oficio, como merece. y su Divina Majestad puede.

— Amen.—Laus Deo.»