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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1590 Acta de la diligencia de tormento a Doña Francisca Núñez de Carvajal

Francisca Núñez de Carvajal

"Y con esto, fue llevada a la cámara del tormento por el dicho alcaide, a la cual fueron luego los dichos señores inquisidores a hora de las ocho y media de la mañana, poco más o menos.

Y estando en ella, fue tornada a amonestar que por reverencia de Dios diga la verdad, si no se quiere ver en este trabajo y peligro, dijo que la verdad es que ella creyó derechamente en la ley de Moisén [...] e que lo demás se lo levantan, y que miren que es una mujer y no la afrenten ni desnuden [...]

Y con esto, amonestada, fue mandado entrar y entró el ministro (el verdugo), y que la desnuden, y dijo que la maten o den garrote luego y no la desnuden ni afrenten, aunque le den mil muertes; lo que dijo de rodillas llorando mucho [...]

Y estando desnuda con unos zaragüelles y la camisa baja, en carnes de la cintura arriba, fue tornada a amonestar que diga la verdad con apercibimiento que se pasará con el tormento adelante [...]

Fuéronle mandados ligar los brazos flojamente, y estando ligado fue vuelta a amonestar [...]

Dijo que la verdad toda ha dicho y que miren que quitan la madre a los hijos y que nunca tal entendió que se usara con una mujer y que ella encomienda a Dios su alma [...] Le fue mandada dar y apretar una vuelta de cordel a los brazos; diósela y dio muchos gritos, diciendo: Tanta crueldad, tanta, ¡ay!, ¡que me muero! Apretósele más y dijo lo mismo muchas veces con muchos gritos [...]

Amonestada, se le dio segunda vuelta de cordel [...] y dio nuevos gritos: Que se muere, que se muere, y que le den la muerte junta porque la descoyuntan del todo y le acaban la vida, que no lo puede sufrir, y si más supiera lo dijera [...] Le fue mandada dar tercera vuelta de cordel [...] y dijo: Ya tengo dicho que creía y guardaba la ley de Moisén y no la de Jesucristo; y dio nuevos gritos, y que hayan misericordia de ella [...] Se mandó dar y dio otra cuarta vuelta de cordel, y dio grandes voces: Que se muere y no lo puede sufrir y que ya se les acabó a sus hijos su triste madre. Diósele otra quinta vuelta de cordel [...] y dijo lo mismo muchas veces [...]

Y fue mandada tender y ligar en el potro [...] y vuelta a amonestar [...] y que por reverencia de Dios diga ya la verdad y se duela y compadezca de sí propia, y dijo: No tengo que decir sino testimonios y eso no quiera Dios que lo diga, no los he de decir, ni lo sé; sea Él bendito, que así me trata con tanta crueldad, nunca oída jamás a mujer [...]

Y diciendo esto se levantó sobre el potro, y amonestada, dijo: No sé qué decir, sino que triste nací del vientre de mi madre y desdichada fue mi suerte y mi triste vejez. Y vuelta a tender en el potro [...] y se prosiga el tormento [...] se volvió a levantar y levantada de rodillas [...] dijo: Que también le enseñó de esta ley de Moisén, su marido, etc."

 

 

 

 

 

José Toribio Medina, Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en México, México. UNAM/Miguel Ángel Porrúa, 1987. 574 págs. pp. 99-101