1562 ca.
Entre mis apuntes viejos de Bibliografía, he escogido algunos para formar la presente obrilla. De ellos se publicaron los intitulados Códice Telleriano Remense, Cronistas Tenochcas y Sahagún. El primero se imprimió con notables variantes; y ahora le agrego un párrafo de la Introducción de mis Pinturas Jerolíficas. El Sr. D. Manuel Orozco y Berra reprodujo el segundo en su Prólogo á la Crónica de Tezozomoc. El tercero salió en edición especial, y se reimprimió en el tomo VI de la tercera época del Boletín de la Sociedad de Geografía y Estadística. Todos estos pequeños trabajos fueron escritos ha más de treinta años. Estudios posteriores sin duda ameritarían su reforma; pero prefiero darlos como salieron de mi pluma, porque mi único objeto al publicarlos ahora, es conservar varios datos que por afortunada casualidad adquirí entonces, y que acaso merezcan conservarse.
CODICE TELLERIANO REMENSE
El códice Telleriano Remense se encuentra en la colección de Kingsborough, en el tomo primero. Ultimamente se ha publicado reducido, en los Anales palemtológicos. París. [1]
Los códices Vaticano y Telleriano Remense parecen ser de un mismo origen. No son originales, sino copias hechas en papel europeo poco después de la conquista.
El primero se conserva en la Biblioteca del Vaticano bajo el núm. 3,738; es el más completo. El segundo forma parte de los M. SS. de la de París, con la siguiente marca: Codex Telleriano-Remensis, 14 Reg. 1616; y según una nota de Kingsborough, estaba en su tiempo en la Biblioteca de la Cámara de Diputados de París. El primero tiene 149 láminas y el segundo 93, en la publicación de Kingsborough.
Es muy notable el códice Vaticano por la parte que contiene de teogonía y cosmogonía. Esta parte tiene un texto explicativo en italiano, y notas en inglés de Kingsborough. Explica también las dos primeras láminas de la peregrinación; pero no el resto del códice.
El códice Telleriano Remense tiene su explicación en castellano, la cual abraza los anales hasta el año de 1557.
Debo añadir, que por algunas notas de la interpretación del códice Vaticano, parece que es una copia hecha en Roma. La explicación italiana dice, hablando de fray Pedro de los Ríos: "che e quello che recopio la piu parte di questa dipintura."
Han dado descripciones de este códice, Zoega y el jesuíta Fábrega.
Zoega.—De usu et origine Obeliscorum, pág. 530, dice: "pagini centum quinquaginta tribus ostendit pictas figuras cum adjecta interpretatione; Itálico Sermone expresa."
Fábrega, en su explicación del códice Borgiano, nos da noticias extensas en los párrafos 18 y siguientes. Dice así:
“18. Por noticia que benévolamente me comunicó el Excelentísimo Sr. Cardenal Esteban Borgia, he leído copia del Libro Mexicano que existe en la Biblioteca Vaticana bajo el número 3,738. La copia está en 94 fojas de Papel Real Europeo, parte pintadas y explicadas en italiano, parte blancas y parte con solo las figuras. Por ignorancia del encuadernador, sus páginas están en tal desorden, que embarazan mucho á los lectores. La misma como se ve del folio 4º, fué hecha por el padre F. Pedro Ríos, Dominico, en el año de 1656. De este autor, ninguno, que yo sepa, ha hecho jamás mención. Por el estilo, materias y figuras, ella aparece extractada de muchos códigos originales; y por los dos diversos caracteres, parece haber sido traducida en italiano por diversos sujetos."
“19. El padre Ríos no indica dónde existieron los originales, ni tampoco nombra los Indios de los cuales aprendió las tradiciones singulares que en ella se leen. Estas no pueden conocerse por las figuras expresivas, de donde resulta que leyendo sus explicaciones, parecen ser todas aventuradas á capricho; sin embargo, confrontándolas con los originales Vaticano y Borgiano, me han suministrado un grande auxilio. Yo creo introducida la dicha copia en aquella Biblioteca antes del 1570, año en que murió el Cardenal Marco Antonio Amalio. Aquel purpurado hizo copiar algunas figuras de la misma, que dejadas entre sus papeles al Senador Maripieri, y venidas después á manos del Pignoria, fueron publicadas con otras varias en la nueva edición de la obra del Cartari hecha por él en Padua en el 1615. Por el número con que está señalada, se ve que es anterior en aquella Biblioteca al códice original, citado en el núm. 6."
"20. Cuando se hayan ordenado sus páginas, formarán una obra tripartita. La primera deberá tratar de los cielos, de los planetas, de las épocas del mundo pasadas y futuras; de los dogmas, tradiciones, ritos y costumbres de varias de aquellas naciones. La segunda, de sus 20 períodos tredecimales, y 18 meses; sobre sus héroes ó semidioses diurnos y nocturnos, con el turno de sus conmemoraciones. La tercera trata de las progenies pobladoras de los Reynos de México, de su partida de Chimotzoc ó siete grutas en el año 2º, acatl, de la 1ª Indicción, tochtli, que dice el intérprete corresponder al núm. 1,194; del viaje, conquistas, fundación de su Capital; de sus Capitanes, Jefes y Reyes, sus nombres y hechos; datas cronológicas de los mismos, y de los fenómenos sublunares acaecidos; del arribo y conquista de los españoles, establecimiento del Gobierno civil y eclesiástico de los mismos, y de la conversión de los indios á la fe, hasta la muerte de Monseñor Zumárraga, verificada en el año 5, calli, de la 4ª Indicción, calli, ó 44 del último ciclo Mexicano, correspondiente al 1548 de nuestro cómputo, y abrazaría 354 años por todo."
"21. De esta tercera parte casi nada explica el intérprete, de lo que si no se atribuye á cansancio ó á graves negocios, será difícil adivinar el motivo. Cuanto más cercana estaba á sus tiempos la historia representada en aquella parte, tanto más fácilmente podía indagarla, principalmente entre muchos mexicanos de más de cuarenta y cinco años de edad, que él debe haber tratado, prácticos en aquellos símbolos y bastantemente instruidos en las historias mismas. Con pocos rasgos de pluma, no nos habría dejado nada que desear acerca de las cifras, y principalmente acerca de los símbolos de los tiempos, para poder calcular los muchos fenómenos celestes, indicativos en la misma tercera parte con la exactitud característica de los mexicanos. Por las interpretaciones que él da á las dos primeras partes, se ve claro que aquel religioso no tuvo tiempo de rever aquel su escrito. Los nombres de los ciclos y signos celestes son todos alegóricos. Los numerales de los años que indican la duración de las épocas y estados del Mundo, debían ser por él demostrados y debía poner muchas cifras que denotasen las tradiciones que él cuenta." (La obra de Fábrega es un manuscrito italiano, del que tengo copia en mi colección, y la traducción citada es del Sr. Lic. D. Teodosio Lares, la cual original existe en mi biblioteca.)
En cuanto al códice Telleriano, el Sr. D. José Fernando Ramírez hace la siguiente descripción, que se halla en mi poder, entre sus manuscritos inéditos:
"El original del Códice Mexicano, llamado Telleriano, que se conserva en la Biblioteca Imperial de París, está escrito en papel europeo de la clase y dimensión del que en México se conoce hasta hoi con la denominación de Genoves. Sus dimensiones son 0.31 long. 22 1/2 cents, lat.— Comienza con una foja blanca, en cuyo tercio inferior se lee — "Codex Telleriano- Remensis, 14. Reg. 1616."—A la vuelta y al comenzar la pagina— "Méx. n. 1.— A esta foja siguen 50, todas excepto la 35ª llenas con figuras iluminadas y textos explicativos.— Su numeración es mui moderna, con excepción de la ultima que dice— 4.9 fojas; única también que se encuentra en esta clase.— Su discrepancia con la moderna, que marca la foja 50, consiste en que aquella contó solamente las fojas útiles, excluyendo, por consiguiente, la 35ª blanca.—El volumen concluye con otra igualmente blanca.—Todas las que lo componen, con excepción de la 7ª 24ª-, y 50ª, están escritas de ambos lados con caracteres geroglificos iluminados, y explicaciones en castellano; reunidas en un volumen toscamente encuadernado en pergamino.— A lo largo de un dorso se lee el siguiente titulo, de letra gótica, escrito con tinta negra — "Jeroglíficos que vsavan los ........"La palabra final está borrada. El Barón de Humboldt, que examinó este manuscrito á principios del Siglo, lee — "de que usaban los Mexicanos."
"Examinando detenidamente este volumen parece componerse de tres cuadernos separados. Conservaremos esta división, en el curso de nuestro examen, considerando aquellos como otras tantas partes del manuscrito; advirtiendo que esta división en partes, no existe en el original, ni las estampas tienen tampoco la numeración ordinal que aquí se les pone."
PARTE PRIMERA.
"Comprende siete fojas, que estando escritas por ambos lados, á excepción de la ultima, forman 12 paginas. Su asunto es la representación de los periodos de 20 dias llamados vulgarmente meses. Comenzando aquel por el denominado Tecuilvitontl, que en su disposición ordinal es el 7º, ya se manifiesta claramente que faltan en el manuscrito las fojas correspondientes á los seis primeros meses."
"Este Códice es el segundo de los copiados en la famosa Colección de Antigüedades Mexicanas publicada bajo los auspicios de Lord Kingsborouh. Colacionada la copia con su original se notan diferencias, mas ó menos graves, ya en los contornos ó colorido de las figuras, ya en el texto de sus interpretaciones, ya, en fin, en las referencias de este á las figuras. Notar sus discrepancias es el objeto de este trabajo; y su desempeño se hará con el análisis critico de las laminas que lo reclamen. Una sola observación conviene adelantar porque es común á las tres partes que componen la obra. Para que mejor se comprenda, es necesario dar á conocer el sistema seguido en la delineacion de las figuras y en la trasposición de las apostillas ó comentarios que forman la interpretación de las figuras geroglificas."
"Los Mexicanos simbolizaban los meses en una figura humana con facciones y adornos mas ó menos fantásticos. Esta figura ocupa, en el Códice que analizamos, el centro de la parte superior de la pagina, y aqui solo se ha señalado su lugar, ó bosquejado para acomodar las explicaciones en la forma que guardan en el original. Aunque este manuscrito no sea original, pertenece ciertamente al siglo mismo de la Conquista de México, y su copia se ha ejecutado por un escritor mexicano ó por una persona mui versada en el conocimiento de los caracteres mexicanos. El, bajo su aspecto gráfico, es mui superior al manuscrito de la Biblioteca del Vaticano num. 3,738, cuyas figuras revelan por todas partes la pluma de una mano europea. Algunos de sus poseedores, cuatro por lo menos, quisieron esclarecer el sentido de las figuras, y al efecto le añadieron algunas explicaciones en lengua castellana, escribiéndolas encima, á los lados, al pie y aun dentro de las mismas figuras. De aqui resultó una serie de comentarios que debían considerarse como otras tantas interpretaciones, todas sucesivamente diversas, como lo eran las personas que las habían escrito. Formar de todas ellas un solo texto sin discernir las que pertenecían á cada comentador, era formar una masa indigesta, incoherente y aun absurda, por la dificultad de evitar las contradicciones y aun contrasentidos. Esto es, sin embargo, lo que en su mayor parte hizo el redactor de la Explicación del Códice Telleriano-Remense, según se encuentra impresa en el tomo V de la Colección de Kingsbcrough. El descuido se llevó hasta el punto de cortar el comentario de un interprete con la intercalación del de otro, concluyendo el periodo con la parte restante del primero. Nada, pues, tiene de extraño que muchas de esas explicaciones sean absolutamente incomprensibles."
"En las pags. 20 y 21 se ve clara la sucesión de tres comentarios."
Hasta aquí el Sr. Ramírez. Sólo debo agregar que al publicarse ambos códices en la colección de Kingsborough, tuvieron que sujetarse á fojas iguales y solamente litografiadas por un lado: de manera que en la impresión aumentó el número de las páginas; debiendo también advertir que á veces se equivocó su orden.
Por todos estos datos, parece cierto que la copia más antigua es la Telleriana, probablemente hecha en México; y que fué llevada á Roma por Fr. Pedro de los Ríos, quien copió una parte, que es el códice Vaticano, el cual aparece ahora más completo sin duda porque se extraviaron ó destruyeron algunas fojas de aquél.
Kingsborough también atribuye la copia Telleriana á Fray Pedro de los Ríos.
Agregaré, para concluir, que Humboldt, en las Vistas de las Cordilleras, habla de ambos códices, haciendo una descripción extensa del Telleriano que, según él, se llamó así por haber pertenecido á Le Tellier. Además, en su Atlas publica con colores algunos fragmentos de los dos.
Dos años hace, en 1901, en mi libro intitulado Pinturas Jeroglíficas, dije lo siguiente: "el Sr. Duque de Loubat hizo publicar dos códices muy importantes: el Telleriano Remense y el Vaticano número 3,738. El primero fué mandado pintar por el dominicano Ríos en México, en el siglo XVI. Se compone de dos partes. La primera comprende las deidades de las veintenas del año, los cinco nemontemi y el bisiesto; y sigue un tonalamatl. La segunda es la historia de los mexicanos desde su salida de Aztlan hasta el año 1549, fecha de la muerte del primer Obispo de México; si bien continúan algunos cuadretes de años hasta 1561. Observando ambas pinturas, se ve que son de origen diverso, aunque Ríos las reunió en una sola copia. Para distinguir una pintura de otra, basta comparar los signos de los días, especialmente los cuatro cronográficos; y son muy diferentes los del códice histórico de los de la parte cronológica. Igual diferencia se nota en el dibujo y color de las figuras, los cuales son muy superiores en la primera parte. A las pinturas acompañó Ríos algunos comentarios, que van escritos con letra grande redonda. En el códice hay además comentarios de otras dos letras, y tal vez de una cuarta. En la impresión del Duque de Loubat están reproducidos en las láminas los comentarios: lo cual no hizo Kingsborough, quien, como ya hemos dicho, los imprimió en el tomo V de su obra. El códice ha perdido algunas de sus fojas; pero por fortuna estaban copiadas en el Vaticano. Este es en gran parte una copia de aquél: tiene la cronología y la historia; y como observa muy bien el P. Ehrle, en las pinturas del Telleriano se se ve la mano hábil y acostumbrada de un tlacuilo mexicano, mientras en el Vaticano se nota la inexperta de un copista italiano, un colorido impropio y falta de carácter. Se publicó este códice con el nombre de Vaticano Ríos, y se ha discutido si Ríos es el autor de sus comentarios. Yo en una nota de mis Dioses astronómicos, digo terminantemente que Ríos fué el intérprete del Telleriano, y no el autor de las anotaciones italianas del Vaticano. Esta cuestión, bastante importante, se resuelve á la vista de la nueva impresión del segundo. Se observa desde luego, que se formó un libro de hojas en blanco para copiar en él varias pinturas. Se hizo la copia de la parte cronológica del Telleriano; está completo el tonalamatl; siguen cinco hojas en blanco destinadas acaso á otras pinturas; y después los 18 símbolos de las veintenas, sin los nemontemi. Al final del libro va copiado el códice histórico, hasta la muerte del Obispo de México; y después 7 cuadretes de años. Pero no tiene solamente estas pinturas el códice Vaticano: comienza con otras de diferente carácter, las cuales abrazan los cielos, el camino de los muertos, las deidades de los muertos, los cuatro soles y las leyendas de Totec y Quetzalcoatl. Después de la parte cronológica de Ríos, y dejando algunas hojas en blanco, siguen los sacrificios y algunas otras figuras, de la misma mano de la primera parte, pues el colorido es semejante é igual el dibujo de los piés. Sin duda estas pinturas no pertenecían al códice de Ríos, y son copia de otro códice que, según el P. Ehrle, fué llevado por un sacerdote á Roma, también en el siglo XVI. Como se ve, se trató en este álbum de recopilar las pinturas jeroglíficas que pudieran tenerse á mano en la Biblioteca del Vaticano, dándoles un orden de materias: la parte religiosa al principio, y la parte histórica al fin. Es por lo mismo impropio llamar Ríos á este códice, pues contiene pinturas diferentes de las suyas, y el intérprete es otro, quien al referirse á aquél en algunos pasajes, bien demuestra ser una tercera persona. Además, en la parte histórica no copió los comentarios de Ríos. Si se ha buscado el darle este nombre, para distinguirlo del manuscrito 3,773, creo mejor llamar ritual á éste, como yo he hecho, con lo cual se consigue ese fin. No es conveniente cambiar á los códices los nombres que de muchos años atrás tienen, pues ya han sido citados con ellos en varias obras, y el cambio puede traer trastornos y confusiones. Debemos agregar que el códice Telleriano va precedido de un importante estudio de Mr. Hamy, y el Vaticano de un trabajo interesantísimo del P. Ehrle."
Notas:
[1] El Duque de Loubat ha hecho en 1899 una magnífica edición facsimiliaria.
Chavero Alfredo. Apuntes viejos de bibliografía mexicana. México. Tip. J. I. Guerreri y Cia. Sucs. De Francisco Díaz de León. 1903.
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