Julio de 1542
Partió Juan Rodríguez del puerto de Navidad, para descubrir la costa de la Nueva España, a 27 días de junio de 1512.
Tardó desde el puerto de Navidad hasta cabo de Corriente un día e una noche, cuarenta leguas, con viento Sueste.
Desde el miércoles hasta el jueves siguiente anduvieron su derrota, a luengo de la costa, treinta y cinco leguas.
Domingo, a 2 días de julio, tuvieron vista en la California, tardaron en atravesar, por amor de los tiempos, que no fueron muy favorables, casi cuatro días; surgieron el lunes siguiente, a tres del dicho, en la punta de la California, e ahí estuvieron dos días, e de ahí fueron al puerto de San Lucas el jueves siguiente, e tomaron agua; no vieron estos días indio ninguno, dicen que está este puerto en 23 grados, y es desde la punta al puerto limpio e fondable, y es tierra pelada y doblada.
Partieron del puerto de San Lucas el jueves a la noche, y el sábado siguiente, a 8 del dicho mes, surgieron en la punta de la Trinidad, que está en 25 grados: habrá de San Lucas cinco leguas, es costa limpia, sin recuesta ninguna; dentro, en la tierra, parescen sierras altas e peladas e dobladas; estuvieron surtos aquí; por ser los tiempos contrarios de Oest Norueste, hasta el miércoles siguiente.
Miércoles, a 12 días del dicho mes, partieron de ahí; en el puerto de la Trinidad hace puerto una isla que está ahí, y es buen puerto, abrigable para los vientos Oesnoruestes; el puerto de la isla es en la cabeza de la isla, de la banda del Sueste, y es puerto limpio y fondable, no tiene agua ni leña, terná la isla diez leguas de longitud, y de latitud dos leguas; surgieron esa noche.
Partieron el jueves siguiente y pasaron por el puerto de San Pedro, que está en 25 grados y medio; en este puerto no hay agua ni leña; su travesía es suertes, tiene buen reparo para ponientes, fueron navegando por la costa, que hace una gran ensenada, al cabo de la cual está, en 26 grados; es tierra baja e médanos de arena, costa blanca e limpia; fueron navegando a luengo della con vientos bonancibles hasta 27 grados, y miércoles a diez y nueve del dicho mes, fueron en tierra a un puerto que hallaron, e salidos en tierra, hallaron un camino seguido de indios, e fueron por él un tiro de arcabuz, donde hallaron una fuente de agua; es tierra llana dentro y pelada y muy seca, pusieron nombre el puerto de la Madalena; habrá cuarenta leguas de la bahía de San Martín hasta este puerto.
El jueves siguiente a 20 del dicho, partieron deste puerto y fueron navegando a luengo de la costa con vientos ruines, y obra de seis leguas de allí hallaron un surgidero detrás de una punta que llaman punta de Santa Catalina, y así anduvieron navegando a luengo de la costa, y el martes siguiente, a 25 del dicho mes de julio, descubrieron una bahía grande en 27 grados y medio; caminaron muy poco estos días por los ruines tiempos, surgieron en este puerto y pusieron nombre el puerto de Santiago; habrá del puerto de la Madalena veintitrés leguas; están de la punta de Santiago en cinco leguas unos bajos muy peligrosos y de peña, y no parescen sino cuando revientan la mar en ellos, están una legua de tierra y en 27 grados y medio largos; llámanse Abreojo; fueron caminando por la misma derrota a luengo de la costa hasta los 28 grados, y allí surgieron al abrigo de una punta; aquí hay arboledas, lo que no vieron desde la punta de la California; habrá desta punta al puerto de Santiago a la punta del Norueste veintitrés leguas; son tierras altas y fragosas, con algún arbolado: pusimos nombre Santana, tiene una isleta obra de una legua de tierra.
Jueves, a 27 del dicho, partieron del dicho puerto de Santana, e fueron a surgir obra de seis leguas de allí, en un puerto que pusieron nombre Puerto Fondo, por el mucho fondo que tenía, que junto a tierra había treinta brazas; es limpio, e partieron el otro día siguiente del dicho puerto, e torearon a arribar tres veces al dicho puerto con tiempos contrarios, y estuvieron en el dicho puerto hasta el lunes siguiente.
Lunes, a 31 del dicho mes, partieron del dicho Puerto Fondo, e surgieron obra de ocho leguas de allí; aquella noche e otro día partieron a su navegación, martes 1.º día de agosto; partieron de allí e anduvieron obra de diez leguas, donde surgieron en un puerto que pusieron San Pedro Víncula; está este puerro a vista de la isla de Cedros; está este puerto en 28 grados y medio largos, es tierra alta y fragosa e pelada; desde California acá no hemos visto indio ninguno.
Miércoles, a 2 del dicho mes, partieron deste puerto y les dio viento contrario y anduvieron volteando, fueron a surgir a una isla que está de la parte del Sueste de isla de Cedros, cuatro leguas della, y está esta dicha isla, que llamaron Sant Esteban, con la remate de la punta de la tierra firme Leste Oeste, costa de Norueste Sueste; está una legua de la tierra firme; desta punta la tierra firme vuelve la costa hacia Lesnordeste y hace una ensenada grande que no paresce tierra; entre la isla e la tierra firme hace buena canal y han de pasar allegados a la isla, porque hay una restinga debajo que sale de la punta hasta un cuarto de legua; hay mucha yerba sobre agua que se cría en el fondo y está pegado abajo, córrese esta isla con Sant Pedro Víncula, Norueste Sueste, terná esta isla tres leguas de redondez; estuvimos en esta isla con viento contrario hasta el sábado siguiente, a 5 del dicho mes de agosto; tiene buen puerto de la banda del Sueste; hay mucha pesquería de anzuelo y muchos pájaros.
Partieron de la isla de Sant Esteban sábado, a 5 de agosto, e fueron a surgir a isla de Cedros, donde estuvieron hasta jueves, a 10 del dicho mes, tomando aguada y leña; no hallaron indios, aunque hallaron rastro de ellos; está esta isla en 29 grados la punta de sotavento de la banda del Sur, y tiene desta banda del Sur buenos puertos e agua e leña, y es desta parte pelada, que no tiene sino unas maticas pequeñas; es isla grande e alta y pelada e córrese Leste Oeste, y terná de longitud desta banda del Sur doce leguas.
Partieron de isla de Cedros jueves a 10 días del dicho mes de agosto, para seguir su viaje, y fueron la vuelta de la tierra firme navegando al Norte; anduvieron este día obra de diez leguas, y el viernes siguiente fueron a surgir a un puerto, que le llamaron puerto de Santa Clara; es buen puerto, fueron en tierra e hallaron cuatro indios, los cuales se huyeron; está este puerto en 30 grados escasos, córrese con isla de Cedros Nordeste Sudueste, y córrese, esta costa desde el puerto hacia la ensenada Nor Norueste Su Sueste; es costa limpia e fondable, es tierra pelada e no es fragosa; tiene llanuras y valles; estuvieron en este puerto hasta el domingo a 13 día del dicho mes, por los ruines vientos.
Domingo, a 13 días del dicho mes, partieron deste puerto y fueron navegando a luengo de la costa con vientos escasos, surgiendo cada noche, y el martes siguiente surgieron en una punta que hace una ensenada, que está en 30 grados y medio; tiene muy poco reparo, llamáronle punta de Mal abrigo.
El miércoles siguiente fueron navegando a luengo de la costa, y dioles mucho viento Norueste, que era su contrario, y estuvieron al reparo a la noche sin ganar para adelante nada, y el jueves siguiente anduvieron con aguaceros y contrastes e calinas, que no tornaron la tierra, y esta noche siguiente tuvieron mucho viento de Oes Norueste, que estuvieron al reparo, y el viernes siguiente anduvieron con vientos bonanzas, y se hallaron a barlovento de la punta de Mal, abrigo seis leguas; e así anduvieron hasta el sábado siguiente, a 19 del dicho mes, que surgieron en una isla pequeña, que está media legua de tierra firme; estará diez leguas de la punta de Mal abrigo; está en 30 grados y 23; tiene buen surgidero y buen reparo, llamáronle San Bernardo; terná una legua de Norte Sur, córrese la costa de la tierra firme Nor Norueste Su Sueste, y es costa limpia la tierra adentro; es de muy buen parescer y llana, y hay valles buenos e alguna arboleda, y lo otro es pelado, no hallaron estos días señal de indios.
Domingo, a 20 del dicho mes de agosto, partieron de la isla de San Bernardo y allegaron a la punta del Engaño; y estará siete leguas desta isla, la cual punta está en 31 grados; corre ese la costa de la punta hacia la isla Nor Norueste Su Sueste; en la punta del Engaño la tierra no es alta y paresce en sí buena tierra y llana; las sierras son peladas; no vimos señal de indios, e así fueron navegando hasta el lunes siguiente, siguiendo la costa al Norte o al Nordeste, e obra de diez leguas de la punta del Engaño descubrieron un buen puerto, en el cual surgieron y tomaron agua e leña; está en 31 grados y medio; es puerto para poder nacer cualquier adobio a los navíos, poniéndolos a monte.
El martes siguiente el capitán Juan Rodríguez Cabrillo fue en tierra y tomó posesión en ella en nombre de Su Majestad y del Ilustrísimo Sr. D. Antonio de Mendoza, y le puso nombre el puerto de la Posesión; halló una laguna que tiene tres [...]; grandes y hallaron algunos indios pescadores que luego huyeron; tomaron uno dellos, el cual, dándole ciertos rescates, le soltaron e se fue; la tierra adentro es tierra alta y doblada, e tiene buenos valles e paresce ser buena tierra, aunque es pelada; estuvieron en esta tierra hasta el domingo, a 27 del dicho mes, adobando las velas y haciendo aguada, y el jueves vieron ciertos humos, y fueron allá con el batel e hallaron obra de treinta indios pescadores, los cuales estuvieron quedos, y trujeron al navío un muchacho y dos indios, a los cuales dieron de vestir e rescates y los dejaron ir, de los cuales no pudieron entender nada por señas.
Viernes siguiente, yendo a tomar agua, hallaron en la aguada ciertos indios, que estuvieron quedos e les amostraron un jagüey de agua e una salina de sal, que había mucha, y dijeron por señas que no hacían su habitación allí, sino dentro en la tierra, e que había mucha gente; este dicho día en la tarde vinieron cinco indios a la playa, a los cuales trujeron a los navíos, y parescieron indios de razón, y entrando en el navío, señalaron y contaron los españoles que estaban ahí, y señalaron que habían visto otros hombres como ellos que tenían barbas y que traían perros y ballestas y espadas; venían los indios untados con un betume blanco por los muslos y cuerpo y brazos, y traían a manera de cuchillados puesto el betún, que parescían hombres en calzas e jubón acuchillados, y señalaron que a cinco jornadas de allí estaban los españoles; señalaron que había muchos indios e tenían mucho maíz e papagayos; venían cubiertos con cueros de venados, y algunos traían los cueros de venados adobados a manera de como adoban los mexicanos los cueros que traen en las cutaras; es gente crecida y dispuesta, traen sus arcos y flechas como los de la Nueva España, con sus pedernales las flechas; dioles el capitán una carta para que llevasen a los españoles que decían que había dentro en la tierra.
Partieron deste puerto de la Posesión domingo a 27 del dicho mes de agosto, y navegando su derrota, hallaron una isla, dos leguas de tierra firme; es despoblada, hace buen puerto en ella, pusiéronla nombre San Agustín, terná dos leguas de redondez, y anduvieron ansí luengo de la costa con tiempos escasos barloventeando hasta el miércoles siguiente, a 30 del dicho mes, que les dio mucho viento de Norueste que les hizo arribar a la isla de San Agustín; en esta isla hallaron rastro de gente e dos cuernos de vaca e árboles muy grandes que había echado allí la mar, que tenían de longos más de sesenta pies, y de gordos que no podrían abarcar dos hombres a cada uno; parescían a cipreses e había cedros, era mucha la cantidad de esta madera, no tiene otra cosa sino buen puerto esta isla; estuvieron en esta isla hasta el domingo siguiente.
Setiembre, domingo, a 3 días del mes de setiembre, partieron de la dicha isla de San Agustín e fueron navegando su derrota, y el lunes siguiente surgieron en la tierra, obra de siete leguas a barlovento, en costa de Norte Sur, e luego fueron su derrota e fueron navegando con tiempos bonancibles y escasos en costa de Norte Sur hasta el jueves, a 7 días del dicho mes de setiembre, que fueron a surgir en una ensenada que hace la tierra, e aquí se acaba la costa de Norte Sur e vuelve al Noroeste; en esta ensenada hace un valle grande y es tierra llana a la costa, e dentro hay sierras alta, e tierra doblada, al parescer buena; toda la costa es brava e aplasedada, que media legua de tierra estaban en diez brazas surtos; hay por aquí muchas yerbas y están sobre el agua.
El viernes siguiente, a 8 del mismo mes, anduvieron con vientos escasos barloventeando, y hallaron corrientes contrarias; fueron a surgir a una punta que hace cabo e hace buen abrigo del desmonte; pusiéronle nombre el cabo de San Martín; hace remate de tierra de una parte e de otra; aquí hacen remate unas sierras altas que vienen detrás, y comienzan otras sierras pequeñas, hace un valle grande e otros muchos; al parescer, es buena tierra, está en 32 grados y medio y es puerto limpio e fondable, córrese con la isla de San Agustín, Norte Sur.
Estando en este cabo de San Martín, fueron en tierra por agua, e hallaron una laguna pequeña de agua dulce donde tomaron agua, y en esta aguada vinieron cuarenta indos con sus arcos e flechas, no se pudieron entender con ellos, venían desnudos, traían maguey asado para comer e pescado, es gente crescida; aquí tomaron posesión, estuvieron en este cabo hasta el lunes siguiente.
Lunes, a 8 del dicho mes, partieron del cabo de San Martín y navegaron obra de cuatro leguas por costa de Nor Nordeste Sudueste, y de allí vuelve la costa al Noroeste, es tierra alta y pelada; y el otro día siguiente navegaron en costa de Norueste Sueste obra de seis leguas; toda esta costa es brava y limpia; y el otro día siguiente también navegaron con ruines tiempos obra de cuatro leguas en costa de Norueste Sueste; en tierra hay sierras altas y fragosas; y el jueves siguiente surgieron obra de tres leguas adelante en una punta que sale a la mar, que hace cabo de una varada e de otra; llámase Cabo de la Cruz está en 33 grados, no hay agua ni leña, ni hallaron señal de indios.
Partidos de Cabo de la Cruz halláronse el sábado siguiente dos leguas del Cabo de la Cruz por los ruines tiempos, en costa de Nor Noroeste Sur Sueste, y en tierra vieron indios en unas canoas muy pequeñas; la tierra es muy alta e pelada, es seca toda la tierra desde la California, aquí es tierra de arenales a la mar, y de aquí empieza la tierra de otra parte, que es tierra de bermojales y de mejor parescer.
Domingo, a 17 días del dicho mes, anduvieron navegando para seguir su viaje, y obra de seis leguas del Cabo de la Cruz hallaron un puerto bueno y cerrado, y para llegar allá pasaron por una isleta que está cerca de la tierra firme; en este puerto tomaron agua en una lagunilla de agua llovediza, y hay arboledas como de ceibas, ecepto que es madera recia; hallaron maderas gruesas e grandes que traía la mar; llámase este puerto San Mateo, es buena tierra al parescer, hay grandes sábanas, e la yerba como la de España, y es tierra alta y doblada; vieron unas manadas de animales como ganados que andaban de ciento en ciento e más, que parescían en el parescer y en el andar ovejas del Pirú, y la lana luenga; tienen cuernos pequeños de un jeme en luengo y tan gordos como el dado pulgar, y la cola ancha y redonda e de longor de un palmo; está en 33 grados y tercio; tomaron posesión en él, estuvieron en este puerto hasta el sábado siguiente.
Sábado, a 23 del dicho mes, partieron del dicho puerto de San Mateo y navegaron a luengo de la costa hasta el lunes siguiente, que andarían obra de diez e ocho leguas, vieron muy hermosos valles e arboledas e tierra llana y doblada, y no se vieron indios.
El martes siguiente y el miércoles navegaron a luengo de la costa obra de ocho leguas, y pasaron por unas tres islas despobladas, de tierra dellos; la una dellas es mayor que las otras, que terná dos leguas de complido e hace abrigo de los ponientes; están tres leguas de tierra firme; están en 31 grados; este día se vieron en tierra grandes ahumadas; es tierra buena al parescer e de grandes valles, e dentro en la tierra hay tierras altas; llamáronlas islas desiertas.
El jueves siguiente anduvieron obra de seis leguas por costa de Nornorueste, y descubrieron un puerto cerrado e muy bueno, al cual pusieron nombre San Miguel; está en 31 grados y tercio, y después de surcos en él, fueron en tierra y había gente, de los cuales esperaron tres e todos los otros se huyeron; a estos dieron algunos rescates, y dijeron por señas que por dentro en la tierra habían pasado gente como los españoles, amostraban tener mucho miedo; este dicho día a la noche fueron de los navíos en tierra a pescar con un chinchorro, e paresce que estaban ahí algunos indios y comenzáronlos a flechar y hirieron tres hombres.
Otro día por la mañana entraron más adentro del puerto, que es grande, con el batel, y trujeron dos muchachos, los cuales no entendían nada por señas, y diéronles sendas camisas e inviáronlos luego.
Y el otro día siguiente por la mañana vinieron a las naos tres indios grandes, y por señas dijeron que andaban por la tierra adentro hombres como nosotros, barbados y vestidos e armados como los de los navíos, y señalaban que llevaban ballestas y espadas, y hacían ademanes con el brazo derecho como que alanceaban y andaban corriendo como que iban a caballo, y que mataban muchos indios de los naturales, y que por esto tenían miedo; esta gente es bien dispuesta y crescida, andan cubiertos con pieles de animales; estando en este puerto, pasó un temporal muy grande, empero, por ser bueno el puerto, no sintieron nada, fue de Oest Sudoeste, e Sur Sudueste tiempo derecho; éste es el primer temporal que han pasado; estuvieron en este puerto hasta el martes siguiente; aquí llamaban a los cristianos guacamal.
Martes siguiente, a 3 días del mes de otubre, partieron deste puerto de San Miguel, y el miércoles y jueves y viernes caminaron por su derrota obra de diez e ocho leguas a luengo de la costa, por donde vían muchos valles e llanura y muchas armadas y dentro en la tierra sierras; fueron anochecer junto a unas idas que están de tierra firme obra de siete leguas, y porque calmó el viento, no pudieron llegar esta noche a ellas.
Sábado, a 7 días del mes de otubre, amanecieron en las islas, que pusieron nombre San Salvador e la Vitoria, e surgieron en la una dellas, y fueron con el batel en tierra a ver si había gente, e como el batel llegaba cerca, salió mucha cantidad de indios de entre las matas e yerbas dando grita e haciendo la perueta y señalando que saliesen en tierra, y vían como iban huyendo las mujeres, y de los bateles les hicieron señas que no tuviesen miedo, y luego aseguraron y pusieron en tierra sus arcos e flechas y echaron una canoa buena al agua, que cabrían ocho o diez indios y vinieron a las naos; diéronles cuentas y rescates con que se holgaron, y luego se volvieron; después fueron los españoles en tierra, y estuvieron muy seguros ellos y las indias e todos; aquí les señaló un indio viejo que en la tierra firme andaban hombres como los españoles, vestidos y barbados: no estuvieron en esta isla más de hasta medio día.
El domingo siguiente, a 8 del dicho mes, allegaron en tierra firme en una bahía grande, que llamaron la bahía de los Fumos, por los muchos fumos que en ella vieron; aquí tomaron plática con unos indios que tomaron en una canoa, los cuales señalaron hacia el Norte que había españoles como ellos; esta bahía está en 35 grados y es buen puerto y buena tierra, de muchos valles y llanuras y arboledas.
El lunes siguiente, a 9 días del dicho mes de otubre, partieron de la bahía de los Fuegos y anduvieron este día obra de seis leguas y surgieron en una ensenada grande, y de ahí pasaron el otro día siguiente, martes, y anduvieron obra de ocho leguas, por costa de Norueste Sueste, y vimos en tierra un pueblo de indios junto a la mar, y las casas grandes a manera de las de la Nueva España; y surgieron enfrente de un valle muy grande en la costa; aquí vinieron a los navíos muchas canoas muy buenas, que cabían en cada una doce o trece indios, y les dieron noticia de cristianos que andaban por la tierra adentro; es costa de Norueste Sueste; aquí se les dio algunos rescates, con que se holgaron mucho; señalaron que en siete días podían ir a donde anclaban los españoles; estuvo determinado Juan Rodríguez de imviar dos españoles dentro a la tierra; también señalaron que había un río grande; con estos indios inviaron una carta a la ventura a los cristianos; pusieron nombre a este pueblo, el pueblo de las Canoas; andan cubiertos con unas pellejas de animales; son pescadores y comen pescado crudo; también comían manguey; está este pueblo en 35 grados e tercio; la tierra adentro es un valle muy fermoso, y señalaron que había dentro en aquel valle mucho maíz e mucha comida; paresce dentro de aqueste valle unas sierras muy altas, tierra muy doblada; llaman a los cristianos taquimines; aquí tomaron posesión; aquí estuvieron hasta el viernes, a 13 días del dicho mes.
Viernes, a 13 días del dicho mes de otubre, partieron del pueblo de las Canoas para su viaje, y anduvieron este día seis o siete leguas y pasaron de tierra de dos islas grandes, que ternán cuatro leguas cada una y estarán cuatro leguas de la tierra firme; son despobladas, porque no hay agua en ellas y tiene buenos puertos; va la costa de la tierra firme al Oest Norueste; es tierra llana y de muchas sábanas y arboledas, y el sábado siguiente corrieron su vía y anduvieron dos leguas no más, y surgieron enfrente de un valle muy fermoso e muy poblado, e tierra llana e de muchas arboledas; aquí vinieron canoas con pescado a rescatar; quedaron grandes amigos, y el domingo siguiente, a 15 días del dicho mes, anduvieron navegando su viaje a luengo de la costa obra de diez leguas, y siempre hubo muchas canoas, porque toda la costa es pobladísima, y venían muchos indios siempre en las naos y nos señalaban los pueblos y los nombraban por sus nombres, que son Xucobis, Sopono, Alloc, Xabaagua, Xocotco, Potoltuc, Nacbuc, Quelqueme, Misinagua, Misesopano, Elquis, Coloc, Mugu, Xagua, Anacbuc, Partocac, Susuquei, Quanmusgua, Asimu, Aguin, Casalic, Tucumu, Yncpupu; todos estos pueblos están desde el primer pueblo de las Canoas que se dice Xucu, hasta aquí; están en muy buena tierra, muy buenas llanuras e muchas arboledas e sábanas, andan vestidos con pellejos, decían que dentro en la tierra había muchos pueblos, e mucho maíz de allí a tres jornadas; llaman al maíz oep, y también que había muchas vacas; llaman a las vacas cae; también nos dieron noticia de gente barbuda e vestida; pasaron este día de tierra de una isla grande que terná quince leguas de largo, y dijeron que estaba muy poblada y que había los pueblos siguientes: Niquipos, Maxul, Xagua, Nitel, Macamo, Nimitapal; llamaron la isla San Lucas; habrá de aquí al de las Canoas diez y ocho leguas; estará la isla de tierra firme seis leguas.
Lunes, a 16 días del dicho mes, navegando a luengo de la costa, anduvieron cuatro leguas y surgieron a la tarde enfrente de dos pueblos, y también este día siempre vieron canoas con las naos y señalaron que adelante había canoas muy mayores.
El martes siguiente, 17 del dicho mes, anduvieron tres leguas con tiempos bonancibles, y fueron con las naos desde que amaneció muchas canoas, y el capitán siempre les daba muchos rescates, e toda esta costa por donde han pasado está muy poblada, traíanles mucha sardina fresca y muy buena; dicen que a la tierra adentro hay muchos pueblos e mucha comida, estos no comían cosa de maíz, andaban vestidos de pellejos y traen los cabellos muy largos y revueltos con unos cordeles muy largos, y metidos por entre los cabellos y aquellos cordeles, muchas dagas de pedernales y de hueso y de madera; la tierra es muy excelente al parescer.
Miércoles, a 18 días del dicho mes, anduvieron corriendo la costa hasta las diez horas, y vían toda la costa poblada, e porque llevaban el viento fresco, no llegaron canoas; allegaron a una parte que hace cabo como galera y le pusieron nombre Cabo de Galera y está en 36 grados largos; e porque les dio Norueste fresco, dieron el bordo de la mar y descubrieron dos islas, la una grande que terná ocho leguas de costa de Leste Oeste, y la otra terná cuatro leguas, y en esta pequeña hay un puerto bueno y son pobladas; están diez leguas de tierra firme, llámanse las islas de San Lucas; de la tierra firme hasta el Cabo de Galera se corre al Oeste cuarta del Nordeste, y desde el pueblo de las Canoas hasta el Cabo de Galera es una provincia muy poblada e llámanla Xexu, tiene muchas lenguas diversas unas de otras, tienen muy grandes guerras unos con otros; hay desde el pueblo de las Canoas hasta el Cabo de Galera 30 leguas; estuvieron en estas islas hasta el miércoles siguiente, porque hizo mucho temporal.
Miércoles, a 25 días del dicho mes, partieron de las dichas islas; de la que más estaba a barlovento, tiene un puerto muy bueno, que por todos los tiempos de la mar no se les dará nada estando dentro; llamáronla Posesión; este día anduvieron poco, porque no había tiempo, y a la media noche siguiente les dio un viento Sus Sudueste y Oes Sudueste, con lluvia, que se vieron en aprieto, porque les era travesía y estaban cerca de tierra y no pudieron doblar el cabo de un bordo ni de otro; y el jueves siguiente a vísperas les alargó el viento al Sur, en que andarían en su derrota diez leguas en costa de Nor Norueste Sus Sueste; toda esta costa es poblada, al parescer buena tierra; esta noche se tuvieron a la mar porque les era el tiempo en travesía, y el viernes y el sábado y domingo siguiente anduvieron con vientos contrarios barloventeando a una parte y a otra, sin poder ganar nada, y estaban 36 grados y medio, diez leguas del Cabo de Galera; ansimismo anduvieron lunes y martes, a 31 días del dicho mes, víspera de Todos Santos, volteando a una parte y a otra, y quisieron allegar a la tierra firme en busca de un río grande, que llevaban noticia de que estaba de la otra parte del Cabo de Galera, e porque hacía en tierra muestras de ríos y no hallaron ningún río, tampoco surgieron aquí, porque era costa muy brava; hallaron en este mes en esta costa los tiempos como en España desde los 34 grados arriba y con mucho frío a las mañanas y a las tardes, y con los temporales, grandes cerrazones y los aires pesados.
Miércoles a la media noche, 1.º día de noviembre, a la media noche, yendo del bordo de la mar, les dio mucho tiempo del Nor Norueste, que no les dejaba llevar palmo de vela, y al alba refrescó en tanta manera, que no pudieron hacer menos de ir a buscar abrigo, y fueron al abrigo de Cabo de Galera, y allí surgieron y fueron en tierra, porque había un pueblo grande que, llaman Xexo, e no parescía estar muy a mano la leña, acordaron de ir al pueblo de las Sardinas, porque estaba el agua y la leña muy cerquita e a mano; llamaron a este abrigo de Galera puerto de Todos los Santos; el jueves siguiente se fueron al pueblo de las Sardinas, donde estuvieron tomando agua y leña tres días, e los naturales de la tierra les ayudaban e traían la leña y el agua a las naos; llámase este puerto del puerto de Sardinas Zinent, y los otros que están desde allí hasta el Cabo de Galera, son Zinent, Anacot, Maquinanoa, Paltatre, Anacoat, Olesino, Caacat, Paltocat, Tocane, Opia, Opistipia, Nocos, Yutumquiman, Micona, Garomisopona; es señora destos pueblos una india vieja, que vino a las naos y dormió dos noches en la capitana, y lo mismo muchos indios; el pueblo de Zinent parescía ser cabeza de otros pueblos, porque venían allí de otros pueblos al llamado de aquesta señora; llámase el pueblo que está al cabo Xexo; desde este puerto al puerto de las Canoas, es otra provincia que llaman Xuca, tienen sus casas redondas y cubiertas muy bien hasta el suelo, andan cubiertos de pieles de muchas maneras de animales; comen bellotas de encinas y una semilla que es tan gruesa como maíz, y es blanca, de que hacen tamales, tiene buena comida, dicen que a la tierra adentro hay mucho maíz, y que andan allá hombres como nosotros; está este puerto en 35 grados y dos tercios.
Lunes, a 6 del dicho mes de noviembre, partieron del dicho puerto de Sardinas, e aquel día no anduvieron casi nada, e hasta el viernes siguiente anduvieron con muy poco tiempo; este día llegamos al Cabo de Galera; por todo este camino no podían valerse, de indios que les venían a bordo con agua y pescado y amostraban mucho amor, tienen en sus pueblos sus plazas grandes y tienen un ruedo como cerca, y alrededor del ruedo tienen muchas losas de piedra hincadas en tierra que salen encima tres palmos, y en medio de las cercas tienen muchos maderos hincados, como másteles, y muy espesos; tienen muchas pinturas en los mismos palos y creemos que adoran en ellos, porque cuando bailan andan bailando alrededor de la cerca.
El sábado siguiente, día de San Martín, a 11 días de dicho mes de noviembre, anduvieron navegando al luengo de la tierra, y halláronse esta mañana doce leguas del cabo, en el mismo paraje donde arribaron primero, y todo este día tuvieron buen viento, que caminaron a luengo de la costa de Norueste Sueste, anduvieron bien veinte leguas; toda esta costa que anduvieron este día, es costa brava, sin abrigo ninguno y va una cordillera de sierra en toda ella muy alta, y tan alta es a la mar como a la tierra, dentro bate la mar en ella; ni vieron poblazón ni fumos, y toda la costa, que no tiene abrigo de Norte, está despoblada; pusieron nombre a las sierras las Sierras de San Martín, están en 37 grados y medio; el remate dellas y destas sierras, al Norueste, hace un cabo que sale a la mar, que está en 38 grados, pusiéronle Cabo de San Martín.
Esta dicha noche de sábado, a cuatro horas de la noche, estando en la mar, obra de seis leguas de la costa, al reparo, esperando al día con viento Sueste, cargó tanto tiempo de Su Sueste e en el Su Sudueste con lluvia y cerrazón, que no podían tener palmo de vela, e hízoles correr con un papo de vela del trinquete con mucho trabajo toda la noche, y el domingo siguiente cargó mucho más el tiempo deshecho, que duró el día y la noche hasta el lunes siguiente a mediodía, y era tan grande la fortuna (sic) como puede haber en España; el sábado a la noche perdieron de vista la compañía.
El lunes, a 13 días del dicho mes de noviembre, a hora de vísperas, abonanzó el viento y saltó al Oeste, e luego dieron las velas y fueron en busca de la compañía; a la vuelta de la tierra, rogando a Dios que les deparase, que recelaron mucho que sería perdida, corrieron al Norte e al Norueste con viento Oeste y Oest Norueste, y el martes siguiente, en amaneciendo, hobieron vista de la tierra y tuvieron que andar hasta la tarde y fueron a reconocer en una tierra muy alta, y anduvieron a luengo de la costa por ver si había algún puerto donde reparasen, y era tanta la mar de leva que había, que era espantoso ver, y la costa brava y sierras muy altas; y a la tarde se pararon al reparo, es costa de Norueste Su este; reconoscieron la tierra en una punta que sale a la mar, que hace cabo y está cubierta de arboledas la punta, y está en 40 grados.
Miércoles, a 15 del dicho mes, tuvieron vista de la compañera, de que dieron muchas gracias a Dios, que la tuvieron por perdida e arribaron sobre ella; juntáronse a la tarde; los del otro navío pasaron más trabajo y riesgo que los de la capitana, por ser el navío pequeño y no tener puente; esta tierra donde andaban, es al parecer muy buena, empero no vieron indios ni fumos; hay grandes sierras e cubiertas de nieves, hay mucha arboleda, a la noche amainaron y se pusieron al reparo.
Jueves siguiente, a 16 del dicho mes de noviembre, amanecieron sobre una ensenada grande que venía de vuelta, que parescía haber puerto e río, y anduvieron barloventeando este dicho día y la noche y el viernes siguiente, hasta que vieron que ni había río ni abrigo ninguno, y para tomar posesión echaron ancla en 45 brazas; no osaron ir a tierra por la mucha mar que había, estaba esta ensenada en 39 grados largos, y toda ella está llena de pinos hasta la mar; pusiéronle nombre la Baya de los Pinos: la noche siguiente estuvieron al reparo hasta el día siguiente.
El sábado siguiente corrieron la costa y halláronse a la noche sobre el Cabo de San Martín; toda esta costa, deste día, es muy brava, y hay mucha mar de leva y la tierra es muy alta; hay montañas que se van al cielo y la mar bate en ellas; yendo navegando cerca de tierra, paresce que quieren caer sobre las naos, están llenas de nieves a la cumbre, pusiéronles nombre las Sierras Nevadas, y al principio dellas hace un cabo que sale a la mar, que le pusieron nombre Cabo de Nieve; córrese la costa Nor Norueste, Su Sueste; no paresce que habitan indios en esta costa; está este Cabo de Nieve en 38 grados y 2 tercios, y siempre que ventaba Norueste, hacía claro y limpio el tiempo.
Jueves, a 23 días del mes, allegaron de vuelta en las islas de San Lucas, a una dellas llamada la Posesión, y corrieron toda la costa, punta por punta; desde el Cabo de Pinos a ellas, y no hallaron abrigo ninguno, porque de necesidad hobieron de volver a la dicha isla, porque estos días pasados ventó Oest Noruest muy mucho, y venía la mar de leva muy grande desde Cabo de San Martín hasta Cabo de Pinos; no vimos indios ningunos, y causolo la costa ser brava y desabrigada y fragosa en la costa, y de la banda del Sueste del Cabo de Martín en 15 leguas, hallaron la tierra poblada e muchas ahumadas porque es buena tierra, empero desde el Cabo de San Martín hasta los 40 grados no vimos señal de indios; está el Cabo de San Martín en 37 grados y medio.
Estando invernando en esta isla de Posesión, a 3 días del mes de enero de 1513, fallesció desta presente vida Juan Rodríguez Cabrillo, capitán de los dichos navíos, de una caída que dio en la dicha isla al tiempo que la otra vez estuvieron en ella, de que se quebró un brazo por junto al hombro; dejó por capitán al piloto mayor, que era un Bartolomé Ferrelo de Levantisa, y les encargó mucho, al tiempo de su muerte, que no dejasen de descubrir cuanto posible fuese por toda aquella costa; pusieron nombre a la isla la isla de Juan Rodríguez; llaman los indios a esta isla Ziquimuymu y a otra llaman Nicalque, e a la otra llaman Limu; en esta isla de la Posesión hay dos pueblos, el uno se dice Zaco y el otro Nimollollo; en la otra isla hay tres pueblos, al uno llaman Nichochi y el otro Coycoy, y el otro Estocoloco; en la otra isla hay ocho pueblos, que son Niquesesquelua, Pocle, Pisqueno, Pualnacatup, Patiquin, Patiquilid, Ninumu, Muoc, Pilidquay, Lilibeque.
Los indios destas islas son muy pobres, son pescadores, no comen otra cosa sino pescado, duermen en el suelo, todo su negocio y ejercicio es pescar, en cada casa dicen hay cincuenta ánimas, viven muy aporcadamente, andan desnudos, estuvieron en estas islas desde 23 de noviembre hasta 19 de enero; en todo este tiempo, que fueron casi dos meses, hizo muy recios tiempos de invierno y de aguas, los tiempos que más siguieron fueron Oest Subdueste Su Sudueste Oest Norueste, hubo tiempos muy deshechos.
Viernes, a 19 días del mes de enero de MDXLIII se hicieron a la vela de la isla de Juan Rodríguez, que se dice Ziquimuymu, para ir a la tierra firme en busca de algunos bastimentos para su jornada, y en saliendo del puerto, les dio mucho tiempo de Oest Norueste, que les hizo arribar a las otras islas de San Lucas, y surgieron en la isla de Limun, que pusieron nombre San Sebastián, y tuvieron necesidad de levantarse otra vez de allí, porque no había puerto, más del abrigo de las islas, y, tornó el viento a la travesía y anduvieron a la redonda destas islas ocho días con los tiempos muy ruines, abrigándose con las mismas islas de los tiempos ruines, y a 27 días del dicho entraron en el mismo puerto de la isla de Juan Rodríguez, donde estuvieron primero; el mayor trabajo que tenían era por los tiempos no ser fijos, que andaban mudándose de uno a otro; los que más afijan son del Oes Norueste al Oest Sudueste.
Martes, a 29 días del dicho mes de enero, partieron de la isla de Juan Rodríguez para la isla de San Lucas, que está en medio de las otras, para tomar ciertas anclas que habían dejado con un tiempo no las pudiendo tomar, las cuales tomaron e tomaron agua.
Hebrero, partieron desta isla de San Lucas, lunes a 12 días del mes de hebrero, que no pudieron más presto por los ruines tiempos que les hizo de vientos e muchas nieblas espobladas, y la gente es como la de la otra isla; llámanle los indios Nicalque, hay tres pueblos en ella que se llaman Nicochi, Covcoi, Coloco; este día fueron al puerto de las Sardinas a tomar leña e otras cosas necesarias para su viaje, que no las había en las islas.
Miércoles, 14 días del dicho mes, partieron del puerto de Sardinas, habiendo tomado una batelada de leña, y no osaron estar más allí por la mucha mar que había; no hallaron tantos indios como primero ni pesquería ninguna, por causa del invierno; los naturales comían de las bellotas de las encinas e otra semilla e yerbas del campo, crudas; de aquí fueron a la isla de San Sebastián, porque estaban allá más seguros de los temporales para poderse hacer a la vela para poder correr por la mar.
Domingo, a 18 días del dicho mes de hebrero, partieron de la de San Sebastián con el viento Nordeste bonancible, e corrieron al Sudueste, porque les dijeron que había hacia el Sudueste otras islas; fueron a anochecer este día obra de doce leguas de la isla de San Sebastián, y vieron seis islas, dellas grandes y dellas pequeñas; este día se les murió un marinero, y el lunes siguiente amanecieron a barlovento de las islas, a la mar, obrar de diez leguas, y con el viento Oest Norueste fueron del bordo de la mar cinco días al Sudueste, y a cabo que anduvieron obra de cien leguas, hallaron los tiempos más recios y mucha mar.
Y jueves, a 22 días del dicho mes de hebrero, hicieron otra vuelta para la tierra, para ir en busca de Cabo de Pinos, con viento Su Sueste, que les duró tres días, y cada día iba más arreciando, y el domingo siguiente en amaneciendo, tuvieron vista del Cabo de Pinos y fueron este día a anochecer veinte leguas a barlovento en costa de Norueste Sueste, y es brava, sin abrigo, no se vio fumo ninguno en tierra, e vieron una punta que hacía como remate de tierra, que volvía la costa al Nor Noroeste; a la media noche saltó el viento al Su Sudueste y corrieron al Oest Norueste hasta el día, y por la mañana saltó el viento al Oest Sudueste muy recio, que duró hasta el martes siguiente, corrieron al Norueste.
Martes, a 27 días del dicho mes, volvió el tiempo al Su Sudueste que duró todo el día, corrieron al Oest Norueste con los trinquetes bajos, porque ventaba recio; en anocheciendo, saltó el viento al Oeste, corrieron toda la noche al Sur con pocas velas, había mucha mar, que los comía.
El miércoles siguiente, a 28 días del dicho mes, en amanesciendo, saltó el viento al Sudueste franco e no ventó mucho; este día tomaron el altura en 43 grados; hacia la noche refrescó el viento y saltó al Su Sudoeste, corrieron esta noche al Oest Norueste con mucho trabajo, y el jueves en amaneciendo, saltó el viento al Sudueste con mucha furia y las mares venían de muchas partes, que les fatigaba mucho e pasaban; por encima de los navíos, que a no tener puentes, si Dios no los socorriera en popa al Nordeste a la vuelta de tierra, e tuviéndose ya por perdidos se encomendaron a Nuestra Señora de Guadalupe e hicieron mandas, e corrieron ansí hasta las tres horas después de mediodía con mucho miedo y trabajo, porque vían que iban a perderse e vían ya muchas señales de tierra que estaban cerca, así de pájaros como de palos muy frescos que salían de algunos ríos, aunque con la gran cerrazón no parescía la tierra; y a esta hora los socorrió la Madre de Dios con la gracia de su Hijo e vino un aguacero de la parte del Norte muy recio, que les hizo correr toda la noche, e el otro día siguiente hasta el sol puesto al Sur con los trinquetes bajitos, e porque había mucha mar del Sur, embestíales cada vez por la proa y pasaba por ellos correo por una peña, y saltó el viento al Norueste e al Nor Norueste con mucha furia, que les hizo correr hasta el sábado a 3 de marzo al Sueste y al Es Sueste, con tanta mar, que los traía desatinados, que si Dios y su bendita Madre milagrosamente no los salvara, no pudieran escapar: el sábado a mediodía abonanzó el tiempo e quedó al Noroeste, de que dieron muchas gracias a Nuestro Señor; en la comida también pasaban fatiga por no tener sino solo bizcocho e dagñado.
Parésceles que queda un río muy grande, de que tuvieron mucha noticia, entre 41 grados e 43, porque vieron muchas señales dello; este día a la tarde reconoscieron al Cabo de Pinos, y por la mucha mar que había no pudieron hacer menos de correr la costa de vuelta en busca de puerto; pasaban mucho frío.
Lunes, a 5 días del dicho mes de marzo de 1543, en amanesciendo, se hallaron en la isla de Juan Rodríguez y no osaron entrar en el puerto, por causa de la mucha tormenta que andaba, y rompía la mar en la entrada del puerto en quince brazas; era el tiempo Nor Norueste, es angosta la entrada; corrieron al abrigo de la isla de San Sebastián, de la varada del Sueste, y la noche pasada, viniendo con mucho temporal con solamente con sendos papos de velas en los trinquetes, se les desapareció el otro navío, que sospecharon que la mar lo había comido, y no le pudieron descubrir más, ni aun después que amanesció; creen que estarían en 44 grados cuando les tomó la tormenta postrera que les hizo arribar.
Jueves, a 8 días del dicho mes, partieron de la isla de San Sebastián para ir en tierra firme en busca del otro navío, y fueron al pueblo de las Canoas y no hallaron nuevas del otro Navío, y aquí tomaron cuatro indios.
El viernes siguiente, a 9 días del dicho mes, partieron del pueblo de las Canoas e fueron a la isla de San Salvador, e tampoco hallaron la compañía.
Domingo, a 11 días del dicho mes allegaron al puerto de San Miguel y tampoco hallaron ahí la compañía ni nuevas della; aquí esperaron seis días, aquí tomaron dos muchachos para lenguas para llevar a la Nueva España, e dejaron ciertas señas para si allegase el otro navío.
Sábado, a 17 días del dicho mes, partieron del dicho puerto de San Miguel; el domingo siguiente llegaron en la bahía de San Mateo y tampoco hallaron rastro del otro navío.
Domingo, a 18 días del dicho mes, en la tarde, partieron desta bahía de San Mateo; y el miércoles siguiente, a 21 del dicho mes, llegaron al puerto de la Posesión, y tampoco hallaron nuevas de la conserva: esperaron dos días sin entrar en el puerto; porque no osaron entrar en él por el mucho Norueste que ventaba, y porque se les cortó el amarre, de necesidad se levantaron.
Viernes, a 23 días del dicho mes, partieron del puerto de la Posesión, y sábado siguiente, a media noche, llegaron en isla de Cedros, y estando en ella, el lunes siguiente a 26 días del dicho mes, allegó el otro navío en isla de Cedros, de que se holgaron mucho e dieron muchas gracias a Dios; este navío pasó en la isla de Juan Rodríguez de noche por encima de unos bajos, que pensaron perderse, y prometieron los marineros de irse a su iglesia desnudos en carnes, e Nuestra Señora los libró.
Lunes, a 2 días del mes de abril, partieron de isla de Cedros la vuelta de la Nueva España, porque no tenían bastimentos para tornar a acometer a descubrir la costa; llegaron en el puerto de Navidad sábado, a 14 días del dicho mes de abril.
Vino por capitán de los navíos Bartolomé Ferrel, piloto mayor de los dichos navíos, en falta de Juan Rodríguez Cabrillo, que murió en la isla de Posesión; venían hombres en los dichos navíos.
En la cubierta dice: «Relación del descubrimiento que hizo Juan Rodríguez, navegando la contra costa del mar del Sur, al Norte; llevó dos navíos».
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