26 de Septiembre de 1847
Desde que Santa Anna renunció a la Presidencia de la República el día 16 de septiembre, después de la ocupación de la ciudad de México por el ejército norteamericano, quedó prácticamente acéfalo el poder ejecutivo desde el 17 al 25 de este mes, hasta que hoy, Manuel de la Peña y Peña, presidente de la Suprema Corte de Justicia desde 1846, a quien por ministerio de ley corresponde sustituir a Santa Anna, logra establecer su gobierno en Toluca. Ocupará el cargo hasta el 13 de noviembre próximo, cuando será sustituido por Pedro María Anaya.
Cuando Santa Anna dimitió el cargo, Manuel de la Peña y Peña, se encontraba en la hacienda La Canaleja, cerca de Toluca. Al día siguiente, Peña y Peña avisó desde Toluca a los gobernadores de los Estados que había ocupado la presidencia interina; su autoridad fue reconocida por los gobernadores de los principales Estados, por el clero, y por los representantes extranjeros. A continuación, expidió un programa administrativo y llamó a las autoridades mexicanas y a los diputados al Congreso general a reunírsele en Querétaro, a donde se trasladará el siguiente 12 de octubre.
Desde Toluca, Santa Anna, que había dicho que seguiría en campaña contra la invasión norteamericana, recibirá la orden girada el 7 de octubre, de entregar el mando del ejército y de retirarse a esperar se le forme consejo de guerra para responder de las faltas cometidas en la campaña y especialmente de la pérdida de la capital de la República. Será esta orden uno de los primeros actos de Peña y Peña como presidente.
Santa Anna contestará desde Huamantla el 16 de octubre que no podrá sometérsele a juicio sin que el Congreso declare la formación de causa y que podría reasumir el mando político muy legalmente con sólo derogar su decreto de 16 de septiembre, que no había dejado de ser el presidente interino, y que obsequiaba el mandato para que no se le juzgara ambicioso o se pensara que temía responder ante un tribunal de su conducta y vida pública; luego, el 11 de octubre en Huamantla, entregará a Isidro Reyes el mando y se retirará a Tehuacán.
Manuel de la Peña y Peña nació en el pueblo de Tacuba, hoy Distrito Federal, el 16 de marzo de 1789. Estudió en el Seminario Conciliar, primero como alumno externo y a partir del 19 de junio de 1804, con una beca de merced. Estudiante brillante, se recibió como abogado civil y eclesiástico el 16 de diciembre de 1811.
Fue nombrado síndico del Ayuntamiento de la ciudad de México el 26 de diciembre de 1813, promotor fiscal de la Capitanía General, auditor de guerra y ministro suplente de la Audiencia de Guadalajara. El 23 de febrero de 1820 fue condecorado con una toga en la Audiencia territorial de Quito, puesto que no pudo ocupar por consumarse la independencia de México.
El 4 de noviembre de 1821, la Regencia le otorgó una de las magistraturas dejadas por los oidores que se negaron a jurar la separación de España. Al año siguiente fue encargado de las fiscalías de Hacienda y del Crimen.
El 21 de octubre de 1822 fue nombrado ministro plenipotenciario en Colombia por el emperador Iturbide, quien también le otorgó la Cruz de la Orden de Guadalupe. Tampoco pudo tomar posesión del cargo por la abdicación de Agustín I, pero una vez promulgada la Constitución Federal de 1824, dejó la Audiencia al ser electo ministro de la Suprema Corte de Justicia el 25 de diciembre del mismo año, tras haber sido uno de los cuatro oradores de la Junta Constituyente. A partir de entonces, con cortos intervalos, permaneció hasta su muerte, como miembro de este tribunal.
Durante el gobierno del general Anastasio Bustamante, fue nombrado ministro del Interior el 22 de abril de 1837 y conforme a la constitución de Las Siete Leyes, el 16 de noviembre de 1838 pasó a formar parte del Supremo Poder Conservador.
Fue presidente de la Academia de Jurisprudencia y rector del Colegio de Abogados y en 1841 se le otorgó la clase de derecho público en la Universidad. También fue miembro de la Academia de San Carlos, de la Sociedad Médica y de la Sociedad de Amigos de París.
Fue redactor del Código Civil y de Procedimientos Civiles, miembro de la Junta Nacional Legislativa en 1843, en la cual fue un participante activo en la formación de las Bases Orgánicas, segunda constitución conservadora y centralista.
Ese mismo año fue nombrado consejero honorario del gobierno de José Joaquín de Herrera y senador, puesto en el cual fue reelecto en noviembre de 1845. Asimismo fue ministro de Relaciones Exteriores y Gobernación y, el 29 de octubre de ese año, plenipotenciario en Roma para ajustar con el enviado del Papa un tratado sobre extradición de criminales.
Desde esos años, como ministro de Relaciones, se pronunció porque las diferencias con Estados Unidos se resolvieran mediante la negociación. Fue así que escribió Práctica Forense Mexicana, donde abordó, entre otros temas, el de los derechos nacionales frente a las pretensiones de las potencias extranjeras. Ahora, como presidente de la República, se esforzará sin lograrlo por negociar la paz con los Estados Unidos, en contra de quienes pretenden proseguir la guerra.
Tras dejar la presidencia, será ministro de Relaciones del gobierno del general Pedro María Anaya, por lo que continuará participando en las negociaciones de paz con los Estados Unidos. Después volverá a ser designado presidente de la República.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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