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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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El general Rómulo Díaz de la Vega asume de facto la presidencia de la República.

Septiembre 12 de 1855

En virtud de que el general Martín Carrera renunció a la presidencia de la República  y en tanto que los liberales, reunidos en Cuernavaca, eligen presidente, el general Rómulo Díaz de la Vega, comandante militar de la capital de la República, quien oportunistamente se ha pronunciado a favor del Plan de Ayutla, se declara presidente en espera de que sea relevado del mando.

Conservará el orden en la capital de la República durante 22 días, en los cuales mantendrá la plena libertad de imprenta, derogará los impuestos sobre puertas, ventanas y animales domésticos y otros similares. El 4 de octubre siguiente, el general Juan Álvarez, jefe de la triunfante revolución del Plan de Ayutla, le ordenará entregar la plaza, lo cual será acatado de inmediato por Díaz de la Vega.

Rómulo Díaz de la Vega nació el 23 de mayo de 1804 en la ciudad de México. Se inició en la carrera militar en 1822 y en 1825 fue subteniente de ingenieros. Se unió a los conservadores en contra los federalistas. Participó en las guerras internacionales en que se vio envuelto México en las primeras décadas de su vida independientes: Luchó en el Álamo durante la Guerra de Texas en  1836, lo que le valió una medalla de honor y el ascenso a teniente coronel; combatió contra los franceses durante la Guerra de los Pasteles en 1838, y en la Angostura y en Cerro Gordo durante la invasión norteamericana de 1846 y 1847, cuando fue hecho prisionero y enviado a Nueva Orleáns en los Estados Unidos.

De regreso a México al firmarse el Tratado de Guadalupe Hidalgo, por el cual se perdió más de la mitad del territorio nacional, desempeño varios puestos militares en algunos de los entonces departamentos del país. Por su conducta heroica se le concedió la Cruz de Honor, Puebla lo nombró Benemérito del Estado y la representación nacional declaró oficialmente que "merecía el bien de la Patria". Continuó su carrera militar en Puebla, en Yucatán y en Tamaulipas, hasta asumir la comandancia de la ciudad de México.

Tras la elección del general Álvarez como presidente de la República, Díaz de la Vega se retirará a la vida privada, pero en 1856 se sublevará y volverá al bando conservador. Se exiliará en los Estados Unidos y en 1859 el general Miguel Miramón lo designará Gobernador de la capital de la República.

En 1860 asumirá el mando del segundo cuerpo del ejército conservador.

En 1863 formará parte de la Junta de Notables que elegirá a Maximiliano como Emperador, y a la llegada del mismo a México, servirá a su gobierno.

En 1864 será nombrado prefecto del Imperio en Jalisco.

Al triunfo de Juárez, será sentenciado a dos años de prisión, los que le serán conmutados por confinamiento en Puebla, después de haber pasado algún tiempo preso.

Retirado a la vida privada, morirá en la ciudad de Puebla el 3 de octubre de 1877.

Doralicia Carmona. MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.