10 de Agosto de 1860

A principios de agosto el general Ignacio Zaragoza, que estaba al sur de Jalisco se dirigió a Silao, donde se reunió con el general Manuel González Ortega, bajo cuyo mando ya se habían incorporado las fuerzas de los generales Florencio Antillón, Manuel Doblado, Felipe Berriozábal, Manuel García Pueblita y otros reconocidos jefes liberales.

Entretanto, en Guadalajara, el asedio del general Ogazón al conservador Severo del Castillo, impedía que éste acudiera a auxiliar a Miramón, quien había establecido su centro de operaciones en Lagos por ser punto intermedio entre la zona del Bajío, Michoacán, San Luis, Zacatecas y Aguascalientes, y por estar cerca de Guadalajara. Al no recibir ayuda, Miramón sale rumbo a Silao y deja la ciudad de Lagos a Severo del Castillo, quien se apresura a fortificar la plaza.

Fue así que al amanecer de este día 10 de agosto, se encuentran en Silao las fuerzas liberales y conservadoras, y de inmediato se disponen a la batalla. Luego de tres horas de intenso y sangriento combate, a las ocho y cuarto de la mañana, Miramón tiene que reconocer que no es suya la victoria. González Ortega, informa en su parte de guerra: “ha sido hoy derrotado completamente don Miguel Miramón por las fuerzas de mi mando, dejando en mi poder su inmenso tren de artillería, sus armas, sus municiones, las banderas de sus cuerpos y centenares de prisioneros, inclusos en éstos algunos generales y multitud de jefes y oficiales. Miramón, se retirará a la capital, en donde el día 14 del mismo mes, la facción conservadora lo elegirá presidente interino.

Tras la derrota de Miramón en Silao las fuerzas liberales ocuparán Guanajuato y todo el Bajío. A principios de septiembre siguiente, sólo las plazas de Perote, Puebla, Tepic, Guadalajara y la ciudad de México, estarán en manos de los conservadores.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.