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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1759 El Duque de Parma y rey de Nápoles y Sicilia asciende al trono de España como Carlos III. Hará las profundas reformas, llamadas borbónicas.

Agosto 10 de 1759

Carlos de Borbón accede al trono español, tras producirse el fallecimiento de su hermanastro, Fernando VI, quien no tuvo descendencia. Será el representante más genuino del despotismo ilustrado español marcado fuertemente por el francés, cuyo propósito esencial será dar a la Monarquía un mejor tono que le permita ser más competitiva en el marco internacional y mejorar su vida interna. Al efecto, realizará reformas que afectarán el poder de la aristocracia, como la implantación de una contribución universal, y del clero, como la limitación de su inmunidad, de la autoridad de los jueces diocesanos, de la Inquisición y de las amortizaciones de sus bienes; asimismo, desencadenará el disgusto popular por imponer tasas de alumbrado, el cambio de costumbres (como obligar al uso del sombrero de tres picos) y medidas políticas y hacendarias que afectarán a la gente común.

Al estallar un motín en Madrid, por el alza de los precios ocasionada por las reformas realizadas, expulsará a los jesuitas como los instigadores de la violencia, difusores de las ideas de la ilustración, enemigos del rey, ávidos de poder y de riquezas, pero que en realidad tratarán de acabar el poder que ejercían en sus colegios, de los cuales egresaban las clases superiores; además, la confiscación de sus bienes produjo considerables ingresos a la hacienda del rey. Esta expulsión le permitirá tratar de que la enseñanza se fundamente en las disciplinas científicas y en la investigación, y que sus riquezas ayuden a los sectores más necesitados, a hospitales y hospicios. Además, dispondrá que la doctrina se enseñe en español.

También renovará la vida política, por ejemplo, reformará el poder municipal, la política monetaria y fiscal; repartirá las tierras comunales y modernizará la agricultura; dividirá latifundios y liberará los sectores industrial y comercial estableciendo el libre comercio con las Indias. En otros campos, reorganizará al ejército, emitirá el primer papel moneda de España, creará el Banco de San Carlos, establecerá la Lotería Nacional y permitirá a los nobles trabajar no solamente vivir de sus riquezas; tratará de hacer extensiva la educación a todos los grupos de la sociedad, creará escuelas de agricultura y de comercio, reformará los estudios universitarios; impondrá la Gramática castellana de la Real Academia Española, como texto en las escuelas y creará los símbolos nacionales del himno y la bandera. Asimismo, establecerá el servicio público del correo y construirá obras hidráulicas y un sistema de caminos reales. Además, embellecerá la ciudad de Madrid con paseos y monumentos tales como Las Cibeles y la Puerta de Alcalá. El resultado de sus medidas será el surgimiento de una incipiente burguesía especialmente poderosa en Cádiz, por su vinculación al comercio americano, Barcelona y Madrid.

En lo internacional, pondrá fin a la guerra de los siete años mediante el Tratado de Paz de París firmado en 1763, por el cual España entrega la Florida a Gran Bretaña y recibe a cambio La Habana y Manila, así como obtiene de Francia la Luisiana al oeste del Misisipi. A consecuencia de esta guerra, España tomará conciencia de la vulnerabilidad de sus colonias en América, por lo que iniciará reformas a su régimen colonial para fortalecer sus vínculos con la metrópoli y aumentar los ingresos reales, así como a su sistema de defensa militar contra el expansionismo inglés, además de promover la ocupación del norte de la Nueva España. Después luchará por establecer la paz en el Mediterráneo para garantizar el comercio español en estas aguas, y por conservar las colonias, por lo que mediante el Tratado de Versalles de 1772 se unirá a Francia, en diversas guerras  para detener el expansionismo británico en América. También recuperará Menorca, pero no Gibraltar de manos de los ingleses. De igual modo, participará en apoyo de la independencia de los Estados Unidos de la Gran Bretaña.

En Nueva España "se había consolidado una poderosa oligarquía compuesta por unas cuantas familias que concentraban el poder político y monopolizaban la riqueza. Las familias poseían latifundios, obrajes, ingenios azucareros, controlaban la minería y el comercio, y una parte de ellas ocupaba los altos cargos eclesiásticos y de gobierno. La monarquía española había descuidado el control colonial...". (Marialba Pastor. Nueva Historia Mundial). Las reformas borbónicas tendrán el propósito de recuperar para la corona el poder que los anteriores reyes habían ido delegando en los virreyes y en los ayuntamientos en manos de los criollos, así como en algunas corporaciones de las colonias, como la iglesia católica y los consulados de comerciantes, además de moderar la creciente corrupción en todas las esferas del gobierno. Así, se tratará de canalizar hacia la Hacienda Real los beneficios económicos que éstas acaparaban. Para lograr estos propósitos se tomarán, entre otras medidas, en sustitución de los gobernadores provinciales, la creación de las Intendencias con autoridad administrativa, hacendaria, militar y de justicia que merman el poder del virrey y de los ayuntamientos, dirigidas por españoles nombrados por el rey (antes cargos sujetos a la compra y venta); la profesionalización de la administración pública con inmigrantes especializados, que reformarán el sistema aduanal y crearán el estanco del tabaco, nieve, papel y naipes, así como nuevos impuestos; el establecimiento de un ejército novohispano profesional, comandado por españoles, leal al rey, con fueros y privilegios (casi todos los Intendentes serán militares de alta graduación); la liberalización económica que terminará los monopolios de los consulados, como el del Galeón de Manila con el comercio con Oriente y se permitirá el comercio con Dinamarca, Suecia y Estados Unidos; también se transferirá la casa de moneda a las manos de la Corona. Para impulsar la producción de plata, se expedirán las Reales Ordenanzas de Minas, se organizará el gremio minero, se fomentará la baja del precio del azogue y se instaurará un banco de avío, entre otras reformas.

"Las reformas ordenaron la supresión de las corporaciones religiosas (cofradías y congregaciones), prohibieron fundar nuevos conventos, procuraron limitar la acción del clero en la educación e impidieron que la Iglesia siguiera siendo el principal prestamista y el mayor agente de crédito.” (Pastor, ya citada)

La nueva política provocará cierto auge en la Nueva España, la capital adquirirá otra fisonomía al surgir edificios palaciegos, tránsito de carruajes, billares y cafés, así como una serie de obras públicas: instalación de alumbrado público, saneamiento de calles, reparación y ampliación del acueducto de Chapultepec y establecimiento de hospitales. Sin embargo, los principales beneficiados serán el rey y los españoles (gachupines), a costa de los sectores criollos y peninsulares que se beneficiaban con la situación anterior, así como de los mestizos, mulatos y negros que serán sujetos a tributación. También causará la destrucción de las comunidades indígenas, la pérdida de la propiedad de sus tierras y aguas e incluso de su cultura propia, convirtiendo a los naturales en peones de las haciendas. Asimismo, las reformas culturales que difundirán los ideales de la Ilustración, fortalecerán en los criollos las tendencias hacia la autonomía y la independencia de la metrópoli, que décadas más tarde, conducirán a la formación de México.

Doralicia Carmona. MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.