2 de Agosto de 1761

Para establecer un colonialismo de mayor beneficio para la metrópoli y una más sólida sujeción de los dominios americanos, la Corona española recurre a una nueva generación de funcionarios, poco interesados en respetar las tradiciones y costumbres que durante siglos habían regido las relaciones entre gobernantes y gobernados. El más notable de ellos es Gálvez.

A su arribo, no puede actuar por la oposición del virrey Joaquín Monserrat, lo hará hasta 1764, cuando llegan las nuevas cédulas confirmatorias de su nombramiento, que le dan gran poder para reorganizar la administración en empleos e impuestos. Recorrerá San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán, Nueva Galicia, Sonora y California; destituirá al virrey Monserrat en 1766 y nombrará en su lugar a Carlos Francisco de Croix.

Intervendrá en la expulsión de los jesuitas; creará el estanco de tabaco, implantará nuevos impuestos sobre el pulque y las harinas, combatirá el contrabando y reformará el sistema aduanal de Acapulco y Veracruz; reorganizará el ejército y dos años después, sofocará los disturbios (Ver Documento) y motines ocasionados por la expulsión (Ver Documento) de los jesuitas.

Gálvez también organizará el norte de Nueva España; formará la Comandancia General de las Provincias Internas, que agrupará a Nueva Vizcaya, Sinaloa, Sonora, las Californias, Coahuila, Nuevo México y Texas.

El visitador Gálvez, realizó tan bien su gestión que el virreinato se recuperará y hará una época de bonanza que fue bien dirigida con el siguiente virrey: Antonio María Bucareli.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.