23 de Julio de 1810
En Querétaro Miguel Hidalgo y Costilla propone una reorganización administrativa en la cual el virrey continuará siendo el capitán general del reino y permanecerán en sus empleos los demás funcionarios, pero la autoridad pasará a la elite criolla y el Congreso proveerá las vacantes civiles y eclesiásticas en lugar el rey; controlará los recursos hacendarios en lugar de la metrópoli y suspenderá la autoridad civil de la inquisición, así como la revisión de la correspondencia procedente de Europa.
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Hidalgo nunca escribió un plan propiamente dicho antes ni después de la insurrección, pero en sus proclamas, (Ver Documento) redactadas algunas al estilo de un sermón, son vislumbrados sus fines: libertad política, respeto y defensa de la religión, disminución de gravámenes, supresión de gabelas y que el fruto de la agricultura, minería e industria, sea para los hijos de la tierra y no para la metrópoli: “la libertad política de que os hablamos, es aquella que consiste en que cada individuo sea el único dueño del trabajo de sus manos y el que deba lograr lo que lícitamente adquiera para asistir a las necesidades temporales de sus casa y familia; la misma que hace que sus bienes estén seguros de las rapaces manos de los déspotas, que hasta ahora os han oprimido esquilmándoos hasta la misma substancia con gravámenes, usuras y gabelas continuadas (...) Reflexionad un poco sobre esto y hallaréis el bien que se os prepara, (...) el doblez de sus tratos y ventajosos proyectos de todo género, ha hecho que el engaño, el dolo y la mentira ande en la boca de todos, y que la verdad casi haya desaparecido de nuestro suelo”
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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