5 de Julio de 1929
José Vasconcelos es elegido candidato a la presidencia de la República por aclamación; a la convención asisten 835 delegados y los precandidatos Antonio Villarreal y Francisco Vázquez Gómez.
Años antes, Vasconcelos, habiendo perdido la candidatura al gobierno de Oaxaca porque Obregón favorece a su opositor, funda el periódico “La Antorcha” en el que colaboran Vito Alessio Robles, Julio Torri y Carlos Pellicer; por sus ataques al gobierno sale al exilio, del que regresa en noviembre de 1928 y comienza su campaña electoral para la presidencia, con el apoyo del Partido Nacional Antirreeleccionista, por los estados de Sonora, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Guanajuato y Michoacán; el 10 de marzo de 1929 entra a la ciudad de México, apoyado por el Frente Nacional Renovador y el Comité Orientador Pro-Vasconcelos que se le unen.
Con anterioridad, entre los precandidatos del Partido Nacional Antirreeleccionista se mencionaban los nombres de Francisco Vázquez Gómez, José Vasconcelos, Antonio Villarreal y Manuel Bonilla.
El 2 de julio, en el Frontón Hispanomexicano, fue inaugurada la Convención del Partido Nacional Antirreeleccionista; en la escenografía, pusieron un retrato de Francisco I. Madero arriba de una bandera nacional y de un lienzo con la leyenda de la "No Reelección". Al iniciar el acto, presentaron a los precandidatos a la Presidencia de la República, entre los que están Francisco Vázquez Gómez, quien tiene muchos simpatizantes y, José Vasconcelos. Alfonso Taracena (La Verdadera Revolución Mexicana) refiere que: “Por la tarde, el licenciado Calixto Maldonado lanza terribles ironías contra los funcionarios callistas, y recoge una frase del ingenio popular que se refiere a que el ex Secretario de Educación Pública, que tanto se preocupó por las escuelas, si llega a la Presidencia enseñará a leer hasta a los diputados”.
Este día 5 de julio, termina la Convención del Partido Nacional Antirreeleccionista y proclama a José Vasconcelos como su candidato a la Presidencia de la República, quien protesta como tal en el Frontón Hispanomexicano. Sigue refiriendo Taracena: “Una comisión fue por él y se le recibió entre flores, aplausos, aclamaciones, confetti y serpentinas arrojadas por mujeres y niños. Iguales manifestaciones se hicieron al candidato al despedirse, después de leer su discurso, interrumpido por ovaciones de los delegados y del público. La única nota discordante fue, durante el día, la discusión y la votación final de la iniciativa para cambiar de nombre al Partido Antirreeleccionista, al que se quiso llamar del Trabajo. Contra la voluntad de los viejos políticos, la mayoría estaba de parte de la reforma y, sin embargo, al leerse el resultado del recuento de los votos, don Vito Alessio Robles, el defensor del viejo partido, impuso con voz estentórea que la innovación resultaba desechada. Hubo protestas, pero fueron acalladas pasándose a otro asuntos, no sin que antes se cometiese el desacate de que el mismo que leyó el resultado fraudulento, don Vito Alessio Robles, calificase de la "última bonillada" la actitud del Ministro de Fomento del señor Madero al emitir su voto decisivo. Tamaña grosería nos sublevó a casi todos los delegados, que maldijimos esta vez a los porfiristas y huertistas que combatieron a la Revolución”.
En su discurso de toma de protesta, Vasconcelos dice: “En realidad, venimos a eso, a imponer la norma necesaria para que México se libre de la actual situación humillada, la norma del sereno comportamiento que México necesita para rescatarse de las penosas condiciones a que nos han ido arrastrando, políticos sin capacidad…¿Pero cómo es posible esperar conducta legítima, ni siquiera humana de parte de las autoridades inferiores, si a menudo se ha visto que el ejemplo de las mayores abominaciones lo da, precisamente aquel que debiera ser espejo de acción desinteresada, inteligente y leal? […] Comenzaremos exigiendo del Presidente de la República, lo que no han podido ni pueden dar los inferiores mientras no lo vean hecho regla en el de arriba: exijamos del Presidente, no sólo el respeto de la ley, cuya letra misma tantas veces se ha falseado… Se necesita también para limpiar toda la ignominia de estos últimos tiempos, establecer el equivalente del juicio de residencia, la obligación impuesta al Presidente de dar cuentas del importe de sus bienes antes y después del desempeño de su cargo con pena de confiscación en caso de ocultaciones tal y como lo habéis aprobado en la asamblea. Se necesita también limitar o suprimir todos los poderes políticos del Presidente, pero sin quitarle sus facultades de administración; al contrario, es menester que las leyes y Cámaras den al Ejecutivo toda suerte de facilidades para que administre los bienes comunes, para que impulse la explotación de las riquezas nacionales: para que facilite y perfeccione los servicios públicos; para que eduque y construya y para que infunda alientos de progreso a toda esta raza nuestra, decaída, pero anhelante. Se necesita exigir que los Presidentes sean grandes administradores, creadores y arquitectos; por eso debe escogérseles a base de capacidad y de honestidad.
Vasconcelos continua su discurso y habla sobre el municipio; de las cámaras, señala que “será necesario que las Cámaras recobren… los poderes plenos que les otorgaba la benemérita Constitución de 1857, revocada por los servidores de la tiranía: revocada con el objeto de consolidar todas estas oscuras dictaduras”; del poder Judicial propone que sean electos sus jueces y magistrados. Y aconseja la limpia teoría constitucional de la independencia de los poderes.
Sobre el tema que en su discurso subtitula “La Nacionalización de Nuestros Recursos” menciona que es indispensable dedicar atención a los problemas económicos que amenazan a la nación mexicana. “No es exagerado hablar de amenaza cuando se considera que en los momentos actuales tenemos en el extranjero a una quinta parte de nuestros hermanos y hemos sido impotentes para repatriarlos; no es exagerado hablar de desastre cuando somos el pueblo más pobre de la América, el que menos consume, el que en proporción produce menos y el que en proporción se educa menos. Vasconcelos critica la forma en que ha burocratizado el Estado como forma de resolver el problema del empleo. De los recursos naturales dice “poco a poco y principalmente por errores trascendentales de nuestra política, las riquezas todas del país y las grandes empresas, ayer las minas, hoy las caídas de aguas,… todo pasa a manos de extranjeros; no es exagerado hablar de desastre, cuando ya no disponemos del manejo de nuestra producción; ni del control de nuestra economía; no es exagerado afirmar que nos estamos colocando en una condición de dependencia financiera... Nuestro desastre es más dispendioso y nos arrastra a una dependencia disimulada y sin responsabilidades: la sumisión sin restricciones… sometidos en complicidad con tantos de los nuestros que nos han impuesto pactos y concesiones, ya nuestra claudicación parece irremediable. Víctimas de una dependencia pedida, reconocida, pagada; sumisión sin gloria, no tiene nombre lo que se ha estado haciendo… ha estado entregando sus recursos, derrochando sus tesoros, es preciso abordar el problema económico, ya no sólo como esfuerzo de reivindicación y de justicia, sino también y principalmente de reorganización y de eficacia…
Los medios de producción y las riquezas naturales no deben ser monopolio de intereses privados; deben pasar gradualmente a la administración y aprovechamiento del Estado. No es justo ni es patriótico tolerar que los medios de transporte y de comunicación, como ferrocarriles y telégrafos, vuelvan a la explotación privada; tampoco es justo que, por ejemplo, nuestras reservas petrolíferas sean objeto de concesiones otorgadas a intermediarios y favoritos…
Finalmente, dice que acepta ser candidato “Pero acepto esta altísima honra sin ufanía y convencido de que no tenemos derecho de excluir a nadie de nuestra tarea, por lo mismo que no se trata de una tarea de partido, sino del esfuerzo que toda una raza emprende para salvarse… me comprometo de la manera más solemne, a poner al servicio de la causa de la redención nacional, mis energías todas; me comprometo a provocar al Destino, si es necesario, para que se produzca el advenimiento de una era mejor; para la creación de un México rico de personalidad, generoso en la acción y en el ideal espléndido”. (Ver Documento)
Al día siguiente, Francisco Vázquez Gómez felicitó a Vasconcelos por haber sido designado candidato del Partido Nacional Antirreeleccionista a la Presidencia de la República. Vasconcelos, que reconoce él (el doctor) obtuvo mayor cantidad de votos de los asambleístas que él.
Su campaña se fundamentará en los valores de democracia y moralidad; pero será criticado por carecer de planteamientos económicos y sociales.
Al anunciarse el triunfo del candidato oficial, proclamará el Plan de Guaymas (Ver Documento) en el que denuncia “la farsa electoral que impone a Ortiz Rubio en la Presidencia, la corrupción del gobierno y la malversación de fondos nacionales” convocando a las armas; al no prosperar la rebelión, será encarcelado y liberado al poco tiempo, permanecerá en el exilio hasta 1940.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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