Junio 25 de 1936
Escribe M.G. Damirón (Asesinatos políticos en México 1910-1994): “Cerca de las diez llegó Manlio Fabio Altamirano...acompañado de su esposa, doña Bertha Bracamontes Descombes, caminó desde su oficina, aquí cerca en la calle de Cinco de Mayo, para venir al Café. Se cuenta que doña Bertha llegó a preguntarle si no prefería ir a casa y descansar, pero el político prefirió disfrutar de una merienda ligera y continuaron su camino. Cuando llegaron, su mesa predilecta... estaba ocupada...y en cuanto la mesa quedó libre...el gobernador electo ocupó la silla del rincón y doña Bertha quedó a su derecha. El político disfrutó tranquilamente de su merienda y al final pidió...una copa de helado...De pronto, cuando el gobernador sostenía con la mano izquierda la copa de helado y con la derecha se llevaba la cucharilla a la boca, vio frente a él a un hombre que le apuntaba con una pistola y de inmediato apartó bruscamente a su esposa. Seis u ocho tiros se escucharon enseguida. Los gritos de los concurrentes, los aspavientos y la caída de platos y vasos y el apresuramiento por ponerse a salvo debajo o atrás de las mesas, sumieron a todos en una angustiosa confusión...Nadie se explicaba lo sucedido. Afuera, un modesto cuidador de autos...vio salir a un hombre pistola en mano y correr para abordar de prisa un auto que lo esperaba en la esquina de Motolinía y Tacuba. 'Un Chevrolet negro', declararía después y del que apuntó su matrícula, apunte que de nada sirvió...Alguien fue al teléfono para llamar a la policía, pero no servía. Todo había sido tan premeditado, se dijo después, que hasta la línea del teléfono había sido cortada".
“Esa noche, tarde ya, los policías tomaron declaraciones a unos cuantos que decían haber visto cómo ocurrió. Alguien describió al criminal: un hombre de corta estatura que vestía saco oscuro, café oscuro, a cuadros, y caminaba hacia atrás mientras disparaba. Luego desapareció por la puerta. Hubo también quien dijera que el asesino cenó en una de las mesas del fondo, esperó paciente la llegada de su víctima y escogió el momento, y uno más dijo que no, que el asesino había llegado de pronto, que entró y disparó...el cuerpo del gobernador fue trasladado a la Tercera Delegación para la práctica de la autopsia...recibió cuatro impactos de bala en el tórax, uno en la cabeza y otro en la mano izquierda, la mano con la que sostenía la copa de helado”.
Su cadáver será velado en su propia casa y después trasladado hasta la glorieta de Reforma y Bucareli (en ese entonces del “caballito” porque ahí se encontraba la estatua ecuestre de Carlos IV) en donde se le rendirá homenaje por sus seguidores; finalmente será sepultado en el Panteón de Dolores.
Según Ricardo Pérez Montfort (Lázaro Cárdenas): "el recién electo gobernador de Veracruz y exsenador Manlio Fabio Altamirano fue asesinado por los esbirros de un cacique de la región de Naolinco, cerca de Xalapa, llamado Manuel Parra Mata. Altamirano había jugado un papel importante en el diseño del Plan Sexenal y era un militante distinguido del PNR. Su arribo al poder en Veracruz fue visto como una posible amenaza para quienes todavía no habían sido afectados por las distribuciones agrarias cardenistas, como el propio Parra Mata, quien era dueño de la gran hacienda de Almolonga. Se rumoraba que Parra Mata era socio del general Pablo Quiroga, quien recientemente había dejado la Secretaría de Guerra por sus lealtades primordiales con el general Calles y que además tenía también cierta liga con quien acababa de ganar el escaño veracruzano en el Senado de la República, el licenciado Miguel Alemán Valdés. A ninguno de los dos se les pudo probar relación alguna con dicho asesinato, en medio de esas jarochas aguas tan revueltas. Lo que sí se pudo saber es que los perpetradores del homicidio formaban parte de una organización criminal llamada La Mano Negra, que se había constituido con algunos oponentes al agrarismo armado, recién pacificado, del ex gobernador Adalberto Tejeda. Según la estudiosa más reconocida de aquellos avatares veracruzanos, el asesinato de Altamirano fue el resultado de una política de venganza pero nadie fue nunca arrestado ni condenado por el crimen.
A los pocos días, el general Cárdenas incorporó al todavía gobernador de Veracruz, Gonzalo Vázquez Vela, a su gabinete, y el joven Miguel Alemán, que acababa de ser electo como segundo de a bordo del recién ultimado Manlio Fabio Altamirano, asumiría la gubernatura de aquella entidad federativa a partir del 1° de diciembre de 1936.
El joven licenciado de 33 años de edad tomó posesión del cargo de gobernador del estado de Veracruz en una ceremonia en el estadio de Jalapa a la que asistió el embajador de los Estados Unidos en México, Josephus Daniels. Con el apoyo del general Cándido Aguilar y del licenciado Emilio Portes Gil, Alemán iniciaría entonces su meteórico ascenso a la presidencia de la República, misma que lograría en 1946."
El nuevo gobernador Miguel Alemán Valdés decretará que en la región conocida como Sotavento, se cree el Municipio de Manlio Fabio Altamirano, cuya cabecera llevará el mismo nombre.
Manlio Fabio Altamirano nació el 12 de octubre de 1892 en Xalapa, Veracruz. Estudió en la Escuela Práctica Anexa a la Normal, en el Colegio Preparatorio y en la Escuela de Derecho. El 31 de octubre de 1917 el general Cándido Aguilar le otorga el Título de Escribano y con su apoyo abre una Notaría en Pánuco. Combatió la rebelión delahuertista. Defensor de campesinos y trabajadores pobres, fue diputado por cuatro periodos por la región de Misantla. En 1931 participó, con la representación de Veracruz, en el único Congreso Nacional Anticlerical realizado en la ciudad de México. Fue cofundador y gerente del periódico El Nacional, así como director de los Talleres Gráficos de la Nación. Orador fogoso de ideas radicales y filiación cardenista, fue senador de la República por su estado natal. Después fue elegido candidato a gobernador de Veracruz por el PNR. Se esperaba de él, un gobierno limpio y justiciero, por eso las principales sospechas se dirigieron a los terratenientes veracruzanos como autores intelectuales del crimen. Por lo mismo, el asesinato nunca fue aclarado.
Doralicia Carmona. Memoria Política de México.
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