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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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El Partido Antirreeleccionista designa a Arnulfo R. Gómez candidato a la presidencia.

23 de Junio de 1927

Con la asistencia de 1709 delegados y por mayoría de votos es nominado por el Partido Nacional Antirreeleccionista, agrupación surgida como respuesta a la reforma constitucional del 15 de enero de 1927, que permite la reelección del presidente de la República por una sola vez, siempre que no sea para el periodo inmediato. Al rendir su protesta, Gómez reafirmó su antireeleccionismo y se pronunció por la conciliación entre el capital y el trabajo y por el respeto a las religiones y creencias con independencia de la Iglesia y del Estado.

El Partido Antirreeleccionista de Veracruz lo nominó primero, pero Gómez no había aceptado actuar en política en ese momento porque era Jefe de Operaciones Militares en esa entidad. También recibirá el apoyo del Partido Antirreeleccionista de la Clase Media, del Centro Obrero Antirreeleccionista, de la Coalición de Partidos Revolucionarios del Distrito Federal y de la Confederación Nacional de Estudiantes Antirreeleccionistas.

Arnulfo R. Gómez nació en Novojoa, Sonora, en 1890. Participó en 1906 en la huelga de Cananea. Fue opositor al régimen de Díaz y se incorporó a la lucha armada en 1910. En 1913 regresó a las armas para combatir a Huerta bajo las órdenes de Calles. En 1914, apoyó a Carranza contra los villistas y zapatistas.

En 1915 fue nombrado general brigadier. En 1920 secundó el Plan de Agua Prieta en apoyo de Obregón. Entre 1922 y 1924, estuvo al mando de las fuerzas de la ciudad de México. En 1923 combatió la sublevación de De la Huerta. Al momento de aceptar su candidatura para la presidencia es un divisionario que disfruta de mucho prestigio.

A partir de esta fecha, y sin tener posibilidades reales de ganar las elecciones sin el apoyo de Calles y la alianza con Serrano, durante el resto del año, el general Gómez realizará una serie de actividades políticas opuestas a la reelección de Obregón, que lo conducirán a su muerte. Su campaña se centrará en el ataque al caudillo y la amenaza de rebelión, se mantendrá en el terreno del grupo en el poder, sin incorporar a su lucha a otros sectores.

El 28 de junio propondrá al ex presidente Obregón que retire su candidatura, que hizo pública el pasado día 26, con la seguridad de que él mismo y el general Serrano, retirarán las suyas. No obtendrá respuesta.

El 1º de julio, se reunirá con el otro candidato presidencial antireeleccionista, el general Francisco R. Serrano. Acordarán sostener los principios de la no reelección y la armonía en sus filas.

Iniciará su campaña electoral el 3 de julio en Orizaba, en donde calificará a Obregón como el principal terrateniente de Sonora y sus seguidores como mercenarios. El día 17, ante una gran concentración en Puebla, Gómez acusará a Obregón de hacer campaña en las entidades que controla militarmente, con dinero del erario y de pagar acarreados; de centrar su campaña en la defensa de los campesinos, pero “de palabra pues en los hechos, los ha engañado y explotado”. Señalará que es falso que Obregón se “sacrifique” por el país, pues durante los últimos tres años ha estado preparando su retorno a la presidencia como lo prueban los documentos existentes. Denunciará que lo están tratando de llevar a una nueva lucha, pero que de conseguir hacerlo, tiene “preparados para ellos dos locales: uno en las Islas Marías (penal) y otro dos metros bajo tierra, como castigo ejemplar para quienes tratan de pisotear un sagrado principio” (no reelección).

El 24 de julio siguiente, en Monterrey, equiparará a Obregón con Santa Anna, pues “vende el resto del país por salvar la silla, de la que quiere apoderarse a toda costa”. En Laredo, calificará a Obregón de falso apóstol. En Tampico llamará a Obregón traidor y lo acusará de buscar fondos de las compañías petroleras. Seguirá a Ciudad Victoria, en donde lanzará nuevos cargos contra Obregón y el gobernador del Estado de Tamaulipas, Emilio Portes Gil. Continuará a Pánuco, Veracruz y a Torreón, Coahuila, en donde el 14 de agosto siguiente, dirá de Obregón: “Ese hombre, no conforme con estar mutilado, hizo que se mutilara la Constitución” (la no reelección). Y ante los intentos de acallarlo con el claxón de autos, anunciará que “ si el voto popular sale burlado, no nos queda más recurso que el que el mismo Obregón empleó en 1920: las armas”.

Días después, Gómez regresará a la capital y en conferencia de prensa denunciará la parcialidad que en su contra mostraron algunas autoridades y anunciará que presentará sus quejas ante el presidente Calles.

El 28 de agosto, en un banquete en honor de Vidal, jefe de la campaña de Serrano, Gómez acusará a Aarón Sáenz de intentar su arresto bajo el cargo falso de reclutar hombres para una rebelión.

A principios de septiembre, Gómez saldrá hacia Veracruz, pero antes sentenciará: “Sobre todo lo que se declare obregonista triunfará la No Reelección y Álvaro Santa Anna no subirá al poder”. Señalará que Veracruz es el primer estado que se declara antirreeleccionista y que será el primero en sostener esos principios, “ si es necesario por medio de las armas ”. Dirá también que es falsa la campaña exitosa que realiza Obregón, pues “los que han forjado esas manifestaciones monstruosas publicadas por la prensa, han sido los reporteros que trae a su lado Obregón, pagados por él…no tiene más base para asegurar el triunfo que el chanchullo, que puede verificarse por medio de las Cámaras que dependen de él. Pero el antirreeleccionismo nunca reconocerá ese fallo…El pueblo sólo debe pensar que luchó diecisiete años por el principio básico de la Revolución ” ( no reelección).

El 18 de septiembre siguiente, ante los mineros, en Pachuca, Gómez recordará que en la huelga de Cananea empuñó por primera vez las armas en defensa de los derechos de los trabajadores. Acusará a Obregón de monopolizar cuanto produce Sonora y de pretender monopolizar la Revolución. Y se declarará partidario de que se forme la pequeña propiedad, pero no a base de despojo, y de que se defiendan los principios de Madero sobre la ambición de “ese rebaño” que ocupa la Cámara de Diputados y demás autoridades “imposicionistas ”.

El 21 de septiembre, veintitrés diputados expedirán una proclama contra la reforma constitucional que permite la reelección. Los días 24 y 26 siguientes, se reunirán los partidarios de Gómez y Serrano para unificar fuerzas en un solo frente contra el candidato oficial Obregón; evaluarán el posible apoyo popular y del ejército de cada uno de los dos candidatos, aparentemente, sin llegar a acuerdos.

El 1º de octubre, Gómez, debilitado en su salud por la campaña, saldrá hacia Perote para unirse con el general Horacio Lucero, jefe de la guarnición militar, señalará que no intenta rebelarse, pero lo hace por su seguridad. Tras fallar el intento de aprehender a Calles, Obregón y Amaro, durante las maniobras nocturnas de los llanos de San Lázaro, y de iniciarse la rebelión del general Héctor Ignacio Almada, será perseguido por las fuerzas del general José Gonzalo Escobar y derrotado en Ayahualulco el 10 de octubre. El 4 de noviembre, Gómez, enfermo, será sorprendido a la medianoche en las montañas que se extienden entre Teocelo e Ixhuacán, según rumores, por denuncia de Aarón Galván, quien le llevaba alimentos. Será conducido en ferrocarril a Coatepec, sometido a juicio sumario y fusilado la mañana siguiente en Teocelo, vestido de paisano, atado de los brazos para sostenerlo del paredón y con los ojos vendados por su voluntad.

Su cadáver será sepultado el 6 de noviembre por el Partido Nacional Antirreeleccionista en la ciudad de México. Vito Alessio Robles expresará en el discurso fúnebre: “El alma joven de un viejo luchador levanta el vuelo. Un paladín de los ideales revolucionarios ha muerto... Descansa en paz; nosotros te ofrecemos seguir empeñados en la lucha de principios… El general Gómez ha caído; pero el antirreeleccionismo sigue vigorosamente en pié… es un ideal que se destaca por encima de los hombres… Los crímenes, las bastardas ambiciones y las situaciones bochornosas sirven de mortaja a sus autores. Los principios son la aureola de quienes sucumben por ellos”.

Años antes, para suceder a Calles, Obregón se había inclinado en un principio por Serrano, pero le decepcionaron sus amoríos y su afición al juego de azar. Por su parte, Calles prefería al líder obrero Morones, pero su candidatura era objetada por Obregón y su grupo; entonces comenzó a mostrar deferencia hacia Gómez. Pero al darse la reforma constitucional para permitir la reelección, los antireeleccionistas se agruparon en torno a los generales Gómez y Serrano, quienes perdieron toda esperanza de apoyo oficial cuando Obregón expresó claramente su deseo de reelegirse, ya que Calles estaba forzado a apoyarlo, dado el gran prestigio del caudillo y que los obregonistas dominaban las Cámaras y sobre todo, el ejército.

Por su parte, Vito Alessio Robles y una parte de los antirreeleccionistas maderistas promovieron la organización del Partido Nacional Antireeleccionista, que hoy nomina a Gómez.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.