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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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Hernán Cortés derrota a Pánfilo de Narváez

29 de Mayo de 1520

Mientras estuvo en México-Tenochtitlan Hernán Cortés acumuló grandísimas cantidades de oro y de otros tesoros; pero sus manifestaciones de poder, comenzaron a exasperar a los mexica. Con la intención de que se fuera, Moteczuma informó a Cortés del arribo de varias naves con españoles. Se trataba de una armada enviada por Diego de Velásquez con la misión de tomar posesión de lo que juzgaba suyo y le había defraudado Cortés. La Audiencia de Santo Domingo, envió a Cuba con amplios poderes e instrucciones al oidor Lucas Vázquez de Ayllón; pero sus gestiones no pudieron evitar que a principios de marzo de 1520 saliera dicha armada al mando de Pánfilo de Narváez. Ayllón se embarcó en ella. La armada la componían; diez y nueve naves entre barcos y bergantines, mil cuatrocientos soldados, veinte piezas de artillería y mil indios de Cuba para el servicio.

A principios de abril, desembarcaron y un español informó a Narváez de lo que ocurre en Mexico-Tenochtitlan; él respondió que había venido a castigar a los españoles. Al saberlo, Moteczuma tuvo la esperanza de librarse de Cortés, le envió regalos y mandó que se les abasteciese de alimentos.

Cortés escribió a Narváez una carta muy amistosa, en la cual le pedía enviase, para obedecerlas, sus provisiones reales - sabía que no existían-. Entretanto, Ayllón a fines de abril había zarpado a Cuba. Lo cual causó disgusto entre los soldados. Había pasado un mes del desembarco de Narváez y Cortés enterado de la división en las filas del ejército, decidió marchar sobre él; dejó en México a Pedro de Alvarado, con la orden de no dejar escapar a Moctezuma. Antes de llegar a Cholula, encontró a su emisario el mercedario Olmedo, quien traía una carta de intimación de Narváez para que fuera a Zempoala. En Quecholac a Cortés se le apersonaron el escribano Alonso de Mota con Bernardino de Quesada y dos testigos y le notificaron las órdenes de Narváez; cuando las comenzaban a leer, Cortés los interrumpió y les pidió el título de escribano del rey, y como no lo llevaban, los mandó apresar y los envió amarrados como fardos a Mexico-Tenochtitlan. Al llegar a Ahuilitzápan, (Orizaba), el escribano Pero Hernández y Rodrigo Álvarez Chico en nombre de Cortés requirieron de obediencia a Narváez.

Cortés, siguiendo por veredas -para no encontrar a Narváez- llegó a Cuauhtochco, (Huatusco), y allí se le presentaron Guevara, Juan de León y el secretario Andrés de Duero; le dijeron que Narváez lo conminaba a dejar el país y que le permitiría sacar cuanto hubiesen adquirido. Cortés les pidió las provisiones reales y aceptó entrevistarse con él, pero no se presentó. Toda esta actitud de Cortés obedecía a que pretendía acercarse lo más posible hasta donde estaba Narváez y en el camino ir ganando adeptos a base de dádivas.

Desde Tampanequita, envió nueva epístola a Narváez con otros requerimientos y lo emplazó para tres días después. Para ello se sirvió del fraile mercedario Olmedo, que insinuó a Narváez que muchos de los soldados de Cortés querían entregarse; mientras, secretamente repartía oro y cartas con las que ganaba más partidarios a favor de Cortés, quien seguía engrosando sus filas. Aunque en realidad, contaba más con los acuerdos que había hecho en las filas de Narváez.

El lunes 28 de mayo mediante una estratagema, Cortés hizo movilizar al ejército de Narváez que salió de Zempoala y en vano esperó bajo la lluvia en el punto señalado para la batalla. Entretanto, el ejército de Cortés pasó la noche descansando, luego de una arenga.

Al día siguiente 29 de mayo de 1519, en Huitzilápan, cerca de Zempoala, antes del amanecer, Cortés sin hacer ruido se dispone para el ataque y hace marchar a su ejército que penetra en el campo enemigo al toque de carga del tambor: Pizarro se apodera de la artillería que tenía los oídos de las piezas tapados y sin quien las manejara; Diego Velázquez lucha contra su pariente Velázquez de León para defender el cuartel; Sandoval y Pizarro, atacan el teocalli que es el templo de Quetzalcoatl de donde toman sin dificultad unos cañones y se adueñan del punto; Pero Sánchez Farfán apresa a Narváez; finalmente, Diego Velázquez se entrega; al amanecer Duero y Bermúdez se rinden con la caballería.

La victoria para Cortes es completa y a los vencidos los incorporará a sus fuerzas que se verán triplicadas, así como con diez y ocho navíos, los cuales serán trasladadas a la Villa Rica de la Vera Cruz; por seguridad, para que no se vaya la gente que venían con Narváez, les quitarán las velas, las agujas y los timones.

A partir de entonces, Cortés, tomará las providencias para apoderarse del territorio y colonizar: tenía ya la Villa Rica de la Vera Cruz en la que dejará a Rangel para encargarse de ella y para que cuide las naves; mandará a Diego de Ordáz con doscientos hombres a ocupar la fortaleza de Coatzacoalco; enviará dos naves a Jamaica por caballos, becerros, puercos y ovejas; y a Velázquez de León lo mandará con dos naves a reconocer la costa del Panuco y a disputar su conquista a Garay. Estando disponiendo, le llega a Cortés un mensaje de Moteczuma quejándose por los desmanes de Pedro de Alvarado; éste a su vez le pide socorro, pues los mexica han quemado los bergantines, quitado los víveres a los españoles y alzados en guerra atacan el cuartel.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.