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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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Mueren asesinados Rubén Jaramillo Méndez y su familia

23 de Mayo de 1962

(Biografía)

Rubén Jaramillo, su esposa Epifanía Zúñiga García y sus hijos Enrique, Ricardo y Filemón, fueron secuestrados por soldados vestidos de civiles al mando del capitán José Martínez y trasladados en vehículos militares a las inmediaciones de las ruinas de Xochicalco, en donde horas después fueron ultimados con armas reglamentarias del Ejército Mexicano.

Se especula acerca de tres posibles motivaciones de la matanza: Se dice que intentaba pedir créditos al programa norteamericano “Alianza para el Progreso” para promover el desarrollo de un nuevo poblado en Michapa y “El Guarín”; que aprovecharía la visita a México del presidente Kennedy de un mes después y su recorrido hacia Acapulco en un itinerario similar al de su luna de miel para hacerle el planteamiento personalmente; y que el gobierno de López Mateos sabedor de que miles de campesinos apoyaban esta solicitud y temeroso de los incidentes que pudiera desencadenar este encuentro y quizás hasta un secuestro, decidió eliminarlo.

Otra versión señala que habiendo ingresado al Partido Comunista en 1961, e intentado visitar Cuba, en el mes de marzo anterior, había establecido vínculos con los revolucionarios cubanos, tal vez con Blas Roca, que recorría Latinoamérica para alentar procesos revolucionarios; asimismo, había conseguido dinero, supuestamente de los cubanos, para la compra de armas en el mercado negro. Estas acciones pusieron nervioso al gobierno, que si bien había apoyado la condena al comunismo, a la vez se había opuesto a la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA), por lo que procedió a liquidarlo.

Una tercera hipótesis, es que fraccionadores, políticos y financieros que despojaban tierras ejidales y comunales en complicidad con notarios que las legalizaban, lo asesinaron, como ya lo habían hecho con comuneros y ejidatarios que se les oponían. En años de industrialización y urbanización de Morelos, los despojos fueron frecuentes: en terrenos comunales de Tejalpa se levantó el parque industrial CIVAC; en tierras de Acapantzingo se construyó el fraccionamiento Tabachines y varios pueblos con algún atractivo fueron despojados. Un caso sonado fue el de Agustín Legorreta (padre), dueño del Banco Nacional de México, que en sociedad con Raúl Iragorri (padre) y Donald Stoner, se apropió de las tierras ejidales y comunales del pueblo de Ahuatepec, con la complicidad del delegado del Departamento Agrario, el secretario particular del gobernador López Avelar y el Comisariado de Bienes Comunales del pueblo. Enedino Montiel Barona, sobrino del general zapatista Antonio Barona, que había participado en los movimientos organizados por Jaramillo, se opuso, logró recuperar un fraccionamiento ya urbanizado y repartió entre los pobres lo que hoy es la colonia Antonio Barona. En respuesta, Enedino y su esposa fueron asesinados y aunque los fraccionadores perdieron los lotes repartidos, pudieron construir un complejo agrícola, la fábrica Cartuchos Deportivos, una residencia y los fraccionamientos Jardines de Ahuatepec y Los Limoneros.

“A lo largo de 47 años de lucha, Jaramillo combinó y alternó la lucha legal y la gestoría, la movilización de los campesinos y trabajadores, la lucha electoral y la autodefensa armada para protegerse de la represión oficial y de los caciques locales, sin que ello significara necesariamente una ruptura con el Estado, ni una declaración de guerra al gobierno”. Con su asesinato se cierra una etapa de la lucha campesina. Su tumba está en Tlaquiltenango.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.