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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 
 

 


 


Santa Anna, preso, firma un tratado con Texas en el puerto de Velasco

14 de Mayo de 1836

Prisionero de los texanos, Antonio López de Santa Anna se obliga a no tomar las armas ni influir en que se tomen contra el Pueblo de Tejas durante la actual contienda de Independencia, a cesar inmediatamente las hostilidades por mar y tierra entre las tropas Mejicanas y Tejanas; a evacuar el territorio de Tejas, pasando al otro lado del Río Grande del Norte; a no usar de las propiedades de ninguna persona sin su consentimiento y justa indemnización; a devolver bienes y personas (incluyendo esclavos) aprehendidas al Comandante de las fuerzas Tejana; a mantenerse separado de las tropas una distancia de cinco leguas por lo menos; a no demorar la retirada del ejército mexicano; y a aceptar ser enviado a Veracruz tan luego como se crea conveniente

Se añade al tratado un convenio secreto por el cual Santa Anna se compromete a no volver a tomar las armas ni influir en que se tomen contra Texas; a dictar sus providencias para que en el termino más preciso salga del territorio de Texas la tropa mexicana y para que sea admitida la comisión que se mande por el gobierno de Texas, a fin de que por negociación sea reconocida la independencia texana; y a celebrar un tratado de comercio, amistad y límites entre México y Texas, no debiendo extenderse el territorio de este último más allá del Río Bravo del Norte. Los texanos dispondrán su embarque a Veracruz sin perdida de más tiempo

Tratado y convenio se firman hoy con David G. Burnet, presidente de los texanos, en Velasco, un poblado al sur del condado de Brazoria, en donde Esteban Austin había desembarcado entre 1821 y 1835 más de 25,000 colonos y que era la capital provisional de la llamada República de Texas.

Ante las órdenes de retirada emitidas por Santa Anna preso, el general José de Urrea se resistirá a abandonar el campo y preguntará al general Filisola, que no duda en cumplirlas: ¿Deberán acaso ser acatadas con la misma ceguedad hoy que desgraciadamente y con oprobio nuestro, se halla prisionero con los enemigos?"¿Que se dirá de nosotros cuando se sepa que el ejército mexicano en Texas ha dado al enemigo el ejemplo de pusilanimidad, pues reunido en más de cuatro mil hombres, con una artillería respetable y cubiertas sus conquistas, no emprendió el menor movimientos para atraer la fortuna a su lado... y volver a sus armas el lustre que hasta la aciaga jornada del 21 de abril habían tenido, sino que, al contrario, abandono sus posiciones y dio principio a una retirada que, hablando con la franqueza de un soldado, no puede llamar de otro modo que vergonzosa fuga?..

Culmina así un conflicto gestado durante la colonia de Nueva España, pues entre 1819 y 1821 el gobierno español autorizó al angloamericano Moisés Austin a colonizar el territorio de Texas. En 1823 la República Mexicana otorgó una concesión a Esteban Austin, hijo de Moisés, para llevar nuevos colonizadores. Una década después, había casi veinticinco mil habitantes en Texas, de los cuales nada más tres mil cuatrocientos eran mexicanos y los restantes, estadounidenses. En 1826, una revuelta de colonos anglosajones provocó un decreto el 6 de abril de 1830, que prohibía la importación de esclavos y establecía nuevos impuestos a los texanos. En 1831, los colonos norteamericanos demandaron al gobierno Federal la separación de Texas de Coahuila. Esteban Austin estuvo preso en México sospechoso de promover la separación y en noviembre de 1835, dirigidos por Samuel Houston los texanos declararon su independencia con el pretexto de que se había roto el pacto federal por imponerse el centralismo. El 2 de octubre de ese mismo año, los texanos derrotaron a los mexicanos cerca de un poblado llamado González y tomaron San Antonio. En marzo de 1836 nombraron presidente de Texas al colono angloamericano David Bumet y como vicepresidente al mexicano Lorenzo de Zavala, quien había sido desterrado por Bustamante, y proclamaron una Constitución que legalizaba la esclavitud y permitía la importación de esclavos sólo de los EUA, que establecía que ningún esclavo y sus descendientes podrían ser "libertos" por parte de sus "amos" sin previa autorización del Congreso Texano y que negaba el derecho al voto a los afroamericanos y sus descendientes, así como a los pueblos indios.

En respuesta, el gobierno mexicano mandó un ejército encabezado por López de Santa Anna para someter a los separatistas. Después de derrotar a los separatistas en El Álamo y San Antonio, el 21 de abril pasado, Santa Anna fue sorprendido y derrotado tras dieciocho minutos de combate por 800 texanos al mando de Sam Houston, pero la matanza de los sobrevivientes ya derrotados duró una hora. Después de haber perdido a 630 hombres de los 1,200 de que disponía, Santa Anna escapó y se disfrazó de civil. Al día siguiente fue reconocido y apresado. El 7 de mayo fue embarcado en un buque de vapor para la isla de Galveston. Después fue conducido a Velasco, en donde se firma hoy el tratado.

Santa Anna solicitará la intervención del presidente de los Estados Unidos para ser puesto en libertad a cambio de que se cumplan fielmente los convenios firmados, por lo que será enviado a Washington en ferrocarril, donde el Presidente Andrew Jackson tratará, sin éxito, de fijar los límites de Texas en el río Nueces o en el río Bravo; finalmente Jackson pondrá un barco a disposición de Santa Anna y lo enviará a Veracruz en febrero de 1837.

Aunque México no aprobará estos tratados, tampoco hará algo para recuperar el territorio perdido y Texas adquirirá su independencia de facto. Por su parte, el gobierno norteamericano que formalmente se negó a reconocer un estado de beligerancia y prohibió las expediciones armadas y la exportación de materiales de guerra, pero en los hechos apoyó militar y económicamente a los separatistas de Texas y hasta envió al general Edmund Gaines con una tropa de "voluntarios” dizque para proteger la frontera de los indios, se apresurará a reconocer la independencia de Texas en 1837 y menos de una década más tarde, Texas formará ya parte de su territorio. La política norteamericana expansionista de "tomar territorio por la fuerza, y después negociar su cesión" ha triunfado una vez más.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.