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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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Se constituirá el Consejo Coordinador Empresarial, presentará un plan para influir en la política del siguiente sexenio

 7 de Mayo de 1975

El anuncio se hace ante la prensa de la ciudad de México. El CCE surge en el contexto de los acontecimientos políticos y sociales que han tenido lugar durante el régimen del presidente Luís Echeverría, como agitación popular y asaltos, secuestros  y asesinatos de empresarios por grupos guerrilleros, y constituye una respuesta a los planteamientos reformistas que se han formulado durante su periodo de gobierno: apertura política, distribución del ingreso, aumento del gasto público, acercamiento a los gobiernos de Fidel Castro y de Salvador Allende, asilo político a exiliados de izquierda, así como la percepción de que la política echeverrista es más radical que en lo que en realidad ha sido.

La reacción empresarial se inició en diciembre de 1972, con motivo de la nueva Ley para regular con mayor rigor las inversiones extranjeras. El embajador norteamericano Robert Mc Bride, impulsó a través de la Cámara Americana de Comercio CAMCO, la idea de una acción coordinada de los empresarios contra la “hostilidad” al capital extranjero y a la empresa privada. Durante el año siguiente, Frank V. Loretta, expresidente de CAMCO y directivo de Dupont, junto con empresarios de Monterrey, como Marcelo Garza Sada y Ricardo Margain Zozaya, promovieron la organización del empresariado nacional. Garza y Margain recorrieron el país para concientizar a los hombres de negocios de su condición de ciudadanos “disminuidos”, despolitizados e ineptos para defenderse de la creciente amenaza a las empresas. Les hicieron ver que los empresarios estaban ausentes de los medios informativos, de las universidades y de la política en general, y que una actuación individual y aislada sería ineficaz. Fue así como acordaron agruparse para “vender” una imagen adecuada del sector privado a la sociedad y particularmente en materia política.

Esta nueva organización, que se crea sin la promoción y tutela del Estado, presentará todo un plan de gobierno con miras a influir decisivamente en la política del próximo sexenio. Se trata de “agrupar, representar y defender los intereses del sector privado mexicano para defender la libertad de emprender”. En su Declaración de Principios adoptan esencialmente la Doctrina social de la Iglesia anterior al Concilio Vaticano II. Por eso, Efraín González Morfín, presidente del Partido Acción Nacional, criticará su contenido, pues según él, ignora las nuevas tesis de la Iglesia.

El CCE estará integrado por las principales organizaciones empresariales del país: CONCANACO, CONCAMIN, COPARMEX, Asociación de Banqueros, Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros y el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios. La CANACINTRA no sólo no formará parte, sino que sus dirigentes manifiestan públicamente su rechazo por los puntos de vista del CCE. Sin embargo, esta opinión no será unánime en el seno de la CANACINTRA y muchas delegaciones regionales públicamente apoyan al CCE.

El Consejo Coordinador Empresarial CCE será formalmente constituido el 5 de Agosto de 1976, su primer propósito será “el de coordinar las actividades y las actitudes de todos los organismos empresariales, que pueden no coincidir, ya que fueron creados para representar intereses sectoriales diferentes”. Asimismo, será un foro para el intercambio de información y unificación de criterios; un vocero común del sector empresarial para “poder hablar con el gobierno, con una sola voz”; un medio de concertar esfuerzos en los asuntos de interés común; y “un puente continuo tendido entre el sector privado y el gobierno, para mantener siempre abiertas y fluidas las comunicaciones entre uno y otro”. Las aportaciones que hagan las empresas serán deducibles para efectos del pago del Impuesto Sobre la Renta.

Habrá unanimidad respecto a mejorar la imagen de las empresas por todos los medios disponibles, no así respecto a la participación política de los empresarios, pues la mayoría hasta entonces, estaba de acuerdo en que no buscaban el poder, sino sólo estaban contra la participación del Estado en actividades empresariales. Sin embargo, los empresarios más radicales, minoritarios pero poderosos, comenzarán a infiltrar al PAN y crearán, sobre todo a partir de 1982, la corriente llamada “neopanista”.

Del programa del CCE, enfrentado plenamente con el del gobierno echeverrista, destacan los siguientes puntos: su doctrina se pretende humanista, ya que hace de la persona humana el principio y fin de las instituciones; el derecho de propiedad privada constituye un derecho natural, por lo que el Estado sólo puede regular su uso, pero jamás abolirlo; la empresa privada constituye la célula básica de la economía, que requiere, entre otras cosas, de “respeto, garantías y condiciones que favorezcan una alta productividad y un interés razonables por la inversión. Al Estado le corresponde crear y mantener la infraestructura económica y garantizar el orden contra quienes pretendan alterarlo. El sistema de economía mixta es aquel en que, reconociéndose el papel preponderante de la iniciativa privada, se permite la acción supletoria del Estado cuando lo requiera el bien común.”

En torno a las relaciones obrero patronales, la empresa debe dar, en la mejor forma posible, trato humano al trabajador, salarios y prestaciones justas, así como oportunidades de mejoramiento. En torno a la industria, se pregona la necesidad de continuar el proceso de sustitución de importaciones en el sector de bienes de capital. El Estado debe estudiar la conveniencia de vender aquellas empresas gubernamentales que operan en el campo de la iniciativa privada y debe estimular la industrialización regional mediante la creación de estímulos fiscales y crediticios.

En cuanto a los medios de comunicación social "consideran que es 'imprescindible que se preserve la propiedad privada"; los sistemas de control de precios: 'son causa del estancamiento de la actividad económica'; la pequeña propiedad: 'columna vertebral de la economía agrícola'; en materia educativa 'es conveniente que el Estado propicie un clima de libertad que facilite la participación del sector privado'; se quejaban de que, a diferencia de los campesinos, obreros y clases medias ellos, los empresarios, no tenían representación en el Congreso; por lo que hace a la empresa pública plantean que 'el gobierno venda las empresas de su propiedad' son todos estos, entre otros, temas que fueron planteados en su Declaración de Principios". (Tello e Ibarra. La revolución de los ricos).

Este es un programa de enfrentamiento con el gobierno, un enfrentamiento periódico que culminará con el de la nacionalización de la banca en 1982.

El presidente fundador del nuevo Consejo será el licenciado Juan Sánchez Navarro y entre sus futuros presidentes se encontrarán varios futuros políticos como Manuel J. Clouthier, candidato presidencial del PAN en 1988 y Eduardo Bours Cástelum, gobernador de Sonora por el PRI.

De indudable importancia, el CCE marcó un hito en las organizaciones de la iniciativa privada. Además de significar un deslinde del gobierno, vale la pena rescatar lo que para Juan M. Martínez Nava es esta organización: “En el CCE culminó y se expresó la unificación patronal y así este sector dio un nuevo paso, desde el punto de vista político y de organización, al margen del tradicional esquema de control establecido por el Estado. Pero aun antes de su creación, era evidente que los dirigentes de las organizaciones empresariales existentes coordinaban bastante bien sus respuestas al gobierno de Echeverría. Después de su formalización ya no sólo se ocultó ese fenómeno, sino se hizo ostentación de él.”

Ya entrado el siglo XXI, la misión del CCE será “coordinar, unificar y representar al sector empresarial, preservando y fortaleciendo la libre empresa, así como los principios y valores que conduzcan a los mexicanos a un ámbito de igualdad de oportunidades, estado de derecho y democracia plena para el logro del bien común”.

En la actualidad el CCE agrupa a: CONCANACO-DF; CONCANACO; ANTAR (tiendas departamentales); CONCAMIN; CANACINTRA; ABM (bancos); ANIS (seguros); AMIB (casa de bolsa); Consejo Nacional Agropecuario; COMCE (empresas dedicadas al comercio con el exterior); COPARMEX y Consejo Mexicano de Hombres de Negocios.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.