Mayo 7 de 1911
Carl Rhys Pryce y J. L. Hopkins marchan de Mexicali, B. C. N., a Tijuana, para expropiar tierras, industrias y demás medios de trabajo, para entregarlos al pueblo. La acción se enmarca dentro de la expedición floresmagonista a Baja California.
En el norte de Baja California, los liberales pronunciados se sostenían contra el gobierno federal. Desde Los Ángeles, California, organizaron una expedición a Baja California, entonces estaba poco poblada: Mexicali tenía 300 vecinos y Tijuana, unos 700. El 29 de enero bajo las órdenes de José María Leyva y Simón Berthold Chacón habían tomado Mexicali. El 15 de febrero derrotaron a una fuerza del Ejército Federal comandada por Celso Vega. Al mes siguiente, Antonio I. Villarreal, se separó de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, porque consideró intransigente la negativa de Ricardo Flores Magón a unirse a Madero. Villarreal, se fue a Chihuahua donde colaboró con los antirreeleccionistas. Mientras que los magonistas seguían en lucha pues consideraban que Madero no mejoraría ni a obreros ni a campesinos.
Pese a que los Estados Unidos conforme a su Ley de Neutralidad impedían el paso hacía México a quienes pretendían incorporarse a la revolución, buen número de residentes en San Diego pudo pasar la frontera. Los grupos armados que combatieron en Baja California por la causa magonista, bajo la dirección política de los liberales de Los Ángeles, eran extranjeros, la mayoría: norteamericanos o europeos que se solidarizaron con los liberales; algunos con convicciones como Jack Mosby; otros, resultaron ser simples aventureros como Carl Rhys Price, que desapareció con los fondos recaudados. Estos militantes eran reclutados entre organizaciones sindicales como la Industrial Workers of the World —la IWW, de carácter anarquista—. La IWW era una fuerza de choque del movimiento obrero y de los socialistas de Estados Unidos “movimiento extendido entonces en ese país y con gran influencia en el sur de California; asimismo, se unieron a los mexicanos algunos soldados de fortuna. Entre los de la Industrial Workers of the World había también ex militares. Con esta experiencia castrense estos grupos tuvieron un buen nivel de combatividad”.
Después de varios encuentros con fuerzas federales y locales, toman algunas poblaciones y siendo desalojados de ellas alternativamente. “Los federales enviados a combatirlos actuaron torpemente, dando prioridad a proteger las obras hidráulicas en el río Colorado, en vez de procurar la derrota armada de los rebeldes”.
El 9 de mayo los revolucionarios al mando de Sam Wood y Sam Pryce tomarán Tijuana, después de un día de combate; controlarán Tecate, Los Algodones y Tijuana, pero no podrán tomar Ensenada..
Después de esta fecha, habrá diferencias entre los dirigentes nacionales y extranjeros, lo que provocará desaliento en los liberales; quienes posteriormente, a la caída de Díaz, se negarán a aceptar a León de la Barra como presidente interino, quien enviará más tropas y los dispersará.
En junio, Madero enviará delegados para persuadirlos de que dejen las armas, Ricardo Flores Magón se negará; entonces, tropas federales incorporadas por decreto al ejército revolucionario maderista llegarán a Ensenada. Como consecuencia, los liberales perseguidos, replegándose, llegarán a Estados Unidos, en donde serán detenidos por autoridades norteamericanas.
Con motivo de estas acciones, Ricardo Flores Magón será acusado de filibusterismo y de traicionar a México al pretender separar California para anexarla a los Estados Unidos. El 20 de mayo de ese mismo año, Flores Magón responderá a estos infundios en su periódico Regeneración:
"¡Mentira que ondee la bandera americana en los edificios de Tijuana¡ ¡Mentira que la intención del Partido Liberal Mexicano sea entregar esa tierra a los Estados Unidos!
Esas viles falsedades han sido echadas a volar desde el principio de nuestra campaña, para que los patrioteros se exalten y aplasten a nuestros hermanos.
Los Cónsules mexicanos, los agitadorcillos maderistas y porfiristas pagados por los Cónsules, y toda una caterva de burgueses que han echado a volar a México temerosos de caer bajo el poder de sus peones ahora en rebelión, están procurando por cuantos medios puedan soliviantar a las masas inconscientes contra los liberales, hablándoles de ‘patria'; de ‘honor nacional’ y de otras muchas cosas que saben que producen buen efecto entre personas sencillas que han sido educadas para soportar el yugo del capital, de la autoridad y de la iglesia.
No nos conformáis con tan poco. Estamos sosteniendo la guerra en la Baja California tanto como en muchos Estados de la República, lo estamos haciendo y hecha la Revolución Social en México, se hará en todo el mundo.
La tierra que estamos conquistando es para que la gocen todos por igual, en común. No la vamos a vender. .Id a poblarla y armaos de un buen fusil, pues el trabajador debe estar siempre armado para evitar que le arrebaten el bien común: la tierra. No hay que rendir nunca las armas. Cada hombre debe tener siempre la suya, para que no permita a ninguna clase de amos.
Id a la Baja California desheredados, pero no a luchar contra nuestros hermanos, sino a tomar posesión de la tierra para que la trabajéis en común.
En Tijuana ondean cinco banderas rojas y ninguna bandera americana”.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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