3 de Mayo de 1811
Durante la noche de este día rompe el asedio realista para dirigirse a Chilpancingo. Desde hacía meses, los insurgentes levantados en la Costa Chica (desde Acapulco hasta los límites con Oaxaca) habían tenido sus fuerzas divididas entre los campamentos de la Sábana, el Aguacatillo, el Veladero y las Cruces. El Generalísimo José María Morelos se había atrincherado en el Veladero. La división realista al mando del teniente coronel Juan Antonio Fuentes, estuvo atacando los campamentos tratando de cortar la comunicación entre ellos y luego de tres meses de asedio, había logrado interceptar los puntos de donde recibían víveres y auxilios. Por lo que Morelos resolvió a abandonar el asedio de Acapulco y marchar al frente de trescientos hombres hacia Chilpancingo.
Perseguido por los realistas, llegará a la hacienda de la Brea y ordenará a Hermenegildo Galeana que vaya a Chichihualco, finca perteneciente a la familia Bravo de Chilpancingo, en demanda de víveres para su tropa, que sigue sitiada en los otros campamentos. Esta orden de Morelos a Galeana dará lugar a dos hechos relevantes para la causa insurgente:
Los hermanos Bravo, Leonardo y su hijo Nicolás, Miguel, Víctor y Máximo están bajo sospecha porque se resisten a incorporarse a las filas realistas, se han retirado a su hacienda y permanecen ocultos desde hace siete meses en la cueva de Michapa, situada en una barranca de difícil acceso. Al llegar Galeana, les pide los recursos que necesita Morelos para continuar su marcha; los Bravo le dan gran cantidad de víveres y se alistan en las filas de Morelos. Este hecho será trascendente porque los Bravo, especialmente Nicolás, desempeñarán un importante papel durante las próximas cuatro décadas de la Historia de México.
En el momento de recibir los insurgentes las provisiones, ataca Chichihualco el comandante español Lorenzo Garrote, quien al frente de una fuerza respetable, intenta apoderarse de los Bravo. Los soldados de Galeana se bañan descuidados en el río inmediato a la hacienda; algunos de entre ellos limpian sus armas y otros se han entregado al sueño tras la fatigosa marcha que acaban de realizar. De repente se oyen gritos de muerte y nutridas descargas de fusilería: los que se bañan salen rápidamente del río, y sin tiempo para tomar sus vestidos empuñan las armas y combaten desnudos; Galeana y Leonardo Bravo avanzan al frente de los suyos peleando con heroico valor; el hijo de este último, Nicolás, acomete por la derecha a los realistas, en tanto que por la izquierda los estrechaba Víctor Bravo seguido de la gente de su hacienda. El comandante español resiste durante algún tiempo las impetuosas embestidas de los insurgentes, pero desbaratada al fin su división, huye precipitadamente dejando en el campo gran número de muertos, cien prisioneros, trescientos fusiles y considerable cantidad de pertrechos y municiones.
Este hecho, la victoria alcanzada por Galeana en Chichihualco, es relevante porque allanará a Morelos la entrada a Chilpancingo, adonde llegará el 24 de mayo siguiente, después de armar a su gente con los fusiles tomados a los soldados de Garrote.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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