30 de Abril de 1920
Desde Chilpancingo, Guerrero, Álvaro Obregón señala en un manifiesto (Ver documento) que al lanzar su candidatura a la presidencia, confiaba en que Carranza “velaría porque en la lucha política las autoridades todas del país observaran la más estricta neutralidad para que el pueblo todo de la República pudiera de la manera más libre y espontánea, elegir a sus mandatarios”. Pero la realidad es que “trata de imponer al país un sucesor que concilie su pasado y sirva de instrumento a sus insondables ambiciones. Y que es por eso que “provocó un conflicto armado, para en él, encomendar a la violencia un éxito que no pudo alcanzar dentro de la ley, y a este conflicto, que fue provocado para el Estado de Sonora, han respondido las autoridades y los hijos de aquel Estado con una dignidad que ha merecido el aplauso de todos los buenos hijos de la Patria”.
Asimismo acusa a Carranza de “las calumnias contra el Candidato Independiente (el mismo Obregón), iniciando un proceso en el que aparece, el primero, como acusador; estableciendo, además, sobre el mismo Candidato la más estricta vigilancia por él encomendada a los mismos ejecutores del asalto de Tampico. En tales condiciones se hace imposible continuar la campaña política e indispensable empuñar de nuevo las armas, para reconquistar con las armas en la mano, lo que con las armas en la mano se trata de arrebatar”.
Dadas las hechos mencionados, Obregón se improvisa “nuevamente en soldado, y al frente del Gran Partido Liberal, que con distintas denominaciones, sostuvo mi candidatura en la lucha política, me pongo a las órdenes del ciudadano Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Sonora, para apoyar su decisión y cooperar con él, hasta que sean depuestos los Altos Poderes”.
Finalmente, Obregón aclara que “no es por el camino de la violencia por el que pretendo llegar al Poder, y declaro solemnemente que actuaré subordinado en lo absoluto al ciudadano Gobernador Constitucional de Sonora”.
En pocas palabras: Obregón se une de facto al plan de Agua Prieta proclamado el día 23 de abril pasado por De la Huerta, que es una respuesta militar a las pretensiones del Presidente Carranza de imponer al civil Ignacio Bonillas como su sucesor.
En tanto se daba el conflicto entre el gobernador de Sonora Adolfo de la Huerta y Carranza por la sucesión presidencial so pretexto de una violación a la soberanía de ese estado, Obregón, que se encontraba en campaña electoral, había sido llamado a declarar al juicio por sedición contra el Gral. Roberto Cejudo, y al rehusarse, había sido acusado por sus ligas con él, de conspiración y rebeldía, por lo que se habían girado órdenes de aprehensión en su contra. Obregón había escapado el 14 de abril, disfrazado de ferrocarrilero y protegido por ese gremio. Había salido de la ciudad de México y se había dirigió al estado de Guerrero. Es por eso que desde Chilpancingo hace público este manifiesto.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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