Marzo 10 de 1911
En protesta por los constantes despojos de tierras que hacen los caciques porfiristas a los campesinos, Emiliano Zapata se subleva en el Estado de Morelos.
A finales de 1910 en Morelos había crisis por los problemas ancestrales provocados por la estructura agraria; víctima de incontables injusticias, el pueblo esperaba un líder: Emiliano Zapata. Nacido en Anenecuilco y desde joven dedicado a las labores del campo, pronto se percató de la manera en que los hacendados coludidos con funcionarios despojaban de la tierra a los campesinos. Cuando ese despojo lo intentaron hacer a Villa de Ayala y a Anenecuilco, Zapata fue a la ciudad de México para tratar de evitar que se consumara el hecho. Cuando se convenció de lo vano de sus esfuerzos, regresó a tratar de defender por las armas lo que no pudo hacer con el derecho.
En consecuencia, por medio de la “leva” –medida tomada con los inconformes-, entró al 9º Regimiento de Caballería. Ignacio de la Torre y Mier, hacendado y antiguo patrón de Zapata, influyó para que solamente estuviera seis meses en filas. Pero había sido señalado como rebelde y tuvo que ir a Puebla a trabajar. Cuando inició la revolución maderista y en Morelos fue conocido el Plan de San Luis, el artículo tercero impactó e inquietó a los campesinos morelenses y los decidió a tomar las armas para defender sus derechos. Gabriel Tetepa, Pablo Torres Burgos y Zapata los organizaron y con tan sólo unas cuantas rústicas espetas, iniciaron combates que fueron suspendidos durante la firma de los Tratados de Ciudad Juárez. “Abusando de la Ley de Terrenos Baldíos, numerosos pequeños propietarios en su mayoría indígenas, han sido despojados de sus terrenos por acuerdo de la Secretaría de fomento, o por fallos de los tribunales de la República. Siendo de toda justicia restituir a sus antiguos poseedores los terrenos de que se les despojó de un modo tan arbitrario, se declararán sujetas a revisión tales disposiciones y fallos y se les exigirá a quienes las adquirieron de un modo tan inmoral o a sus herederos, que los restituyan a sus antiguos propietarios, a quienes pagarán también una indemnización por los perjuicios sufridos.” (Art. 3º del Plan de San Luis)
Después, al asumir la presidencia Madero, los jefes revolucionarios, entre ellos Zapata, esperaban que el Plan de San Luis fuera cumplido, al no ser así, Zapata, proclamó el Plan de Ayala bajo el lema: “Tierra y Libertad”.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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