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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 
 

 


 


Durante el Sitio de Cuautla, Narciso Mendoza, el "Niño Artillero", hace retroceder a los realistas.

Marzo 5 de 1812

Narciso Mendoza nacido en Cuautla, Morelos, en 1800, pertenece a la tropa infantil “Compañía de Emulantes” que Morelos organizó en ese lugar y dejó al mando de su hijo Juan Nepomuceno Almonte.

Cuando las tropas realistas al mando de Calleja atacan la plaza de San Diego, defendida por Hermenegildo Galeana, éste tiene que replegarse y alguien grita que ha sido derrotado. Hay desconcierto en las fuerzas insurgentes, lo que Calleja trata de aprovechar para tomar la plaza. En medio del desorden, Mendoza ve un cañón cargado, con la boca dirigida hacia la calle por donde avanzan los realistas y junto a él, una tea encendida. La toma y prende la mecha del cañón. El estruendo de la explosión y la metralla que cayó sobre los realistas los hace retroceder.

Este hecho permitirá a Galeana reorganizar sus tropas y esperar la ayuda de las tropas de Morelos, Matamoros y Leonardo Bravo. Después de la batalla, Morelos le dará a Narciso el grado de alférez y se convertirá en su protector. El sitio de Cuautla será roto el 2 de mayo de 1812.

Carlos María de Bustamante (Cuadro Histórico de la Revolución Mexicana) recogió así el hecho: “Esta voz falsa de alarma produjo también funestos efectos en otros puntos, pues afectados de pavor sus defensores abandonaron la artillería, y la plazuela de San Diego casi quedó escueta; sólo se vio en ella a un muchacho de doce años llamado Narciso: vínose sobre éste un dragón que le tiró un sablazo y le hirió un brazo; no tuvo este niño más efugio que afianzarse con una mano de un palo de la misma batería y con la otra tomar la mecha que estaba clavada en el suelo, dio casi maquinalmente fuego al cañón, que disparado en el momento más oportuno mató al dragón que le acababa de herir y contuvo al enemigo que avanzaba rápidamente. Con tan fausto e inesperado suceso, volvió a su puesto Galeana, y quedó restablecido el orden. Después de la acción, Morelos hizo que le llevasen a aquel jovencito, a quien asignó una pensión de cuatro reales diarios, que percibió hasta que se evacuó la plaza. "

Después de la independencia, Mendoza llegará a ser teniente coronel del ejército mexicano.

En la Avenida Morelos de la ciudad de Cuernavaca hay un monumento en una pequeña glorieta que recuerda el acto heroico del "Niño Artillero".

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.