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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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Florencio Villarreal proclama el Plan de Ayutla; desconoce al presidente Santa Anna y a sus funcionarios.

Marzo 1 de 1854

Esta proclama contra el gobierno de Antonio López de Santa Anna tiene lugar en Ayutla, hoy estado de Guerrero, con el apoyo de Juan Álvarez e Ignacio Comonfort. El Plan declara que cesa en el ejercicio de sus funciones el presidente Santa Anna y los funcionarios que hubiesen desmerecido la confianza de los pueblos; que se convocará a representantes de los estados para elegir presidente interino, quien a quince días de haber asumido el puesto, convocará a un Congreso extraordinario para elaborar una nueva Constitución basada en principios republicanos e instaurar un gobierno democrático, popular, representativo y federal. Se trata de rechazar las tendencias monárquicas de Santa Anna, sus impuestos excesivos, gastos superfluos y corrupción generalizada, de detener las pérdidas territoriales a favor de Estados Unidos y de enfrentar el poder del clero. En suma, de que la existencia política y el porvenir de la Nación no dependa más de la “voluntad caprichosa de un sólo hombre”.

Culmina así el conflicto cuyos antecedentes son los siguientes:

Santa Anna decide prorrogar su mandato indefinidamente y ejerce el poder de manera discrecional: amnistía a los delincuentes políticos, se burla de los crédulos; persigue y extorsiona a mucha gente; y mientras que en banquetes y fiestas es adulado, la sociedad sólo puede manifestar su descontento en los rincones de sus casas llorando al esposo perseguido, al padre desterrado o el pan que no se compró por haber pagado los excesivos impuestos y contribuciones.

En el departamento de Guerrero, el general Juan Álvarez Benítez logra mantenerse alejado de la política santannista; allí, los liberales ven con pena la situación de la República y la agitación entre la población se expande sorda y crecientemente pues los “desafectos” temen que el departamento sea dominado por los agentes de Santa Anna y los pocos partidarios del dictador temen a Santa Anna; todo esto, mientras los indígenas, los llamados “pintos” de la costa guerrerense también están muy inquietos.

Santa Anna nombra a José María Zambonino como comandante de Acapulco y es mal recibido; él mismo sabe que su nombramiento es comedia pues Álvarez domina la zona. Santa Anna sospecha lo que ocurre y envía un cuerpo de tropas de su confianza a reforzarlo. Álvarez que está en Oaxaca y Tomás Moreno, gobernador de Guerrero, contestan a Santa Anna que es innecesario el envío de tropas; algunas de ellas llevan el encargo de apresar a Villarreal. Las tropas avanzan. Álvarez acepta el reto y a mediados de febrero, apresa a los agentes y partidarios de Santa Anna: a Zambonino, Sebastián Holzinguer y al comerciante Manuel Barrera.

El 24 de febrero, Álvarez dirige a sus soldados la “Proclama de la Providencia” en la que les hace ver que el verdadero objetivo de Santa Anna es imponer en la región su tiranía. Entonces el gobernador Moreno renuncia y lo mismo hacen otros militares a las órdenes de Santa Anna.

Todo el sur acude al llamado de Álvarez, quien con escasas y mal armadas tropas, domina al ejército de 40 mil hombres de Santa Anna, organizados y con municiones, pero ineficaces. Su actitud y valentía le trae el respeto y la admiración de oficiales como Comonfort, quien por sus ideas liberales ha sido destituido de la aduana de Acapulco, acusado de mal manejo de fondos públicos, de modo que mientras espera respuesta a su petición de proceso para enfrentar el cargo, se entrevista con Álvarez el 27 de febrero, se entienden y acuerdan tener otra junta en la hacienda “La Providencia”. Reunidos allí, Álvarez, Comonfort, Trinidad Gómez, Diego Álvarez, Eligio Romero y Rafael Benavides redactan el Plan, que es remitido a Florencio Villarreal para su proclamación en este día.

El siguiente 11 de marzo del mismo año, reunidos los jefes, oficiales, individuos de tropa permanente, guardia nacional y matrícula armada, en la fortaleza de San Diego, en Acapulco, se reformará el Plan de Ayutla original quedando sus cláusulas como sigue:

1º Cesan en el ejercicio del poder público, el Excmo. señor general Antonio López de Santa Anna y los demás funcionarios que como él hayan desmerecido la confianza de los pueblos, o se opusieran al presente plan.

2º Cuando éste hubiera sido adoptado por la mayoría de la Nación, el general en jefe de las fuerzas que lo sostengan, convocará un representante por cada Departamento y Territorio de los que hoy existen, y por el Distrito de la capital, para que reunidos en el lugar que estime oportuno, elijan Presidente interino de la República y le sirvan al Consejo durante el corto periodo de su cargo.

3º El Presidente Interino, sin otra restricción que la de respetar inviolablemente las garantías individuales, quedará desde luego investido de amplias facultades para reformar todos los ramos de la Administración Pública, para atender la seguridad e independencia de la Nación, y para promover cuanto conduzca a su prosperidad, engrandecimiento y progreso.

4º En los Departamentos y Territorios en que fuere secundado este plan político, el jefe principal de las fuerzas que lo proclamaren, asociado de cinco personas bien conceptuadas, que elegirá él mismo, acordará y promulgará al mes de haberlas reunido, el Estatuto provisional que debe regir a su respectivo Departamento o Territorio, sirviendo de base indispensable para cada Estatuto, que la Nación es y será una, sola, indivisible e independiente.

5º A los quince días de haber entrado a ejercer sus funciones el Presidente Interino, convocará a un Congreso extraordinario, conforme a las bases de la ley que fue expedida con igual objeto en diez de diciembre de 1841, el cual se ocupará exclusivamente de constituir a la Nación bajo la forma de República representativa popular, y de revisar los actos del actual Gobierno, así también como los del Ejecutivo Provisional de que habla el artículo 2º. Este Congreso Constituyente, deberá reunirse a los cuatro meses de expedida la convocatoria.

6º Debiendo ser el Ejército el defensor de la independencia y el apoyo del orden, el Gobierno Interino cuidará de conservarlo y atenderlo, cual demanda su noble instituto.

7º Siendo el comercio una de las fuentes de la riqueza pública, y uno de los más poderosos elementos para los adelantos de las naciones cultas, el Gobierno Provisional se ocupará desde luego de proporcionarle todas las libertades y franquicias que a su prosperidad son necesarias, a cuyo fin expedirá inmediatamente el arancel de aduanas marítimas y fronterizas que deberá observarse, rigiendo entre tanto el promulgado durante la Administración del señor Ceballos, y sin que el nuevo que haya de sustituirlo pueda bastarse bajo un sistema menos liberal.

8º Cesan desde luego los efectos de las leyes vigentes sobre sorteos, pasaportes, capitación, derecho de consumo y los de cuantas se hubieren expedido, que pugnan con el sistema republicano.

9º Serán tratados como enemigos de la independencia nacional, todos los que se opusieren a los principios que aquí quedan consignados, y se invitará a los Excmos. señores generales don Nicolás Bravo, don Juan Álvarez y don Tomás Moreno, a fin de que se sirvan adoptarlos, y se pongan al frente de las fuerzas libertadoras que los proclaman, hasta conseguir su completa realización.

10º Si la mayoría de la Nación juzgara conveniente que se hagan algunas modificaciones a este plan, los que suscriben protestan acatar en todo tiempo su voluntad soberana.

En los meses siguientes proliferarán pronunciamientos militares en contra de Santa Anna y en apoyo del plan, en Ciudad Victoria, Morelia, Oaxaca, Zamora, San Luis Potosí y Orizaba. Ante la rebelión general, Santa Anna abandonará la capital el 9 de agosto de 1855 con rumbo a su exilio en Colombia.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.