29 de Febrero de 1940
Al concluir el VII Congreso Nacional Extraordinario del PCM en el que Hernán Laborde y Valentín Campa son expulsados, la nueva directiva queda formada por Dionisio Encina, Miguel Ángel Velasco, Alberto Lumbreras, Dolores Sotelo y Andrés García Salgado.
El Partido Comunista Mexicano fundado el 24 de noviembre de 1919, celebró su primer Congreso Nacional Ordinario, del 25 al 31 de diciembre de 1921, en cuya asamblea ratificó sus principios de apoyar la colectivización de la tierra y organizar en sindicatos a los trabajadores agrícolas; confirmó su oposición a los movimientos militares y a participar en política electoral; y cambió su nombre al de Partido Comunista de México PCM, como sección mexicana de la Internacional Comunista.
Sin embargo, en 1923 apoyó la candidatura presidencial de Plutarco Elías Calles y a fines de ese mismo año, organizó batallones de obreros que se unieron a las tropas federales para combatir la rebelión delahuertista. Además, el PCM comenzó a presentar candidatos para las elecciones de 1926 y apoyó la candidatura de Álvaro Obregón para la reelección.
En abril de 1928, en la V Conferencia Nacional del PCM fueron expulsados los simpatizantes de León Trotsky, y Valentín Campa se integró al comité central. En julio de ese mismo año, Hernán Laborde, dirigente ferrocarrilero fue electo diputado federal.
A principios de 1929, cuando se levantó en armas Gonzalo Escobar, el PCM calificó su movimiento de “asonada de reaccionaria”, y llamó tanto a comunistas como a los obreros a formar grupos para enfrentarla y pedir a cambio una reforma agraria efectiva. Mientras los batallones comunistas actuaban contra la rebelión, circuló el rumor –emitido por el gobierno- de que los comunistas pretendían derrocar al presidente Emilio Portes Gil y esto originó que fueran reprimidos y fusilados varios de sus líderes y seguidores. Durante los siguientes meses, ya derrotada la rebelión “escobarista” fueron deportados reconocidos comunistas y policías y guardias blancas asesinaron a muchos de ellos; otros, fueron detenidos y torturados.
En 1930 en medio de un ambiente enrarecido, se negó el registro a los candidatos del PCM y sus dirigentes censuraron a quienes se acercaban al gobierno. Campa, fue secuestrado por la policía a principios de enero de 1931 y liberado dos meses después; Laborde sufrió un atentado el 23 de julio. Durante los dos años siguientes continuó la represión contra los comunistas.
A fines de 1933 fue creada la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) que dio nuevo impulso a la causa comunista, en la que figuraban artistas reconocidos como David Alfaro Sequeiros y José Chávez Morado.
En 1934, Hernán Laborde contendió en las elecciones como candidato a la presidencia de la república por el Bloque Obrero y Campesino, en contra de Lázaro Cárdenas del PNR.
Hacia 1936, el PCM apoyó las medidas revolucionarias del gobierno de Lázaro Cárdenas, pero en diciembre, el PCM protestó porque se le había concedido asilo político a León Trotsky y junto con la CTM iniciaron en su contra una campaña que culminó con su asesinato.
El 21 de enero de 1937, el PCM ratificó su apoyo a la política seguida por Cárdenas y en febrero siguiente, suscribió con el PNR, la CTM y la CCM, el Pacto del Frente Racional Popular; pero a los pocos días, el PNR se negó a apoyar la candidatura de Laborde para diputado. En diciembre del mismo año, el comité central decidió que los comunistas se afiliaran individualmente al PNR.
En marzo de 1938 el PCM apoyó la nacionalización petrolera y en octubre, propuso que en Ferrocarriles Nacionales fuera sustituida la administración obrera, por la administración del Estado bajo control obrero.
En diciembre de 1939, se reunió el comité central con representantes de la Internacional Comunista y fue integrada una "comisión depuradora" de la cual formaban parte Laborde y Campa.
Es así como en este VII Congreso Extraordinario del PCM, que termina el día de hoy, los dirigentes del PCM condenaron el asesinato de Trotsky, pero acordaron apoyar al candidato del PRM a la Presidencia de la República, Manuel Ávila Camacho y expulsar a los dirigentes Laborde y Campa. Pero lo más importante para la vida del partido en las siguientes dos décadas, fue que Dionisio Encina asumió la dirección del PCM.
En marzo, el partido readoptará el nombre de Partido Comunista de México. En los meses que seguirán, será severamente criticada la anterior dirección del partido; se le acusará de haber asumido una posición oportunista frente a Cárdenas y de no haber sabido aplicar la política del Frente Popular.
Dionisio Encina será secretario general durante los siguientes veinte años; desconfiará de todo miembro que muestre capacidades de liderazgo, removerá y purgará a muchos de ellos; centralizará y burocratizará al partido; no permitirá la crítica ni la autocrítica; y al contrario de lo que había ocurrido antes, no alentará las prácticas democráticas, sino silenciará toda voz disidente. Encinas señalará a menudo que los procesos de depuración “son adecuaciones de la política y el cambio”; asimismo, pretenderá forjar el gran Partido Comunista de “temple stalinista.”
En suma, a partir de esta fecha, el Partido Comunista quedará dominado por un estalinismo sectario y autoritario, hasta que Arnoldo Martínez Verdugo, desde la dirección del partido en el Distrito Federal, inicie un proceso de renovación y pueda combatir la dirección de Encina y el lastre del socialismo real, para encabezar un proceso de ruptura con el dogmatismo y las llamadas metrópolis ideológicas.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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