Febrero 15 de 1913
Cólogan, ministro de España en México, se entrevista con el presidente Madero para solicitarle su renuncia en nombre del cuerpo diplomático acreditado en México, en el séptimo día de la llamada “Decena Trágica”. Madero rechaza su intromisión, responde que no reconoce a los diplomáticos el derecho de inmiscuirse en los asuntos internos de México.
Wilson, -refiere Taracena en La Verdadera Revolución Mexicana-, “Llamó a Madero un loco, […] que la caída de Madero es cuestión de horas y depende sólo de un acuerdo que se está negociando entre Huerta y Félix Díaz; que con Huerta se entiende por intermedio del ingeniero Enrique Cepeda y con Félix Díaz por el de un doctor norteamericano; […] y el "lunatic" sólo cuenta con escasa fuerza del general Ángeles, por lo que ha llegado el momento de hacerle saber que sólo la renuncia podrá salvarlo.”
Es así que la visita de Cólogan al presidente Madero, obedece a que Wilson, embajador de Estados Unidos en México, seguía intrigando en contra del gobierno establecido, y reunido con los ministros de España, Inglaterra y Alemania, había señalado la necesidad de poner orden en México y de exigir la renuncia de Madero. En consecuencia, habían acordado enviar al ministro de España, un señor Cólogan, a pedirle la renuncia.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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