Febrero 12 de 1913
El embajador de Estados Unidos en México, Henry Lane Wilson, en compañía de los ministros de Alemania e Inglaterra, se entrevista en Palacio Nacional con el presidente Francisco I. Madero, para pedirle garantías para las propiedades de extranjeros en estos momentos de convulsión interna y su renuncia, en el cuarto día de la “Decena Trágica”.
Madero, que se siente protegido por su investidura al haber sido electo popularmente; asegura a los diplomáticos que tomará las medidas necesarias para su protección y que asume la responsabilidad por los daños ocasionados por las tropas sublevadas, pero rechaza rotunda y enérgicamente su intromisión en los asuntos internos de México; les expresa que confía en que las fuerzas leales controlarán la situación.
En sus Memorias, Huerta refiere: “Lo que más me ayudó fue el temor que abrigaban en mi país todos los gobernantes a una intervención armada de parte de Estados Unidos. [...] el señor embajador de Estados Unidos hizo, pues, sus gestiones encaminadas a hacer creer al Gobierno que los Estados Unidos intervendrían si no cesaba la lucha en la Capital. La especie se propaló en un momento de terror y todo el mundo la acogió no sólo como posible sino hasta como una medida salvadora. Ya es sabido que la Capital de la República es una ciudad propicia a ser conmovida por todos los embaucadores.”
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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