Febrero 8 de 1865
Durante el sitio de Oaxaca, Porfirio Díaz escribe al mariscal Francisco Aquiles Bazaine y solicita una conferencia personal para “dar término a esta situación molesta que agrava los males del país”.
Al día siguiente, Bazaine informa a Maximiliano de Habsburgo: “Oaxaca ha capitulado esta noche. Porfirio Díaz y la guarnición se rinden a discreción. Todo el armamento queda en nuestro poder.” Desde el 17 de diciembre del año pasado, dos columnas francesas habían llegado a Oaxaca y descendieron juntas a Etla, las componían Cazadores de África, Húsares de la guardia y suavos; en suma, 9000 hombres y mil traidores de caballería, comandados por Bazaine.
Sobre este hecho, Díaz refiere en sus memorias que “estaba en la disyuntiva entre el sitio y el abandono de la plaza, me ocurrió seguir haciendo todos los preparativos de sitio; pero no con el propósito de llevarlo a cabo, sino de librar una batalla campal al llegar el enemigo a la plaza.” Díaz cuenta que notó que en las conferencias con los militares, ellos opinaban optar por la defensa. Que su fuerza era de 2800 hombres, que una vez sitiados, a mediados de enero comenzaron las deserciones: “el día 8 de febrero de 1865 se nos habían agotado por completo las municiones de guerra y de boca y algunos días antes lo habían sido los víveres de las familias que quedaron dentro de la plaza sitiada, que, aunque eran pocas, se quejaban con escándalo y en constantes manifestaciones públicas hacían alarde de su situación insostenible, quebrantando así el ánimo de los soldados que ya estaba bastante decaído. [...] me pareció que no debía yo permitir que corriera más sangre en el último asalto; que terminaba aquella situación por ser enteramente infructuosa toda resistencia, decidiéndome a rendir la plaza”.
Díaz visita personalmente a Bazaine en su Cuartel General para manifestarle que podía tomar la plaza por asalto pues ya no tiene hombres ni armas, él lo interpreta como acto de sumisión al imperio, pero cuando Díaz le aclaró que no, discuten sobre si Díaz había firmado en Puebla el acta de compromiso de no volver a tomar las armas contra los franceses. No se encontró su nombre en la lista. La plaza fue entregada, Díaz pasó toda la noche en el Cuartel.
Estos hechos serán motivo de gran controversia desde que la carta enviada a Bazaine se publica. En 1922 Sánchez Azcona la hizo pública nuevamente para tratar de probar que Díaz tuvo acuerdos con Bazaine, fundamentado en documentos mostrados por el hijo de Bazaine y por relatos que había escuchado de antiguos subordinados de su padre en el sentido de que “éste no pudo aceptar las proposiciones del Gral. Díaz para el arreglo de la cuestión mexicana, pero que su conferencia tuvo al menos como consecuencia, la rendición de la plaza de Oaxaca, sin derramamiento de sangre”.
Díaz, en sus memorias, no refirió ese documento y hasta que Bazaine lo amenazó con darlo a conocer, haciéndole ver que si la hubiera publicado, Díaz no hubiera llegado a la presidencia, fue cuando la opinión pública se enteró de su existencia, mas no de su contenido. Tampoco Bazaine en su parte de guerra, mencionó la carta ni la forma en que se le presentó Díaz. Sin que se justifique un juicio definitivo adverso a Díaz, queda la duda de su verdadera intención.
En 1886, Díaz y Bazaine tuvieron intercambio epistolar en que aludían a esa carta, la mayoría de las fuentes coinciden en que hubo una entrevista misteriosa pero ninguna da a conocer el contenido.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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