Febrero 7 de 1858
Ignacio Comonfort, expresidente de la República, y toda su familia, se embarcan en Veracruz en el vapor Tennessee, rumbo a Nueva Orleáns, Estados Unidos. Deja un país convulsionado por la guerra civil, provocada por sus indecisiones y traiciones, en las que se dice influía su madre.
Antes de embarcarse publica un manifiesto en el que refiere los sucesos que habían precedido a su caída. Lo cierto es que después del triunfo de la Revolución de Ayutla, el liberalismo lucha día a día con la reacción conservadora.
Las cualidades de Comonfort como político, militar y patriota, no bastaron para salvarlo del precipicio al que le empujó su falso concepto de la situación; su error estuvo en que no se percató de que la lucha entre las facciones, ya no dependía de voluntades individuales sino de intereses que emanaban de la sociedad misma, que ya era diferente por la Constitución de 1857.
Los reaccionarios con el lema de “religión y fueros”, con cuantiosos recursos proporcionados por el clero, han formado un gobierno paralelo al legal de Juárez, quien por ministerio de ley ha asumido la presidencia; ellos se han burlado de los manifiestos del gobierno legal, pero también se han persuadido de que necesitan apresurar su acción, como no tienen plan de gobierno, solo el de conservarse, lo primero que hacen es perseguir a Juárez.
La guerra de Reforma está iniciando...
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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