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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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Lombardini asume la Presidencia, durante su gestión, mandará llamar al “Héroe de Turbaco”.

Febrero 7 de 1853

Por votación del Congreso, Manuel María Lombardini es nombrado “Depositario del Poder Ejecutivo”. Gobernará como presidente provisional del 8 de febrero al 20 de abril de este año, fecha en que entregará el poder a Santa Anna; de hecho, él mandará llamar a Santa Anna que está exiliado en Turbaco, Colombia.

Años atrás, autorizados por el Congreso, el presidente José Joaquín Herrera y su secretario de guerra, Mariano Arista, que lo sucederá como presidente, habían establecido un sistema de reclutas voluntarios en lugar del sistema de leva; además, pensaban reducir el ejército de los poco más de 30 mil elementos que tenía, a no más de 10 mil. Por esta razón, los militares descontentos secundaron el “Plan del Hospicio”, emitido en Guadalajara y adoptado por trece estados.

Al renunciar el presidente Arista porque el Congreso le negó facultades extraordinarias, Ceballos, con la ayuda del Ejército, se hizo del poder. Sin embargo, no pudo frenar la preponderancia de los militares. Firmó los convenios de Arroyo Zarco, en los que estipulaba que una Junta de Notables, que representaba los intereses del clero y los conservadores, elegiría a un presidente interino y acordó estar cuarenta días en la presidencia, en lo que Santa Anna regresaba del exilio.

Ante la imposibilidad de enfrentar el levantamiento de la guarnición de la capital a favor del Plan del Hospicio, Ceballos renunció y los militares escogen a Lombardini para encargarse del ejecutivo en tanto regresa Santa Anna, quien el 17 de marzo siguiente, será declarado Presidente de la República.

Lombardini gobernará dentro de una situación confusa en la que están vigentes leyes, planes y convenios que se contradicen entre sí y que la mayoría  acepta en espera de que Santa Anna imponga el orden. No nombrará gabinete. Durante su gobierno arreglará con Jean Baptiste Jecker el arrendamiento de las casas de Moneda por diez años; convertirá en cuerpo permanente el batallón cívico Bravos, organizará nuevos batallones, repartirá ascensos e insignias a los militares y llamará al servicio a los que fueron destituidos por cuestiones políticas; establecerá el juicio sumario para los ladrones y el catecismo del padre Ripalda en las escuelas públicas de la capital, así como el rezo matutino y vespertino que a diario debían hacer los niños durante media hora; también reglamentará la instrucción primaria y expedirá algunas disposiciones sobre los hijos naturales. Asimismo, arreglará los caminos a Veracruz y a Acapulco, regulará la navegación en el lago Chalco y creará la Escuela de Ingenieros, adjunta a la Academia de San Carlos.

Sin embargo, en lo fundamental, se dedicará, junto con Lucas Alamán, a preparar el regreso de Santa Anna y a darle legalidad a su elección como presidente a su arribo a la capital. Inclusive, enviará tropas para recibirlo en Veracruz. Finalmente, designará a Santa Anna capitán general de mar y tierra, con mando absoluto.

Manuel Apolinario José María Ignacio Antonio Lombardini de la Torre, nacido en la ciudad de México el 23 de julio de 1802, hijo del contador Juan Domingo Lombardini Llano y de Mariana de la Torre Sánchez-Leñero. Miembro de una familia acaudalada de ascendencia italiana, se alistó en la Compañía de Patriotas de Tacubaya en 1814; luego se unió al Ejército Trigarante en 1821. Obtuvo sus cordones de cadete en el escuadrón número 6 de caballería de Toluca, bajo el mando del general Vicente Filisola.

Retirado del servicio activo contrajo matrimonio por primera vez con Guadalupe Lemos, perteneciente una familia rica de la capital. Durante la lucha entre los partidos, Lombardini se unió a los yorkinos como subteniente miliciano y participó en el asalto de Tulancingo en 1828.

Militante activo en diversas asonadas, también combatió en contra de algunas de ellas, pero Lombardini se mantuvo siempre fiel seguidor del general Santa Anna, de quien mereció ascensos hasta llegar al grado de general.

Bajo las órdenes del general Bravo participó en las guerras de Texas en 1836. Dos años después, combatió a los franceses durante la Guerra de los Pasteles y a los estadounidenses en la invasión de 1846–1847, distinguiéndose en la batalla de la Angostura, en la cual resultó herido, año en que fue comandante de Querétaro. En 1849 fue nombrado jefe de la Plana Mayor del ejército y en 1853 fue comandante de la guarnición de la ciudad de México.

Al dejar la presidencia a Santa Anna, será Jefe del Estado Mayor del Ejército y Comandante General del Distrito. Morirá de pulmonía en la ciudad de México el 22 de diciembre de este mismo año.  Santa Anna, ordenará su entierro con honores en la Iglesia de San Francisco.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.