26 de Diciembre de 1520
Este día, en la plaza del teocali mayor de Tlaxcala, Cortés organiza un desfile militar para exhibir sus fuerzas. Él pasa a caballo vestido, luego, los ballesteros que disparan y hacen un saludo militar; los rodeleros muestran un acometimiento con la espada y luego una reverencia; pasan los piqueros y luego los escopeteros que con los arcabuces hacen salva; finalmente, pasan los cuarenta caballeros escaramuceando.
Luego del desfile, Cortés arenga a los soldados y ante el escribano Juan de Rivera y voz del pregonero Antón García, presentes Gonzalo de Sandoval alguacil mayor, Alonso de Prado contador, y Rodrigo Álvarez Chico veedor, manda dar lectura a unas ordenanzas que cuatro días antes había redactado en su carácter de Capitán General y Justicia Mayor de la Nueva España.
Esta es la primera vez que Cortés da reglas, con lo cual su empresa de “rescatador” deja de ser una aventura; entre las disposiciones militares se lee: que cada soldado debe estar incorporado a una capitanía; cada capitán debe tener tambor y bandera; que al oír el toque los soldados se incorporen en su compañía sin meterse en el fardaje; que ningún español peleará con otro; que no murmuraran o se mofaran de los otros y que no se separaran de sus compañías.
En lo que refiere a la administración manda que no se haga saqueo antes de la completa victoria; que lo que logren de saco (oro, plata, perlas, piedras, plumajes, ropa, esclavos y otras cosas), lo entreguen desde luego para poder tomar el quinto del rey y hacer justo reparto, bajo pena de muerte o perdimiento de todos los bienes.
Lo que resalta de las ordenanzas dadas a conocer este día, es que habla ya expresamente de conquista, lo cual obliga a la sujeción de los pueblos al rey de España.
Al siguiente 27 de diciembre, desfilarán los aliados, que reciben instrucción militar de Alonso de Ojeda y de Juan Márquez: pasarán las músicas tocando bocinas, caracoles y otros instrumentos; luego, pasarán los cuatro jefes de los señoríos con sus estandartes de plumas y piedras preciosas a la espalda, sus macana y chimalli, vestidos con ricas cotaras y luciendo diademas, bezotes y orejeras de oro; luego, pasarán cuatro escuderos con las banderas de las señorías; sesenta mil flecheros divididos en escuadrones de veinte en veinte que harán saludos militares; seguirán cuarenta mil guerreros de escudo y macana y diez mil piqueros. De ellos, ochenta mil saldrán con Cortés quien, conforme a su plan, primero controlará el Valle de Anáhuac y luego sitiará México-Tenochtitlan.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO
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