4 de Diciembre de 1914
Durante su entrevista, los jefes revolucionarios expresan su inconformidad por el control del movimiento revolucionario asumido por Carranza y sobre todo, por la escasa atención que da al problema agrario.
Este día, poco después de las ocho de la mañana salen de Tacuba Villa con su Estado Mayor y Roque González Garza con su escolta, pasan por la garita de San Antonio Abad y siguen hacia Xochimilco. En la calle de Juárez del lugar, llega al edificio que ocupa la Prefectura, Emiliano Zapata, seguido de otros con una escolta de surianos. Alfredo Serratos y Otilio Montarlo los presentan y Villa y Zapata se abrazan y charlan cordialmente. Luego en la casa de Manuel Fuentes, y se unen a la comitiva los agentes yanquis Carothers y Canova. Taracena “La Verdadera Revolución Mexicana) refiere: “En una pieza del segundo piso se instalan en torno de una mesa humilde. Villa, entre otras cosas, dice que siente un gran gusto de encontrarse a lado de los principales jefes zapatistas, cuyos ideales comparte. "Todos vamos a tratar sobre la suerte de México", anuncia”.
Zapata, emocionado, comenta en voz baja que es posible la repartición de tierras y que algunas ya las trabajan peones. “…Después de charlar se dirigen Villa, Zapata y Manuel Palafox a una pieza contigua a tratar cosas que mantienen en secreto. Salen y hacen declaraciones a los periódicos, inclusive a corresponsales extranjeros. Zapata se refiere a que hay esperanzas de que la paz sea pronto un hecho y que él cumplirá sus compromisos con su pueblo… Se sirve un lunch y se formulan brindis”.
Con el Pacto de Xochimilco, (Ver Documento) Villa y Zapata acuerdan: unificar sus programas de lucha y apoyar el Plan de Ayala hasta lograr el reparto de las tierras, dotar de material de guerra a las tropas de Zapata por Villa y el mutuo compromiso de llevar a la presidencia de la República a un civil.
Al final de la Reunión, Villa expresa: “Compañeros: Van ustedes a oír las palabras de un hombre inculto; pero los sentimientos que abriga mi corazón me dictan que ustedes oigan estas palabras que sólo se van a relacionar con asuntos de Patria. … Hace mucho tiempo que estamos en la esclavitud por la tiranía. Soy hijo del pueblo humilde, y a ese pueblo que representamos nosotros a ver si lo encarrilamos a la felicidad. Vivan ustedes seguros de que Francisco Villa no traicionará jamás a ese pueblo que han tenido en la esclavitud. Y soy el primero en decir que para mí no quiero ningún puesto público sino nomás la felicidad de mi Patria, para que todos los mexicanos conscientes no se avergüencen de nosotros.
Respecto a todos esos grandes terratenientes, estoy propuesto a secundar las ideas del Plan de Ayala, para que se recojan esas tierras y quede el pueblo posesionado de ellas. El pueblo que por tanto tiempo ha estado dando su trabajo, sin más preocupaciones de esos terratenientes que tenernos en la esclavitud. Yo, como hombre del pueblo, ofrezco de una manera sincera que jamás traicionaré, que nunca traicionaremos su voluntad para que el pueblo no sufra. Cuando yo mire los destinos de mi país bien, seré el primero en retirarme, para que se vea que somos honrados, que hemos trabajado como hombres de veras del pueblo, que somos hombres de principios.”
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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