28 de Noviembre de 1861
Benito Juárez ordena la reanudación de pagos de la deuda externa para evitar que la suspensión de dichos pagos sea tomada como pretexto para la intervención.
Hace algunas semanas, representantes de España, Francia e Inglaterra se reunieron en Inglaterra para hacer en conjunto sus reclamaciones a México por la suspensión de pagos decretada anteriormente. Los acuerdos a los que llegaron serán conocidos como Convención de Londres.
Cuando en agosto anterior, fue conocida en Europa la ley juarista de suspensión de pagos, expedida el 17 de julio, Inglaterra, Francia y España reaccionaron aliándose para exigir la derogación de dicha ley y exigir el pago de las obligaciones. Después de múltiples negociaciones, España aceptó la propuesta de Inglaterra, y en apariencia Francia también lo hizo. Esta propuesta consistió en realizar una acción conjunta con el compromiso de no adquirir territorio, no intervenir en los asuntos internos de México y para no chocar con Estados Unidos, invitar a participar a los norteamericanos. El pacto conocido como “La Convención de Londres”, fue firmado el 31 de octubre pasado.
Después de ser dada a conocer, Marx, que residía en Londres y trabajaba como corresponsal del New York Tribune, escribió que dicha Convención es “una de las más monstruosas empresas jamás registradas en los anales de la historia internacional”...“la mera ocupación de los puertos y el cobro de las rentas aduanales, obligaría al Gobierno mexicano a imponer nuevas contribuciones en los territorios sometidos a su dominio. Los derechos de importación sobre las mercancías extrajeras y los derechos de exportación sobre productos mexicanos, se duplicarían de ese modo y la intervención sólo lograría el cobro de los acreedores europeos, extorsionando al comercio europeo-mexicano. El gobierno de México puede convertirse en solvente sólo por su consolidación interna, pero no puede lograr esto si su independencia no es respetada por el extranjero.
El 22 de noviembre pasado, todos los diputados al Congreso rechazaron las propuestas de Charles Wyke, ministro inglés en México. Al día siguiente, se derogó la ley de 17 de julio. Mientras, Wyke presentó al gobierno un ultimátum en el que exigía la derogación de esa ley y también daba a conocer la designación de comisionados del gobierno británico para administrar los ingresos aduanales, que estaban facultados para reducir las cuotas arancelarias en cincuenta por ciento.
Por eso Juárez ordena la reanudación de pagos. La medida de derogar la ley de suspensión de pagos de la deuda externa, no tuvo una utilidad práctica, pues para entonces ya había madurado la confabulación internacional contra México y se iniciará otra etapa de su historia: la intervención francesa.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
|