27 de Noviembre de 1838
La escuadra francesa abre fuego sobre en el puerto de Veracruz, a pesar de que representantes de Francia y México realizan pláticas diplomáticas para resolver sus desavenencias. El general Antonio Gaona, comandante militar del puerto, perderá la plaza y poco después capitulará el general Manuel Rincón, comandante del Castillo de San Juan de Ulúa.
Con estos hechos, inicia lo que el pueblo llamó “La Guerra de los Pasteles”. Los antecedentes de esta primera guerra de México con Francia, se encuentran en un convenio provisional firmado en 1827, no ratificado por el gobierno mexicano porque el Congreso Nacional objetó dos cláusulas referidas a la excepción de los ciudadanos franceses en los préstamos forzosos decretados por el gobierno y de los comerciantes franceses de las restricciones que el gobierno pudiera imponer a los extranjeros.
Ciudadanos franceses que viven en México reclamaron la merma de sus ganancias por los conflictos internos, pero el gobierno respondió que no se sentía responsable de dichos trastornos políticos y en consecuencia, se negó a indemnizar a los quejosos que hacían reclamos exagerados: un solo pastelero francés dijo haber perdido sesenta mil pesos en pasteles, monto muy cuantioso en esa época. De este hecho exagerado tomó su nombre este conflicto con Francia.
El 6 de febrero de 1838, llegó a Veracruz una escuadrilla francesa para hacer efectivos los reclamos. Pero el gobierno mexicano se negó a entrar en negociaciones formales y en respuesta Francia, en abril, inició un bloqueo que durará cinco meses.
El 26 de octubre del mismo año, llegó el contraalmirante Charles Baudin con el príncipe de Joinville, hijo del rey de Francia, e iniciaron negociaciones que no prosperaron por lo desorbitado de los reclamos. Baudin regresó a Veracruz el 21 de noviembre y dijo que esperaría hasta el 27 de noviembre.
Este día los oficiales mexicanos llevaron al buque insignia la respuesta negativa y apenas habían salido de a bordo, cuando la escuadrilla francesa abrió fuego sobre San Juan de Ulúa. Por la noche, después de doscientas veintisiete bajas, el jefe de la fortaleza firmó la capitulación y poco después lo hace el gobernador de Veracruz.
En la capital causará gran indignación este hecho y se mandará abrir proceso a estos jefes por haberse rendido, al tiempo que Antonio López de Santa Anna será nombrado comandante de Veracruz.
Finalmente, en marzo de 1839, después de que Santa Anna perderá una pierna y gracias a la intermediación Richard Pakenham, ministro inglés en México, será firmado un tratado por el que el gobierno mexicano se comprometerá al pago de seiscientos mil pesos y los franceses a devolver los barcos mercantes con sus cargamentos capturados durante el bloqueo. Tales tratados serán ratificados por la Cámara de Diputados el 18 de marzo por 27 votos contra 12; al día siguiente los ratificará el Senado y hasta entonces se retirarán las fuerzas francesas.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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