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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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Francisco I. Madero inicia formalmente la Revolución Mexicana, de acuerdo al Plan de San Luis

20 de Noviembre de 1910

Durante el gobierno de Porfirio Díaz, eran evidentes el nulo respeto al voto, la miseria de obreros y campesinos y la inequitativa distribución de la riqueza; estas, entre otras causas políticas, económicas y sociales, motivaron la revolución de 1910.

En 1906, los hermanos Flores Magón, dieron a conocer el Programa del Partido Liberal y el Manifiesto a la Nación, en los que piden la libertad del sufragio y la no reelección continua, y pugnan por reivindicaciones de carácter social.

En 1908 en la entrevista con el periodista Creelman, Díaz declaró que si surgiera un partido opositor, “le miraría yo como una bendición y no como un mal, y si ese partido desarrollara poder, no para explotar, sino para dirigir, yo lo acogería, le apoyaría, le aconsejaría y me consagraría a la inauguración feliz de un gobierno completamente democrático”.

Después de las elecciones celebradas en junio y julio de 1910, el Congreso de la Unión declaró nuevamente Presidente de la República a Porfirio Díaz.

En respuesta, Madero, publicó el plan de San Luis, documento en el que declaraba nulas las elecciones para Presidente y Vicepresidente de la República, magistrados a la Suprema Corte de la Nación y diputados y senadores, del corriente año; desconoció al gobierno de Díaz por cometer y apoyar el fraude electoral más escandaloso de la historia de México; declaró Ley Suprema de la República el principio de NO REELECCIÓN del Presidente y Vicepresidente de la República, de los Gobernadores de los Estados y de los Presidentes Municipales y hacía un llamado para que “el día 20 de Noviembre desde las seis de la tarde en adelante, todos los ciudadanos de la República tomarán las armas para arrojar del poder a las autoridades que actualmente gobiernan…”. Este mismo día, siguiendo los lineamientos del Plan de San Luis se levantan en armas en distintos lugares de Chihuahua, José de la Cruz Blanco e Ignacio Valenzuela; José Perfecto Lomelí, Guillermo Vaca, Pedro T. Gómez y Maclovio Herrera; Daniel Rodríguez y Julio Granados. Rafael Tapia, huelguista de Río Blanco en 1907, se levanta en armas en Veracruz. Rafael Cepeda, en San Luis Potosí. En Durango, Orestes Pereyra y José Agustín Castro. Muy rápidamente cundió la revolución por todo el país.

Comenzará así el primer movimiento social del Siglo XX, que se adelanta inclusive a la Revolución Rusa. El tamaño de los ejércitos revolucionarios mexicanos no será igualado hasta ahora en América Latina. La revolución formará parte de nuestra identidad nacional como no lo está en ningún otro país del mundo.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.