12 de Noviembre de 1974
Tras el derrocamiento del presidente constitucional de Chile, Salvador Allende, ocurrido el día de ayer, el gobierno de la República mexicana a través del presidente Luis Echeverría, rompe relaciones diplomáticas con ese país.
A finales de la década del sesenta, ganó la unidad popular en Chile por la coalición política de izquierda organizada en 1969 por los partidos comunista y socialista con los radicales y sectores menores, dirigida por la clase obrera; dicha coalición, condujo en 1970 a Salvador Allende a la presidencia de Chile con un programa muy avanzado, que incluía una política exterior independiente y profundas transformaciones económicas y sociales de inspiración socialista. Pese a las operaciones encubiertas de la CIA norteamericana y al complot de la derecha chilena, el cómputo final de la votación fue: Salvador Allende 36,3%, Jorge Alessandri 35% y Radomiro Tomic 27,8%.
Allende restableció las relaciones entre los gobiernos de Chile y Cuba e inició el rescate de su soberanía plena, de sus recursos naturales y de su futuro económico y político, pues estaba sometido por su economía controlada por grandes consorcios norteamericanos. Sus primeras medidas económicas estuvieron dirigidas a disminuir el desempleo, redistribuir el ingreso y reanimar la actividad industrial. Paralelamente expropió 350 latifundios, compró bancos, adquirió por parte del estado empresas monopólicas industriales (textiles, acero, cemento) y minerales (carbón, salitre). En lo político estas conquistas se tradujeron en el espectacular éxito de UP en las elecciones de abril de 1971, en las que obtuvo el 51% de los votos.
La derecha reaccionó iniciando una campaña contra el gobierno, y lo acusó de sobrepasar la legalidad y usó los medios de comunicación a su disposición -70% de la prensa escrita y 105 de las 115 emisoras de radio--, para desorientar a la opinión de los sectores medios y enfrentarlos al proceso de cambio. Mientras, Allende lograba la más importante reivindicación patriótica: la nacionalización del cobre.
Entre agosto de 1971 y enero de 1972, la CIA y la derecha burguesa arreció las campañas para debilitar al gobierno de Allende: “contra el desabastecimiento”; la “degradación de la democracia”, manifestaciones aristocráticas, cacerolas en mano, acciones de las bandas fascistas de “patria y libertad”, organización terrorista al servicio de la contrarrevolución y el imperialismo.
Entre noviembre de 1972 a marzo de 1973, el acontecimiento más significativo fue el viaje de Allende a México, U. R. S. S. y Cuba y su memorable discurso en la ONU donde denunció las agresiones del imperialismo a Chile y se pronunció en favor del derecho de los pueblos a recuperar y explotar sus recursos naturales.
En marzo de 1973 Unión Popular se fortaleció al ganar en las elecciones con el 44% de la votación. Este hecho precipitó los planes golpistas de la CIA y la burguesía chilena que maniobra para obligar la salida del general Prats del gobierno y su sustitución en la jefatura del ejército por Augusto Pinochet, lo que trajo allanamientos, ultrajes y asesinatos previos al golpe de estado, y las masacres, xenofobia, y agresiones a las misiones diplomáticas.
A la muerte en acción del presidente Allende en La Moneda, junto a un grupo de sus más fieles compañeros, siguieron muchos crímenes. Era el inicio del régimen fascista de Pinochet que se extendería sin solución de continuidad hasta 1990.
Por su parte, Luis Echeverría durante su mandato como presidente de la república, apoyó la causa de la República española en el exilio y a los españoles que vivían en México; al régimen de Fidel Castro en Cuba y al de Salvador Allende, en Chile. Además, fiel a la tradicional política mexicana de asilo, abrió las puertas de México a los exiliados chilenos que escapaban de la dictadura del general Augusto Pinochet.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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