24 de Octubre de 1810
En Tlalpujahua, Michoacán, Ignacio López Rayón emite una proclama en la que califica de justa, santa y religiosa, la revolución de Independencia, oponiéndose a las excomuniones que pesan contra Hidalgo y la acusación por parte del clero realista, de herético y anticatólico.
Rayón se dedicaba al laboreo de Minas y se vinculó con Hidalgo, luego que un grupo de insurgentes al mando de Antonio Fernández, había devastado la hacienda Chamuco y otras en su paso hacia México. Al enterarse Rayón, propone un plan para evitar la dilapidación de los bienes embargados a los peninsulares y sirviesen para sostener la guerra. Enterado Hidalgo, aprobó el plan y escribió a Rayón para felicitarlo por su patriotismo.
Esta proclama impactará y alentará la lucha insurgente. El gobierno virreinal mandará que sea aprehendido; huirá a Maravatío y se integrará al ejército insurgente como secretario de Hidalgo.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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