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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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Belisario Domínguez es asesinado. Había difundido los discursos en los que atacaba al régimen de Victoriano Huerta. (Biografía)

7 de Octubre de 1913

Es asesinado Belisario Domínguez, (Biografía) varios diputados y periodistas que también se oponen al ilegal gobierno de Victoriano Huerta también son reprimidos y otros asesinados, entre ellos: Edmundo Pastelín, Adolfo G. Gurrión, Serapio Rendón y Solón Argüello.

Francisco Chávez, inspector de policía, relata que a los dos días del hecho, Gilberto Márquez le contó la manera en que había ocurrido el crimen: especifica que lo llevan por la Calzada de Tlalpan y que al llegar al panteón de Coyoacán, Domínguez va bañado en sangre de los golpes que le han dado, lo bajan del automóvil, y que cuando Márquez le dispara en la cabeza, los demás lo acribillan; luego, lo roban, lo queman y lo entierran tratando de ocultar su crimen. El médico Aureliano Urrutia, enemigo profesional de Domínguez, corta la lengua al cadáver del senador y la envía como un trofeo a Huerta. Las Cámaras de Diputados y Senadores protestarán por ese acto y Huerta disolverá el Congreso y encarcelará a ochenta y cuatro diputados.

Belisario Domínguez había escrito un discurso (Ver Documento) para ser leído en la Cámara, durante la sesión del 23 de septiembre de 1913, que es censurado por el presidente de la cámara; entonces lo manda imprimir y lo difunde: “El mundo está pendiente de vosotros,... y la Patria espera que la honréis..., evitándole la vergüenza de tener por Primer Mandatario a un traidor y asesino”. El 29 de septiembre pronunció otro discurso (Ver Documento) en el que pidió que lo mandaran a exigir a Huerta su renuncia y señaló: “¿No veis, cuán obscura se presenta actualmente la situación del país, cuán tenebroso parece el porvenir? Lo primero que se nota... es la profunda debilidad del gobierno... [Huerta] tiene el cerebro... desequilibrado, su espíritu está desorientado... además del desequilibrio producido por su constante obsesión... cree que él es el único capaz de gobernar a México y de remediar sus males,... el pueblo y aun algunos miembros de las Cámaras están desempeñando el papel de Sancho... y ven en sus soldaditos de once años de la Escuela Preparatoria, veteranos más aguerridos que los de Julio César... si Huerta, desequilibrado, está poniendo en eminente peligro a la patria, ¿no toca a vosotros, que estáis cuerdos,... poner un remedio a la situación? Como resultado de estos discursos es aprehendido y muerto.

María Hernández Zarco, descendiente de Francisco Zarco, fue quien imprimió los discursos cuando ningún impresor se atrevió a hacer lo que consideraron suicida. Los imprimió a escondidas. Cuando supo de la desaparición de Domínguez, hizo una nueva edición de los discursos que tituló “Palabras de un Muerto” y los hizo circular entre los miembros del Congreso, así fue como ellos reaccionaron... cuando leyeron sus palabras “Mi dignidad de hombre y de mexicano me dice que obre de esta forma. Si muero en esta contienda, iré tranquilo a mejor vida. Los que combaten en el norte, yo aquí, en el recinto de la ley, me enfrento a Huerta”... los que combatían en el norte eran Carranza, Villa, Obregón, Maytorena... “los constitucionalistas”.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.