18 de enero de 1775

Estudia en el Seminario de Guadalajara. En 1793 inicia estudios de jurisprudencia, que no termina por la muerte de su padre y al regresar, se dedica al comercio.

Es regidor de Lagos, desde donde brinda apoyo a la insurgencia, sin tomar parte en hechos de armas. Después de tres años de hostigamiento y amenazas, en 1814 es vigilado por sospechas de simpatizar con la causa insurgente. Es entonces cuando en la hacienda de La Sauceda, Moreno comienza a reunir a campesinos con los que se une a los guerrilleros de la Sierra de Comanja. Ahí construye el fuerte de El Sombrero.

Tiene muchos encuentros con los realistas; sus tropas destacan por su movilidad, disciplina y valentía. En una de las batallas, muere su hijo de 15 años y capturan a su hija los realistas.

Defiende el fuerte de El Sombrero, cuando el 24 de junio de 1817 se le une Francisco Xavier Mina. Dos días más tarde, comunica a la Junta de Gobierno de Jaujilla su incorporación al movimiento armado. Después de una corta campaña, el coronel realista Liñán pone sitio a ese Fuerte. Moreno dispone que el 19 de julio la guarnición abandone sus posiciones a media noche, son sorprendidos, pero él logra huir.

Al día siguiente, Liñán entra al fuerte y ordena el fusilamiento de todos los prisioneros, heridos y enfermos que había en el hospital, después de haber demolido el fuerte. A partir de entonces, Moreno pasa a las órdenes de Mina, quien toma el mando de las fuerzas que operan en la Sierra de Comanja.

El 25 de octubre de 1817, después de atacar sin éxito Guanajuato, dispersa sus tropas. Mina y Moreno se retiran a la hacienda de La Luz, donde los restos de sus tropas son disueltos y les recomienda que se reincorporen a sus respectivos distritos.

Con una escolta de sesenta hombres, ambos caudillos llegan la mañana del 26 de octubre al rancho de El Venadito, perteneciente a la hacienda de La Tlachiquera, donde pernoctan. Al amanecer, encontrándose Moreno desarmado y de pie, tomando una taza de café, una partida de realistas, de las tropas de Orrantia, cae sobre ellos disparando sus armas sobre los insurgentes guarecidos. Moreno es acribillado cuando intenta defenderse con un machete.

El cadáver de Moreno es decapitado y su cabeza llevada por Orrantia como trofeo. Los que no mueren son hechos prisioneros, entre ellos el propio Francisco Javier Mina quien será maltratado y trasladado a Silao, donde será prisionero y fusilado el siguiente 11 de noviembre.

Doralicia Carmona. MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.