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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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Mexicanos y extranjeros intentan crear la República del Río Grande con los Estados de Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León y parte de Texas en disputa.

 

En el Rancho Oreveña, estadounidenses, colonos texanos de origen anglosajón y sus aliados mexicanos instauran un gobierno provisional presidido por Jesús Cárdenas y Antonio Canales Rosillo, como comandante del ejército, además de Antonio Zapata, primer teniente del ejército, Juan Nepomuceno Molano, concejal representante de Tamaulipas, Francisco Vidaurri y Villaseñor, concejal representante de Coahuila, Manuel María de Llano, concejal representante de Nuevo León, y José María Jesús Carbajal, entre los principales dirigentes. Dentro del grupo encabezado por Manuel María de Llano, participa Santiago Vidaurri, quien décadas después, será declarado traidor por Juárez y se unirá a Maximiliano de Habsburgo.

Se propaga que pretenden fundar la República del Río Grande con los estados de Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León y la parte de Texas situada entre los ríos Nueces y Bravo. Es la aparente respuesta federalista al gobierno centralista de Anastasio Bustamante, que había provocado el descontento popular por la promulgación de la nueva constitución llamada de Las Siete Leyes. Otros consideran que se trata de un intento de separarse de México ante la inminente prohibición de la esclavitud en la Constitución de Coahuila y Texas.

Para Josefina Z. Vázquez (República del Río Grande), los rebeldes sólo instauran un gobierno provisional contrario al centralista: "Los Mexicanos no mencionaron en ningún documento ni discurso la República del Río Grande, pero tampoco desmintieron las noticias y discusiones en periódicos texanos, de manera que dejaron que siguieran germinando las esperanzas sobre la factibilidad de la supuesta república... no nos queda duda de que la idea de la República del Río Grande naciera entre los texanos y sus partidarios como un mecanismo de defensa para la endeble república. El deseo se proyectó sobre el movimiento federalista que no intentaba otra cosa que fundar un gobierno "provisional..."

Meses antes, Canales y Zapata habían iniciado la rebelión con el apoyo del gobernador interino de Nuevo León, Manuel María de Llano, así como de un grupo de estadounidenses al mando de Reuben Ross y de texanos anglosajones dirigidos por Samuel W. Jordan. El esclavista norteamericano Mirabeau B. Lamar, presidente de Texas, ayudó la rebelión, pero no públicamente, por temor de que se dificultara más el reconocimiento por México de la independencia de Texas. Fue la presencia de extranjeros en las filas federalistas lo que motivó el mayor desprestigio de su movimiento, y fue la propaganda texana la que destacó su carácter separatista.

Los rebeldes pudieron tomar las villas de Guerrero y Mier, pero fracasaron en apoderarse de la ciudad de Matamoros. El general Mariano Arista los derrotará este mismo mes en Nuevo León y Coahuila, e inclusive capturará y fusilará a algunos norteamericanos que forman parte del grupo rebelde.

Sin embargo, Canales logrará establecer el cuartel general de la "República del Río Grande" en San Patricio, Texas, el 18 de marzo de 1840. A partir de entonces, Canales reorganizará su ejército con quinientos norteamericanos y texanos, ahora comandados por Jordan y W.S. Fisher. Así podrán tomar, sucesivamente, los poblados de Laredo, Ciudad Guerrero, Mier, Ciudad Camargo, Tula, Linares y Ciudad Victoria. 

Tras varios meses de avances y retrocesos, Zapata será capturado y decapitado por el ejército mexicano, en tanto que en octubre los rebeldes se replegarán a Texas. Ahí, Canales y Molano recibirán apoyo texano suficiente para instaurar su "gobierno" en Ciudad Victoria.

Finalmente, después de nuevas derrotas de los rebeldes, Antonio Canales gestionará su entrega ante el general Arista y el 6 de noviembre de 1840 rendirá sus fuerzas en Ciudad Camargo. Y diez días más tarde se firmará el Convenio por el que a cambio de la amnistía y ante la amenaza de los extranjeros en la frontera mexicana abandonan su movimiento y se acuerda formar un regimiento para la protección de las villas del norte. Así concluirá el movimiento de la llamada República del Río Grande.

Doralicia Carmona. Memoria Política de México.