Enero 10 de 1862
Las fuerzas aliadas de Inglaterra, Francia y España, acantonadas en el puerto de Veracruz, dan a conocer a los mexicanos un ultimátum y un manifiesto en el que exponen sus pretensiones contra México y sus reclamos para obligar al pago de la deuda externa:
“Deudas sagradas y reconocidas por los tratados han dejado de satisfacerse [...] tal estado de cosas debía poner a los Gobiernos aliados en el triste caso de exigir, no sólo reparaciones por lo pasado, sino también garantías para el porvenir. [...] A nosotros nos toca señalar a México el camino que conduce a su felicidad”.
El documento en cuestión, es firmado por Charles Lennox Wyke, Hugh Dunlop, Juerien de la Graviere, Alphonse Dubois de Saligny y por el Conde de Reus.
Los antecedentes de este hecho nos remiten al 17 de julio de 1861, fecha en que el presidente Juárez había decretado la Ley de Suspensión de Pagos. En noviembre siguiente, Alphonse Dubois de Salingny, ministro de Francia en México, rompió relaciones diplomáticas con México; mientras que Charles Wyke, ministro británico solamente las suspendió en tanto se formulaba un acuerdo respecto a la cancelación de la deuda en México, lo cual ocurrió en 21 de noviembre cuando fue firmada la Convención por la que se reanudaban las relaciones; en el convenio, se establecía el pago de lo tomado por Santos Degollado en la conducta de Agua Seca, lo que Leonardo Márquez había tomado en la Legación y la reducción del 50% de aranceles a favor de la Gran Bretaña. El Congreso lo discutió y por unanimidad no la aceptó porque consideró interventorio y que era incompatible con la independencia de la República.
Entre tanto, el 31 de octubre Francia, Inglaterra y España, habían firmado una alianza llamada “La Convención de Londres”: planean invadir el país. El 26 de noviembre, fue derogada la Ley de Suspensión de Pagos; sin embargo, la medida no tuvo efecto pues la intriga europea prosperaba.
En México se esperaba agresión de España y se hacían preparativos para rechazar el posible ataque -pues por las dificultades de comunicación- aún no se conocía la noticia de la triple alianza. Francia nombró al Vicealmirante Jurien de la Gravière, jefe de las fuerzas navales, con la idea de intervenir e instaurar el imperio y a Maximiliano de Habsburgo -a quien Antonio López de Santa Anna ofreció sus servicios- en las instrucciones que le son dadas, se lee que buscan “perseguir en común la reparación de los agravios y obtener garantías capaces de poner a los residentes extranjeros al amparo de nuevas afrentas, tal es, si puedo hablar así, el terreno legal del acuerdo que se ha establecido entre Francia, Inglaterra y España… el Gobierno inglés considera muy justas las ideas del Emperador… El Gabinete de Madrid, no se inclina… hacia la candidatura eventual del Archiduque Maximiliano... El Gobierno inglés ha abordado esta eventualidad con una extrema repugnancia… sería imprudente tratar de presionarlo a pronunciarse anticipadamente. Consideraciones parlamentarias lo habrán decidido teóricamente por la negativa, sin duda. Pero a nosotros nos basta con que los términos del artículo 1º de la Convención, que dejan a los Comandantes en Jefe el cuidado de adoptar en el terreno las medidas más propias para alcanzar el fin de la expedición, sean suficientemente amplios como para justificar la interpretación que queremos darle”. Por su parte, España, que pretende crear una monarquía nombra al general Prim, jefe de la expedición y le intruye que “contribuirá, sin duda, a establecer la unidad en todos los actos y reclamaciones y al pronto y satisfactorio término de nuestras diferencias con esa República, que los representantes de Francia e Inglaterra en México conozcan exactamente la naturaleza de nuestros agravios y la extensión de las reparaciones que la España exige de la República y las condiciones y garantías necesarias…”.
Habiendo llegado las fuerzas de la triple alianza a Veracruz, los plenipotenciarios entran en desacuerdo por la exposición de sus reclamaciones; finalmente, el 9 de enero, redactan un ultimátum que dan a conocer este día al igual que un manifiesto.
El acta de disolución de la Triple Alianza será firmada en Orizaba el 9 de de 1862.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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