Enero 6 de 1963
Con la presencia de dos mil delegados que representan a medio millón de trabajadores del campo, se verifica la asamblea constituyente de la Confederación Campesina Independiente (CCI). El general Lázaro Cárdenas saluda de la siguiente manera a la nueva organización campesina: “la creación de la CCI es un acto legítimo realizado al amparo de las leyes del país. No ha provocado división alguna ya que se trata del agrupamiento de campesinos que no militaban en ninguna de las centrales existentes hasta entonces. La injustificada y ruidosa alarma que se produjo con motivo de la integración de la CCI reveló una vez más que el problema agrario continúa siendo el fundamental y el de resolución más apremiante en el país. Unos se han alarmado por el temor que sienten ante los campesinos organizados y otros por los compromisos y claudicaciones en que han caído.”
De inicio, el programa de la CCI está dentro de los límites tradicionales de la reforma agraria: necesidad de nacionalizar la banca para orientar el crédito hacia la agricultura, derogación de las reformas alemanistas al Código agrario y al artículo 27 constitucional, reglamentación de la distribución del agua por personas y no por superficie, oposición a los impuestos ad valorem en la agricultura y la intervención de los bancos y otros organismos oficiales en la cosecha y comercialización de los productos. Se exige la industrialización del campo, la sindicalización de los obreros agrícolas y el cabal cumplimiento del artículo 27 constitucional.
La creación de la CCI, cercana al Movimiento de Liberación Nacional, fue un severo golpe para la CNC, no sólo por ser manifestación de descontento con las organizaciones campesinas anteriores, sino también por el aval que la nueva Confederación obtiene del general Cárdenas.
Sin embargo, la aparición de la CCI impondrá un mayor dinamismo a la CNC para atender y encabezar las demandas campesinas, lo que hará con el apoyo oficial, y con lo que logrará obstaculizar el crecimiento de la CCI.
Por su parte, la CCI vivirá múltiples conflictos internos que darán cuenta de la fragilidad de la alianza que le dio origen. En 1964 la CCI desplegará una gran actividad política, al participar en la campaña presidencial dentro del Frente Electoral del Pueblo. El candidato del FEP, que no cuenta con el registro oficial, es uno de los líderes de la Confederación, Ramón Danzós Palomino.
Pese al entusiasmo que levantó en un principio, en menos de dos años la división de la CCI se dará entre dos grupos: por una parte, el encabezado por el Partido Comunista y representado por Danzós y Arturo Orona, que buscará seguir una política más radical, y por el otro el de Braulio Maldonado, en el que finalmente destacará Alfonso Garzón, quienes buscarán y encontrarán acercamientos con la CNC y el PRI. Ambos grupos reclamarán para sí la denominación de CCI.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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