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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

 


 
 

 


 


Velázquez de Lorea Miguel

1670-1732

Nació en 1670 en la ciudad de Querétaro. En abril de 1702, se destacó como policía eficaz porque derrotó y aprehendió a fray Juan de la Cueva, quien habiendo perdido legalmente la provincia agustina de Michoacán, en rebeldía formó una banda de 200 negros y mulatos esclavos y libres, que asaltaba, saqueaba y quemaba las haciendas e ingenios agustinos. El fraile fue enviado a España, en donde murió en prisión; sus seguidores fueron colgados de los árboles.

Al año siguiente, Velázquez de Loera, como alcalde de la Santa Hermandad en Querétaro, inició juicios sumarios contra delincuentes capturados por sus hombres. En 1710, a solicitud de los vecinos del distrito de Querétaro, el virrey Fernando de Alencastre, Duque de Linares, nombró a Velázquez de Lorea alcalde provincial en aquel distrito, ante el creciente desafío al Estado que significaban las actividades desbordadas de los salteadores de caminos.

A la llegada del nuevo virrey en 1719, el Marqués de Valero amplió las facultades de Velázquez de Lorea, quien ya no tuvo que dar cuenta de sus sentencias a la Sala del Crimen, ya que éstas fueron declaradas inapelables, providencia dictada con acuerdo de la audiencia, (de donde le vino el nombre a este tribunal, de Tribunal de la "Acordada"), disposición que fue aprobada por la corte el 22 de mayo de 1722. Don Miguel Velázquez de Lorea y su hijo José, que le sucedió después, ejercieron el cargo con tanta severidad, que exterminaron a los ladrones (ahorcados o asaetados), y restablecieron la seguridad en los caminos y poblaciones.

El Tribunal de la Acordada fue el primer cuerpo policial establecido en la Nueva España; en su momento representó la nueva filosofía de los Borbones de disponer de una autoridad superior efectiva, dotada de los medios necesarios para hacerse valer. Hasta entonces sólo existían como fuerzas armadas, la guardia del virrey y algunos cuerpos de milicias locales permanentes o eventuales organizados para la defensa de las costas y de las fronteras, ninguno de los cuales estaba estructurado como un ejército, ni tampoco integrado por soldados profesionales.

De esa forma, hasta 1732, cuando murió Velázquez de Lorea, el Tribunal de la Acordada juzgó a 833 reos, ajustició a 146, condenó a otras penas a 583 y dio libertad a 93. Su severa tarea logró contener en buena medida la delincuencia, lo que le mereció ser felicitado por Felipe V, nieto de Luis XIV y primer rey de España perteneciente a la casa de Borbón que había sustituido en el poder a la de Austria.

Dado que el sistema dio buenos resultados, fue extendido al resto del país.

Miguel Velázquez de Lorea falleció en su ciudad natal, Querétaro, en 1732.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.