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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

 


 
 

 


 


Trotsky León

1879-1940

Nació el 26 de octubre de 1879 en Yákovka, provincia de Ucrania, Rusia. Hijo de un pequeño propietario agrícola judío, su verdadero nombre era Lev Davidovich Bronstein. Estudió en la Universidad de Odesa y de Mykalayiv. Por su vocación revolucionaria, durante su vida fue víctima de constantes persecuciones: primero por el zarismo durante la época de su juventud, y después por Stalin hasta su asesinato.

En 1896 ingresó a la Liga Obrera de Nicoloaiev y al siguiente año fundó la Unión Obrera de la Rusia del Sur. En 1899 fue detenido y encarcelado por la policía zarista y después desterrado a Siberia. Logró escapar en 1902 a Finlandia y Gran Bretaña. A partir de entonces adoptó el seudónimo de León Trotsky, nombre de un carcelero que le había custodiado. Ahí conoció a Plejanov y militó en el Partido Obrero Social Demócrata Ruso POSDR. Entonces Colaboró también en la revista “Iskra” (Chispa), fundada por Lenin. En 1903, cuando se celebró el segundo congreso del POSDR en Londres, Trotsky se opuso a la concepción autoritaria del partido que sustentaban Lenin y los bolcheviques, por lo que se unió a los mencheviques, grupo moderado del POSDR.

En 1905 regresó a Rusia clandestinamente y como presidente del consejo de obreros de San Petersburgo, fue el principal dirigente de la revolución; tras su fracaso fue nuevamente deportado a Siberia, condenado a cadena perpetua. Volvió a escapar en 1907 y a partir de entonces viajó por distintos países: Francia, de donde fue expulsado por oponerse a la guerra; Austria, en donde fundó el periódico Pravda; España y Estados Unidos, en donde editó Novy Mir.

Regresó a Rusia en 1917, después de la abdicación del zar Nicolás II. Ahí ganó una enorme popularidad por ser el dirigente más elocuente de la izquierda soviética. Presidió el soviet de Petrogrado y formó parte del buró político del Partido Bolchevique. Encabezó la revolución de octubre que llevó al poder a los bolcheviques. Fue el principal responsable de la toma del Palacio de Invierno. Al triunfo de la revolución, como comisario de Asuntos Extranjeros, firmó los tratados de paz de Brest-Litovsk que sacó a Rusia de la Primera Guerra Mundial.

Nombrado Comisario del Pueblo para la Guerra, organizó el Ejército Rojo que derrotó al Ejército Blanco de las fuerzas de los contrarrevolucionarios rusos y de los 22 países que los apoyaban. Durante esta guerra civil, desarrolló el "comunismo de guerra", que consistía en el control estatal del consumo y la producción, en especial de los bienes agrícolas y los insumos bélicos, para asegurar el abastecimiento del Ejército Rojo y de la población más pobre de las ciudades.

En 1925, después de la muerte de Lenin, Trotsky fue destituido de sus funciones por Stalin. Lo que los distanciaba era la teoría de la “revolución permanente” de Trotsky (ya esbozada por Marx en 1848 y asumida por Lenin en los meses de la revolución), que enfatizaba el carácter internacional del socialismo, la no coexistencia con los países capitalistas y la promoción de movimientos revolucionarios en todos ellos, pues consideraba que un régimen comunista que estuviese limitado a Rusia no tendría posibilidades de mantenerse; por eso la revolución rusa debía vincularse con la economía mundial y la lucha internacional por el socialismo, así podrían crearse los Estados Unidos de Europa, cuando al repudiarse la deuda externa se precipitara la crisis revolucionaria. ·En lo interno, consideraba que la prioridad era el crecimiento acelerado de la industria socialista. Como Bujarin, Stalin creía en el socialismo en un solo país, en Rusia, pero aceptaba el énfasis en la industrialización. Tampoco Trotsky apoyaba la centralización en un partido y la creciente burocratización del gobierno soviético que estimulaba la planificación económica; pensaba que una planeación efectiva debía de considerar un mercado y una democracia política, de modo que las prioridades fueran decididas por sindicatos independientes, precios flexibles y múltiples partidos políticos.

En 1927 Trotsky fue expulsado del Partido Comunista y dos años más tarde fue expatriado de la Unión Soviética, deportado a Alma Ata y después a Turquía. En 1932 él y su familia fueron privados de su nacionalidad; viajaron de país en país en busca de asilo, pero siempre fueron expulsados.

Trotsky, su esposa Natalia Sedova y y su secretario Jean Van Heijenoort llegaron a México el 9 de enero de 1937, después de que el presidente Cárdenas les concedió una visa de residencia. Trotsky fue amigo del pintor Diego Rivera y de su esposa Frida Kahlo, por lo que a su llegada a la ciudad de México, vivió en su casa. Desde el principio enfrentaron, no sólo la hostilidad de la derecha, sino de las "dos cabezas" del stalinismo mexicano: el Partido Comunista Mexicano y Lombardo Toledano, dirigente de la Central de Trabajadores de México y promotor de su expulsión del país. También tuvieron conflictos con el grupo trotskista mexicano, algunos de cuyos miembros exigieron una campaña de "acción directa" contra Cárdenas, cuando la economía empeoraba por el boicot de las potencias extranjeras contra la expropiación petrolera.

Durante los primeros meses de su estadía, Trotsky se dedicó a formular los argumentos de su defensa a los “Juicios de Moscú” -“Contraprocesos”- los cuales presentó ante una Comisión de Investigación Internacional, encabezada por el filósofo norteamericano John Dewey; la Comisión –reunida en la ciudad de México en abril de 1937- tomó la declaración de Trotsky, su alegato quedó asentado en su libro Los crímenes de Stalin. El veredicto fue: “No culpable”.

Después trabajó en el análisis de la inminente guerra mundial, que consideraba que sería la partera de la revolución socialista mundial. La realidad mexicana y latinoamericana también fueron su objeto de estudio: "En los países industrialmente atrasados el capital extranjero juega un rol decisivo. De ahí la relativa debilidad de la burguesía nacional en relación al proletariado nacional. Esto crea condiciones especiales de poder estatal. El gobierno oscila entre el capital extranjero y el nacional, entre la relativamente débil burguesía nacional y el relativamente poderoso proletariado. Esto le da al gobierno un carácter bonapartista sui generis, de índole particular. Se eleva, por así decirlo, por encima de las clases. En realidad, puede gobernar o bien convirtiéndose en instrumento del capitalismo extranjero y sometiendo al proletariado con las cadenas de una dictadura policial, o bien maniobrando con el proletariado, llegando incluso a hacerle concesiones, ganando de este modo la posibilidad de disponer de cierta libertad en relación a los capitalistas extranjeros”.

Respecto a la lucha antifascista en curso, escribió: "En los países atrasados el camino para oponerse al fascismo es ante todo el camino de la lucha revolucionaria por la independencia nacional y por la transformación radical de las relaciones agrarias. Sin la revolución agraria no hay independencia nacional ni salvación contra el fascismo. Cualquiera que bloquee el camino hacia la expropiación de la propiedad territorial y de los recursos nacionales en beneficio de los campesinos y del pueblo en general, está instigando al fascismo. Generalidades vagas acerca de la amistad y la democracia no son suficientes. Se debe tener una posición clara: o con los magnates del capital y de la seudodemocracia, o con la democracia genuina de los obreros, los campesinos y los pueblos oprimidos…oponemos particularmente el proletariado a la burguesía en la cuestión agraria, porque la clase que gobernará, en México como en todo los demás países latinoamericanos, será la que tendrá con ella a los campesinos. Si los campesinos continúan apoyando a la burguesía como en la actualidad, entonces existirá ese tipo de estado semi bonapartista, semi democrático, que existe hoy en todos los países de América Latina, con tendencias hacia las masas."

En lo que se refiere a la reciente expropiación petrolera señaló: "La expropiación del petróleo no es ni socialista ni comunista. Es una medida de defensa nacional altamente progresista.... Sin renunciar a su propia identidad, todas las organizaciones honestas de la clase obrera del mundo entero, y especialmente de Gran Bretaña, tienen el deber de asumir una posición irreconciliable contra los ladrones imperialistas, su diplomacia, su prensa y sus áulicos fascistas. La causa de México, como la causa de España, como la causa de China, es la causa de la clase obrera internacional. La lucha por el petróleo mexicano es sólo una de las escaramuzas de vanguardia de las futuras batallas entre los opresores y oprimidos."

En 1938 fundó la Cuarta Internacional, formada por pequeños grupos antiestalinistas, que reivindicaban el leninismo y la revolución.

Condenado a muerte durante los Juicios de Moscú, Trotsky también en México fue víctima de atentados, el agente soviético Kótov, que desde aquí dirigía las operaciones contra Trotsky ordenó su asesinato.

El 24 de mayo de 1940, al alba, una banda armada encabezada por el pintor estalinista David Alfaro Siqueiros, atacó la casa de Trotsky en Coyoacán, que habitaban también su mujer y algunos camaradas, secretarios y guardianes. Salió ileso porque al escuchar las primeras ráfagas de balas, se lanzó fuera de su cama, su esposa lo empujó contra la pared y lo protegió con su cuerpo. Uno de sus guardias personales, el joven trotskista norteamericano Robert Sheldon Harte, fue raptado por los asaltantes. Un mes más tarde se encontró su cadáver cubierto de cal viva en una casucha campesina.

““¡Nos han dado otro día de vida, Natasha!”” solía exclamar alegremente Lev Davidovich a su compañera inseparable Natalia Sedova todas las mañanas, cuando la luz del día se introducía por la oscurecida alcoba… “Morir no es un problema cuando un hombre ha cumplido su misión histórica”, le dijo Trotsky una vez a un grupo de camaradas jóvenes.”

El día 20 de agosto de 1940, a las cinco de la tarde, Jacques Monard, un sujeto que había ganado la confianza de una de las secretarias de Trotsky y que visitaba frecuentemente la casa de Coyoacán, se presentó ante Trotsky para pedirle su opinión sobre un artículo; ya en su despacho, lo agredió con un piolet que llevaba escondido entre sus ropas, con el que le perforó el cráneo. Sus secretarios acudieron en su ayuda y detuvieron al asesino, pero ya era tarde. Su nieto, Esteban Volkov, refirió: “… '¡Jackson!' dijo Lev Davidovich, mientras se aferraba al marco de la puerta de su oficina, cubierto en sangre y señalando el agresor a Natalia, quien llegó corriendo. Era como si estuviera intentando decir: aquí está, el ataque de Stalin que estábamos esperando. Con gestos dificultosos, intentó señalar el estudio, '¡no lo maten - él debe hablar!' logró decir mientras yacía en el suelo del comedor a aquellos que lo rodeaban. Y tenía razón. Esta era la mejor manera de echar luz sobre el carácter del crimen”.

Ahora ya no hay ningún secreto. La conspiración procedió por etapas: Stalin, Beria, Leonid Eitingon, su amante Caridad Mercader y su hijo, el catalán Ramón Mercader del Río (alias Jackson) eran las personas que asesinaron al fundador del Ejército Rojo y el camarada de armas de Lenin.

Poco después, en una ambulancia de la Cruz Verde lo condujeron al Puesto Central de Socorros, en donde murió al día siguiente. Al cortejo fúnebre, asistieron casi 250 mil obreros y campesinos que sintieron orgullo de albergar en México al gran revolucionario ruso. Sus restos fueron incinerados y enterrados en el jardín de cactos y flores mexicanas sito en la casa que habitó; señala el lugar, un monumento diseñado por Juan O'Gorman. Posteriormente, la casa, fue habilitada como Museo León Trotsky.

Mercader pasó veinte años en prisión y al salir viajó a Checoslovaquia. Después fue a la URSS, por este asesinato, el gobierno condecoró a Mercader con la Estrella de Héroe de la Unión Soviética.

Trotsky fue un escritor sumamente prolífero, algunas de sus obras son: De la revolución de octubre a la paz de Brest-Litovsk (1918), Terrorismo y comunismo (1920), Entre el imperialismo y la revolución (1922), ¿A dónde va Francia? (1922), Lenin (1925), La revolución de febrero (1926). Mi vida (1930), La Revolución Permanente(1930), Historia de la Revolución Rusa (3 volúmenes, 1931-1933), La revolución traicionada (1940), y decenas de artículos sobre los principales temas de su época (estalinismo, nazismo, fascismo o la Guerra Civil Espaňola).

Su nieto Volkov concluye: “León Trotsky… cayó en la primera línea de la lucha por el verdadero socialismo -el socialismo que fue concebido por Marx, Engels, Lenin y el propio Trotsky… codo a codo con Lenin, le aportó una base ideológica marxista tanto a la revolución derrotada de 1905 y la revolución victoriosa de Octubre de 1917. En esta última, la intervención de Trotsky fue decisiva… Pero las páginas que se grabarán para siempre en los anales de historia serán el último período de su vida: la lucha indomable y heroica que emprendió hasta su muerte... lucha tenaz e ininterrumpida contra la dictadura burocrática stalinista, que lo convirtió en el revolucionario más calumniado y perseguido del mundo…”

En vísperas de un aniversario de su muerte, Guillermo Almeyra (75 años del asesinato de Trotsky) escribió en el diario La Jornada:

"Trotsky sigue siendo válido por su confianza en la capacidad de los oprimidos de reaccionar ante las grandes catástrofes sociales, la cual no puede ser confundida con una fe religiosa en el triunfo final del socialismo que dependerá de la capacidad y conciencia de los oprimidos para vencer la opresión. Sigue vigente por la importancia que le otorgó a la construcción ética, moral, cultural, artística y de las costumbres de un grupo de revolucionarios capaces de escuchar a los trabajadores, de seguir los mejores instintos clasistas de éstos y sus soluciones y, al mismo tiempo, de superar las limitaciones sindicalistas, corporativistas y nacionalistas que derivan de que la fuerza de trabajo, productora de mercancías, es también una mercancía.

Trotsky es válido aún por su lucha contra las burocracias obreras y por su comprensión del carácter internacional de la lucha de emancipación social, por su confianza en la creatividad de las mujeres, la juventud, los pueblos colonizados. Lo es igualmente por la comprensión, desarrollada en México durante el cardenismo, de los nacionalismos que contienen en su seno elementos antimperialistas y anticapitalistas y de autorganización obrera. Es válido por la comprensión del desarrollo desigual y combinado que hace que las luchas populares salten etapas y, para lograr derechos elementales y derechos humanos y democráticos, deban derribar los Estados capitalistas e iniciar la construcción del socialismo."


Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.

Efeméride: Nacimiento 26 de octubre de 1879. Muerte 20 de agosto de 1940.